Capítulo 36

6 1 1
                                    

El día mas frío en mucho tiempo en el pueblo comenzó terriblemente, había llegado una cantidad inospita de heridos y fallecidos cerca de aquí, al parecer volvían a casa pero al darse cuanta de que los seguían dieron media vuelta para no alertarlos sobre este pueblo un tanto alejado de lo que es la civilización actualmente. Cuando dieron vuelta se vieron acorralados entre la espada y la pared, pobres hombres, al menos lucharon hasta el final como héroes. Fui corriendo a la clínica cuando lo supe, necesitarían cualquier ayuda, aunque la história misma me decía que no eran muchos los sobrevivientes, y los pocos estaban en malas condiciones, no durarian mucho. Aunque fuera con el propósito de informar a las familias, iría. Siempre había algo que hacer.

Llegué y me preparé como todos los días, me enviaron con las personas que ya están acá hace un tiempo, los que no necesitan cuidados urgentes, fui gustosa ya que los conocía a la mayoría y sabía lo agradable de escuchar sus historias. La habitación estaba helada y todos ellos permanecían en sus camas con la pequeña frasada sobre sus cuerpos tratando de cubrir estos lo mejor posible. Busque algunas más pero como era de esperarse, todas estaban siendo usadas.
Bruno, un hombre de mediana edad me dijo que no me preocupara por ellos, ya se las ingeniarian y estaban acostumbrados a condiciones peores. No quise ni imaginarlo.

-¡Al! Tienes que venir ahora mismo. - Eneas gritó desde la puerta de la gran sala a la que llamaban habitación con cariño. Se veía agitado y totalmente pálido. -Ahora.

-Tengo otras cosas, Eneas.

-Necesitas venir ahora, como, de verdad.

Sentí como la sangre se marchaba de mi rostro, eso sólo podía significar una cosa. Imposible...
Comenzó a correr por los pasillos conmigo pegada a sus pies, si paraba simplemente me estamparia contra él, subimos un tramo de escaleras que se sintieron más cortas de lo normal, seguía sin poder respirar. Avanzamos por el largo piso que conectaba a urgencias (totalmente improvisada, ya que antiguamente era sólo una clínica común y corriente) ese tramo sí se sintió largo. Esperaba haber interpretado correctamente lo que Eneas trató de decirme, no creía que mi corazón resistiera una ilusión otra vez. Llegamos y Eneas se dirigió unicamente a un médico que rondaba pacientes, estos se encontraban en camillas, camas improvisadas y en el suelo. Vi como este negó con la cabeza sin decir nada. Sentí las moleculas del aire disiparce. No estaba aquí. Seguí a Eneas otra vez, ahora subió, lentamente por las escaleras. Sus piernas temblaban, lo empuje suavemente en el hombro y le sonreí timidamente tratando de darle algo de confianza, sea lo que sea, estaríamos bien. Su mirada se posó un milisegundo en mí y luego huyó de la mia. Avanzamos a un paso totalmente contrario al de mi corazón que latía con el doble de fuerza.

Llegamos hasta un lugar aún más frío.

-¿Estás lista? Será difícil, no tienes que hacerlo, no es necesario despedirte así. - la sonrisa se borró de mi rostro. Él se veía asustado.

-¿De que hablas? - las palabras a penas salieron de mí. No podía formular un pensamiento coherente en este momento.

-Al, ¿no lo entendiste?-me miró con el rostro más triste que le vi alguna vez.-Ali... Él se fue.

-Muerete. -las lagrimas se acumularon en mis ojos, nada.

-Alea, no soy la persona exacta para decirtelo. Lo siento. No queria que esto fuera así. Murió, Ali. No estará más.

-¿Es... Es cierto? -asintió sólo una vez. -¡No! ¡No!- los gritos salieron de mi garganta sin previo aviso y se fueron transformando en aullidos, Eneas trató de sostenerme, involuntariamente lo golpee miles de veces mientras gritaba y las lágrimas caían por mi rostro, el ataque de pánico fue incontrolable. Pude alejarlo de mí y seguí gritando y llorando hasta que el pecho comenzo a dolerme, caí en el suelo de rodillas, el crudo frío que sentí en mis piernas se sintió como un lugar cálido en el que estar. No tenía control sobre mi cuerpo, el llanto, los gritos, el berrinche fue producto total de este. Yo aún no lograba pensar. Me senté en el concreto y lo miré, sólo pude sentir el sabor de las lagrimas que caían pesadas sobre mi rostro mientras no podía reaccionar. No se cuanto tiempo estuve así pero vi cuando Susana llegó, al recibir la noticia se quedó paralizada, se desarmo en los brazos de Eneas y ahí si pude pensar. Esto era real, él ya no estaba más. Susana quebró su voz y su llanto me desgarró. Había perdido a su hijo para siempre.

Ben nunca más estaría, no lo oiriamos reir otra vez, ni sentiríamos su calor al estar cerca. Tampoco lo vería llorar o cantar. Las imagenes de su rostro pasaban por mi cabeza tan rapidamente que quise gritar otra vez, sentía que los recuerdos también se marchaban. No, no. No dejaría que él se vaya, no de nuevo. No puede estar pasando, no a él, no a alguien con el corazón tan bondadoso. No cuando tenía toda una vida por delante, no cuando aún faltaba tanto por descubrír tanto por vivir, lloré aún más fuerte, pero sin ruido, lloré mas fuerte porque las lagrimas eran calientes, lloré mas fuerte porque me dolía la cabeza. Pero sé que lloré más fuerte porque me dolía el corazón, mi estúpido corazón sabía que su razón de ser se había marchado, junto con mis esperanzas y sueños. Tenía que salir de allí.

Salí corriendo, el viento helado golpeó mi cara como anunciando lo frío que sería todo a partir de ahora. En mi estado eso fue tibio.

Cuando llegué a donde quería estar en este momento, me acerque a la barandilla y dejé que el aire borrara mis tristezas. Él habia construido todo esto para mi ¿sabiendo lo que ocurriría? Maldito idiota. Juro por mi vida entera que lo sentí, lo sentí en el viento que tocó mi piel y la besó. El corazón y la razon me fallaron. Lo necesitaba, lo necesitaba.

-Ali.

-Quiero estar sola.

-También era mi mejor amigo ¿sabes? - sus palabras no tenian efecto en mi, era egoísta y qué. Pero la tristeza en su voz me hizo girar. Necesitaba descargarme.

-Siempre ha sido él ¿sabes? Desde niños, nunca ha existido nadie más para mi, él no sólo es mi mejor amigo. -dolia decir "era". - es mi tierra, mi roca, mi motor, sin él... No tengo razón de ser y este pueblo no tiene sentido, he conocido a otros chicos y siempre será Ben, siempre lo ha sido. -respire, se sintió como respirar pero no del todo, mi corazón seguia fallando traté sin sentido de limpiar mi rostro.- pienso que es un egoísta, debería haberme llevado con él, yo moriría por él. Siento morir ahora mismo, E. No puedo más. -me rompí, no pude seguir hablando.
Lo miré, él lloraba en silencio.

-Él me dio algo que creí nunca tendría otra vez, una familia. Una familia que yo elegí y de la que estoy orgulloso, se que en cualquier situación el estaría... Se que yo lo haría por el. Fue difícil todo este tiempo sin él y ahora que sé que no volverá. No sé que hacer, Ali. Sé que necesito verlo otra vez aunque sea sólo con una broma tonta. No pude despedirme y eso duele más que nada sólo quiero que el sea feliz. Pensé que después de Emily no habría nada peor, y ahora siento como si mi corazón hubiera estado pegado con cinta todo este tiempo y ... Me cuesta respirar. -su voz se cortaba de a momentos. Las piernas me faltaban.

Nos quedamos ahí, llorando en silencio. Me sentía mal en todas las formas humanamente posibles, tenía el corazón y la garganta anudados, sólo quería llorar. No había consuelo suficiente. Sentí que nada podía apagar el fuego insoportable que carcomia mi ser, nada podía arrancarme el dolor. Un dolor emocional que en lo más profundo de mi ser, estaba segura de que iba a sentir.

-Deberiamos ir a tu casa, tu madre estará preocupada.-limpió su rostro, saliendo de mi propia infelicidad tuve que hacerme cargo del mundo exterior, no era la única que extrañaría. Tuve la tentación de abrazar a Eneas, pero sólo quería que un hombre me tocara y esto no era posible.

Al llegar a casa mamá vio nuestros rostros y sin necesidad de preguntar, me abrazó y volví a caer. No hacía falta decir nada, lloré como quien tiene la necesidad de ser escuchado pero sin saber cómo expresarse.

Porque Ben no me escucharía nunca más.
Porque él se había ido y yo estaba aquí, con él corazón hecho trizas.
Porque necesitaba a mi mamá más que a nadie en este momento.
Porque extrañaba a papá y no quería la falta de nadie más en mi vida.
Porque lo quería a él conmigo, quería golpearlo y amarlo para siempre.
Quería guardar su sonrisa para mi, quería no olvidarme de él jamás.
Quería que dejara de doler como lo hacía. No quería vivir con dolor.

Perderlo Todo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora