Capítulo 11

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Decidí limpiar este desorden, estaba aburrida así que no me importaba hacerlo, conecté mi celular al enorme equipo de música y comencé.
Terminé de limpiar la cocina, que esta ya era como limpiar mi casa, era demasiado que limpiar, gracias a dios Justin sólo autorizó ocupar la parte del primer piso y el patio para la fiesta, si tenía que limpiar arriba no terminaría nunca. Luego me dirigí a limpiar el comedor y así lo hice con los sillones, el piso, los muebles, la mesa, limpié hasta la gran tv que había, terminé de limpiar un poco el patio y fui a buscar mi celular, detuve la música para leer algunos mensajes que tenía en este.

"Gracias por acordarte de tu querida amiga {un emoticón molesto}"-Ann.

Era mi mejor amiga Ana, así le digo, "Ann", había olvidado llamarla o enviarle algún mensaje.

" Lo siento, tengo mucho que contarte, no me creerás, más tarde te llamo, te quiero" -le respondí.

"Cariño, existo, quiero saber cómo éstas, te he llamado pero no contestas, estoy preocupado, apenas puedas, llámame o envíame algún mensaje, no me molestaría eh" -Javier.

Reí ante ese mensaje, Javier era un idiota, noté que tenía 10 llamadas perdidas de él, estaba loco.

"Estoy bien, lo siento por no llamarte o algo, he estado bastante ocupada, cuando pueda lo hago, besos idiota"-le respondí.

Sentí algo parecido a un timbre, volteé y cerca de la puerta de entrada se encontraba un parlante, me acerqué y presioné el botón de este.

-¿Señorita ______?-dijo un hombre.

-¿Sí? -pregunté dudosa-

-Soy Albert, uno de los guardias del Señor Bieber, él le mando unas cosas, ¿me abriría para dárselas?

-pensé un momento- claro -se cortó la conversación, abrí y vi a un señor alto y grandote, este sostenía unas 8 bolsas, se ofreció a dejarlas en el comedor y luego de darle las gracias se retiró.

Abrí las bolsas para ver que contenían, y cada una de ellas tenía prendas distintas, camisetas, short's, jeans, polerones, dos pares de zapatillas, otros tres de sandalias, pantalones deportivos e incluso, la última tenía seis conjuntos de ropa interior bastante bonitos, todo estaba hermoso, encontré una nota que decía:

"_____, estas cosas para ti, le pedí a mi estilista que comprara ya que yo no alcanzaría con mi tiempo, espero sean todas de tu talla, y si no, podemos cambiarlas, trataré de no demorar demasiado para luego pasar por tus cosas al hotel, espero haya estado todo bien y no hayas quemado la casa o algo por el estilo -reí ante eso- nos vemos luego" -Tú mejor ídolo, Justin.

¿Justin me había comprado todo esto?, o sea su estilista, pero obviamente el seguro lo pagó. Me había comprado demasiada ropa, sólo necesitaba algo para colocarme mientras iba por mis cosas, está loco.
Subí como pude las bolsas a mi habitación, me dirigí al baño para darme una ducha, me sentía tan bien. Al terminar de lavar mis dientes salí y pensé en cual de todas esas cosas me pondría, me coloqué un conjunto de ropa interior de color negro los cuales ambos tenían bordado la marca llamada "Calvin Klein", tres de ellos eran deportivos, y los otros tres eran algo más sexy, obviamente para sentirme más cómoda me puse uno deportivo, luego me coloqué una camiseta blanca de tirantes la cual me quedaba algo suelta pero en cierta forma definía mi cintura, luego me coloqué unos short negros, estos eran delgados y una mezcla de deportivos pero con estilo, y finalmente me coloqué un par de zapatillas del mismo color. Me miré en el espejo, me veía genial, y eso que era ropa más relajada, me encantaba, luego me até el cabello en una cola y bajé para dirigirme nuevamente al salón.

Prendí el televisor y me acomodé en el sillón, no había nada entretenido, al pasar por un canal vi que daban Bob Esponja, la dejé ahí, admito que para algunas cosas era bastante "aniñada". Recordé que no había llamado a mis amigos, así que decidí hacerlo, desbloquee mi celular para luego marcar a Ana, la cual me contestó de inmediato.

-Vaya, miren quién se dignó a llamar -dijo irónicamente-

-No seas exagerada Ann, llevo dos días apenas - le dije.

-Bueno, en estos dos días no me haz llamado ni nada -me reclamó-

-Sí lo siento, pero tengo mucho que contarte -dije emocionada-

-Me imagino, si no me haz ni hablado -seguía reclamando, yo rodeé los ojos ante eso-

Escuché el sonido de un auto que acaba de entrar, miraba confundida sin saber de donde provenía el sonido, hasta que sentí cómo alguien entraba por la puerta principal, volteé para ver de quien se trataba, era Justin.

-¿_____ sigues ahí?- me preguntó mi amiga desde el celular.

-Te llamo más tarde Ann, nos vemos -me despedí-

-Pero ibas a contar...-corté-

-Hola _____ -dijo alegre, o al menos así lo noté, venía mirando su celular-

-Hola - le dije de la misma manera-

-La gente del aseo iba a demorar un poco porque...-dijo al levantar la mirada y quedarse unos segundos callado para mirar a su alrededor- ¿tú limpiaste todo esto? -asentí- cariño no era necesario, tengo gente que se encarga de eso -dijo algo asombrado- era demasiado el desorden, no tenías porqué hacerlo-

-No te preocupes, no me molesta, haces demasiado con tenerme aquí y ayudarme con todo esto, no es problema para mí tranquilo, estaba aburrida igual -dije encogiendo mis hombros-

-Lo siento por dejarte así de aburrida -rió- que tal si vamos por tus cosas al hotel y luego te invito a comer, ¿te parece? -dijo tranquilo.

-Justin, haces demasiado por mi, con ir a buscar mis cosas está bien -le respondí-

-Vamos -dijo suplicante, nunca creí que me pasaría algo así, me imaginaba a mi suplicándole a Justin por una foto alguna vez, pero no así, esto era más que un sueño- además yo tampoco he comido nada desde la mañana, y ya serán las tres de la tarde -tenía razón-

-Está bien Señor Bieber, a sus órdenes -le dije-

-Vaya, veo que la ropa te quedó bien -dijo observándome-

-Oh, sí, gracias por las cosas, ¿podemos pasar a algún cajero para sacar algo de dinero?-le pregunté-

-¿Para qué quieres dinero?- me preguntó confundido-

-¿Crees que no te pagaré toda esa ropa?, es demasiada -el rió y esta vez yo lo miré confundida-

-Cariño, toma eso como un regalo de bienvenida, de nada -rió dulcemente-

Ya estaba convencida de que no lo haría cambiar de opinión así que sólo acepté.

-Bien, ¿nos vamos? -preguntó a lo que yo asentí y tomé mi bolso.

Company. » jb, 2016. [terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora