Capítulo 5

15 3 0
                                    

Hace más una semana que no lo veía.

Más de una semana infernal. Me sentía enferma, realmente enferma. Lo único que me distraía eran las clases con un amigo de papá que tenía treinta años en el oficio, el Sr Roffman, se encargaba de mi educación y era algo que me agradaba verdaderamente, estudiar era parte de mí y me gustaría en algún momento dedicarme a lo mismo que él, enseñar era un gran sueño.

Un poco imposible ya que en la escuela de aquí sólo reciben hombres y, ya que la mayoría prefería estudiar en sus casas, ésta era elitista dejando así a los niños pobres sin educación.

Nadie sabía de esto, ya que mamá me mataría, solo "tengo que dedicarme a cuidar de mi futura familia bla bla bla cosas de mujeres limpiar, cocinar, tener miles de hijos" bueno, Beni lo sabia. Todo me lleva a él...

Necesito que alguien me diga algo al respecto, no creo poder resistirlo más. Pedí a Ama que por favor me acompañara a la hacienda de la familia de Ben y en cuanto estabamos yendo mamá me habló para darme una carta que acababa de llegar.

El remitente decia "El idiota" para "La seguramente molesta futura señora del idiota", la abrí de inmediato.

Querida Ali:
Soy un tonto, lo sé, si aún aceptas a este pobre diablo enamorado, habrá señales que te llevarán a mí y te lo explicaré todo.


Con amor, Ben.

Estaba mal de la cabeza si creia que lo iba a perdonar tan fácilmente, sentí un verdadero alivio al leer la carta y ver que estaba bien y que seguía queriendome, realmente pensé lo peor. ¿Por qué no lo busque? Fácil, no me permitieron salir.

A veces a Papá le gustaba ser el malo de la película, lo entendía, pero no lo compartía. Pensé en las señales de las que habló en la carta, no me gustan las sorpresas pero necesitaba saber.

10 minutos después Ama me pidió que la siguiera y la ayudara con unos mandados, se me permitió salir, a penas abrí la puerta que daba al exterior divisé un camino de pétalos de rosas cortados. Un cliché con el que me permitiré burlarme cuando todo esté arreglado. Miré a Ama y sólo sonrió, deposité un beso en su mejilla y seguí el camino.

Bien, podría haberlo puesto más fácil, lo que se sentía como una eternidad después llegué a un estanque vacío, sudorosa y cansada pensé en volver a casa, no estába allí.

-Adivina quién soy- colocó sus manos en mis ojos, cubriendolos, y dejó un beso en la parte derecha de mi cuello.

-Siempre tan romántico. - me di la vuelta y cruce mis brazos en señal de enfado. Trató de sacarlos de su posición, él argumentaba que cuando los colocas de esa manera te es imposible escuchar a alguien, como si de esa manera te cerraras a todo.

-No eres divertida. -Hizo un mohin algo gracioso pero no estaba de humor.

-Gracias. - Bufó y pasó sus manos por su cara en señal de cansancio.

-Luces mal. - lo miré sorprendida ¿Qué? ¿Esto es en serio? Contrataque.

-Si, bueno, tú tampoco luces excepcional el día de hoy. -Limpie el polvillo invisible de mi vestido para no tener que observarlo cuando sentí una carcajada sin humor de su parte.

-Vine a darte respuestas, tranquila. -Recién ahí noté lo cansado que lucia y lo mucho que parecía necesitar dormir.- Hace poco más de una semana, me levanté pensando en ir a buscarte cuando me llegó una carta con significado urgente, me necesitaban para una prueba, quieren que vaya al frente. - forme una o con los labios, esto definitivamente no era bueno, no dije nada para darle espacio a que siguiera hablando. - Cuando quise contestarla, un coche paró en casa y me llevaron, no te mentire, fue horrible. Di lo mejor de mí, sin embargo, espero que me acepten. Vine directo a hablar contigo después de eso.

-¿Y si no lo hacen?- Salió tan rápido de mis labios que no me di cuenta de cómo me afectaba. Su mirada se ensombrecio, sé que soy egoísta pero de verdad quería que no lo acepten.

-Volveré a aplicar, pero lo harán, necesitan hombres. No está en sus opciones tomarse la libertad de elegir; esto sólo fue una probada de lo que vendrá, nos estan preparando.- Siguió hablando pero me perdió hace unos instantes, no quiero ni voy a imaginar una vida sin él. ¿Lo apoyaría en sus decisiones? Por supuesto. Lo amaba, eso era cierto, hasta con sus locuras, lo aceptaría y seguiría esperándolo cada día, era injusto que el tuviera que sufrir y yo sería fuerte por él. Brindándole todo el apoyo del universo y todo lo que pudiera darle. - ¿Estas escuchandome?

-Lo siento, estaba pensando.- me miró con ojos tristes, si pudiera incendiar el mundo con tal de que esa mirada no estuviera mucho más en su cara, lo haría. Tomé sus manos y las besé. -Dimelo, tienes mi atención.

- Mis cálculos me dicen que vendrán dentro de un mes ha por mí, realmente no hay como estar seguros pero no quiero tentar a la suerte.

-Lo entiendo...

-¿No tienes nada más que decir? -¿tan rato era que me mantuviera callada? Negué con la cabeza. -Por favor no te vuelvas como esas estiradas que no piensan y solo hacen lo que sus maridos les dicen.

-Ey tranquilo, niño, no quiero decir nada porque no quiero estar mal contigo, dime que tengo oportunidad de cambiarte el parecer y me tendras hablando toda la noche, dime que no es así y sólo estaré contigo hasta el final de los tiempos. - me abrazó y sonó a promesa, a pesar de su ropa demacrada sentí su aroma naturalmente varonil y no pude evitar suspirar, yo a penas llegaba a su pecho, pero se sentía como el lugar correcto en el que estar.

-Te necesito como no te das una idea, gracias por acompañarme en esto, volveré por ti y por nuestros futuros hijos. -reí de verdad, no fue sólo una sonrisa, fue una carcajada honesta de las que sólo tengo con él, me miró divertido y dijo. - Juro que podría estar diciendo boberias todo el día con el propósito de verte en este estado y no con ese semblante frío de tu familia. -Hizo caras como si estuviera enojado, imitandonos y reí aún más.

Perderlo Todo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora