Capítulo 14

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Nos tocó llevar la invitación a Eneas también, el arrentaba un piso en Klore o algo así, un lugar no muy alejado del centro de la ciudad, no era la gran cosa pero se notaba el estilo masculino en todos lados, hasta que lo recorde.
-Pensé que no te quedarías por mucho.

-No lo sabía, en realidad.

-¿No te alegra que se quede, Ali? -Ben lucia como si acaba de descubrir el gran secreto de la vida misma.

-Claro que sí, sólo pensé en preguntar. - Eneas rodó los ojos y me dijo; -El lugar no está mal, estoy bastante más acostumbrado a la vida de ciudad y esto es insignificante, está bien por ahora.- hizo un mohin como para quitarle importancia al tema. Nos había tratado de pueblerinos, ¿que se creía?

-Si tu importante agenda no está tan ocupada, espero que estes en nuestro compromiso, sería importante para Ben. -este me miró desconcertado. - si bien, estaras con las personas insignificantes del pueblo insignificante espero que no sea una molestia para ti.

-Alea. - miré a Ben ofendida, ¿en serio me estaba callando? Nunca me llamaba Alea y jamás usaba ese tono conmigo. - Creo que será mejor que nos vayamos, parece como si ambos hubieran despertado del lado equivocado de la cama. -Eneas había mantenido su posición de 《despreocupado》y nos dirigió a la puerta.

Nadie dijo nada en el camino a casa, la casa de Eneas había sido nuestro último destino.

Benjamin paró el automóvil y se giró a mirarme, no había bajado de inmediato para abrir mi puerta como solía hacer, seguí mirando al frente hasta que sentí su mirada quemar mi perfil y di vuelta la cara para verlo.

-Ali, escucha...

-¿Puedo hacerte una pregunta? Desde que nos casemos ¿Me callarás todo el tiempo? ¿Te convertirás en un idiota más? O simplemente ¿Serás como mi madre? - se puso pálido, cuando acostumbras a tener un trato con una persona y este cambia bruscamente realmente duele, no creía a Ben alguien agresivo pero nadie cree que sus seres queridos sean malas personas.

-Nunca te haría daño. Creo que te lo he demostrado desde siempre y a una mínima cosa ya me crees el peor. - pasó las manos por su cabello en señal de exasperación y continuó. - No conoces a Eneas, él no tuvo una vida muy... satisfactoria, no quiso herirte ni nada, creo fervientemente que estás algo sensible.

-¿Disculpa? -eso si era el colmo.

-Al, por favor, tomalo con calma. Cuando lo pienses bien verás que reaccionaste de una mala manera.

Bajé del carro de inmediato y me dirigí a casa por el camino de piedra, no esperaba que viniera atrás de mí y no lo hizo, pero necesitaba que me envolviera en un abrazo y no me soltara más.

Cuando abrí la puerta de casa la frustración me llenó y no supe que hacer ¡Realmente estaba enojada! Pero no con Ben, ni siquiera con Eneas, el enojo era conmigo misma. Sabía que yo había estado mal, por supuesto que lo sabía cómo no iba a saberlo. No noté que había azotado la puerta hasta que mamá lo reclamó, ya en mi recámara pude gritar y patalear en mi cama como cuando tenía 5 años y mamá no me dejaba repetir el postre, seguía siendo una niña caprichosa y eso arruinaría todo, ¿por qué había actuado así? No lo sé. Eneas me sacó de mis casillas fácilmente gracias a lo sensible que he estado estos días. La vida no se me estaba haciendo de lo más fácil y no podía hacer nada al respecto.

Al contrario de mis deseos, estaba perdiendo el tiempo con Ben, no estaba aprovechando cada segundo y se que me arrepentiría por esto. Prendí la radio para tratar de pensar un poco menos y en busca de total distracción.

Mañana iría a buscarlo y trataría de explicarme, la vergüenza se apoderó de mi cuerpo. Yo estaba actuando de cualquier manera menos de la de ser una señorita, lo entendería si no quería casarse conmigo, oh bueno, no lo entendería y posiblemente iría a cantarle al balcón de su habitación hasta que me perdonara. Sonreí ante el recuerdo y me sentí peor.

Tan sólo un par de años antes a Ben se le había ocurrido jugarme una broma horrible que dio por resultado que yo terminara llorando. No le hablé por toda una semana, una semana en la que el fue puntual cada noche a cantarme canciones de desamor y él de verdad, de verdad cantaba mal. La primera noche mamá le gritó un glosario completo de razones e insultos de los cuales no se sintió orgullosa al estar del todo consciente ya que en ese momento estaba adormilada.

Ben le explicó la situación (cosa que estuve escuchando) y ella lo dejó pero con una advertencia que no pude oír. Al cabo de una semana lo perdoné y el tema de llevar cerenatas quedó como una broma interna entre los dos.

Siempre lo hacíamos a modo de broma y creo que esa sería la manera perfecta de pedir disculpas, si, estaba segura.

La noche se sintió muy fría para la primavera americana y las pesadillas no tardaron en darse lugar en mi cabeza. Me asustaban, no diría que no, pero en esta semana me había acostumbrado, lucían tan reales que al despertar tenía que preguntarme a mi misma más de una vez si lo que había pasado era real o no. Desperté sintiendo mi cabeza caliente y vi a Ama justo a mi lado, Ama para mi era como mi abuelita, ella había perdido a su padre en la guerra y había trabajado desde niña para ayudar a su madre a alimentar a sus pequeños hermanos, la peste mató a dos de los 7 niños que Ama tenía a su cargo, algo que la dejó devastada. Papá la encontró trabajando en un bar de mala muerte cuando era mucho más joven que yo, el y su padre fueron en busca de una charla padre e hijo (o al menos eso decía papá) y Fredericson padre le preguntó que hacía allí, la llevó a trabajar a casa, y aunque al principio Ama ayudaba en cosas insignificantes por el hecho de ser una niña, ahora era el sostén de la casa y me alegraba saber que el sueldo que recibió desde el momento en que pisó la hacienda ayudó tremendamente en su situación.

Con casi 70 años y con la pérdida de sus padres y de algunos de sus hermanos, Ama era más fuerte que nunca, me preguntaba si alguna vez había conocido el amor, si en algún momento había tenido la ilusión de casarse, de tener hijos, me preguntaba si en algún momento de su vida ella había sido feliz.

Perderlo Todo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora