Capítulo 6

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Llegué a casa justo antes de la cena y pregunté solo por cortesía si Ben podría acompañarnos, él estaba dandose una ducha en su casa y vendría a compartir con nosotros en unos minutos.

Como de costumbre recibi una respuesta positiva a mi pregunta y subí a ponerme algo más decente, ubiqué mi reflejo en el espejo y tenía un mal aspecto, no mentire, estos días había dormido poco y nada. Pero eso no importaba más, este sería el mejor mes desde que nos conocimos Ben y yo, era una promesa, se lo daría.

Ya un poco más arreglada y con Ama informándome que la cena estaba lista y que él ya estaba en casa, bajé. Mamá, Papá y Ben se encontraban en el comedor, los primeros dos nombrados estaban sentados, Beni besó mi mejilla y corrió la silla a su lado para que pudiera sentarme. Mis padres ya estaban demasiado acostumbrados a nuestras muestras de afecto, pero frente a la sociedad sería mal visto. Nos dispusimos a comer no sin anter rezar y charlamos un poco, hasta que mamá decidió ser mamá y arruinarlo todo.

-¿Qué piensas hacer cuándo te vayas? Digo, Alea estará soltera y sin ti en la ciudad cualquier muchacho de buena familia estaría interesado en pedir su mano. -Frunci el ceño y le dediqué una mirada fría, la suya fue peor, gélida, diciendome que no me entrometiera, miré a Ben pidiendo perdón con la mirada, esperaba que lo entendiera, él sólo me guiñó un ojo, quería darme paz con su gesto y lo consiguió. - Y sí es que ella es un juego, estás arruinando su reputación. - el rostro angelical de Benjamin fue bruscamente cambiado por uno furioso, rojo de la rabia y a punto de explotar, estaba en todo su derecho de ponerse así, ésta vez mamá se había pasado, Papá como siempre, mudo, fiel a la palabra de su mujer, irónico, si lo supieran sus amigos sería una deshonra.

Quise interceder pero realmente las palabras no salían de mí, me quede estática. No era fácil ofender a Ben, pero ella lo había conseguido.

-Señora... con su permiso y sin ánimos de contradecirla, quiero casarme con Al, es lo primordial para mí ahora. Por supuesto que aún no puedo hacerlo por razones obvias, pero puedo pedir su mano en compromiso ahora mismo si usted lo dispone. - lo miré estupefacta, sí, había hablado antes conmigo sobre esto y casi estaba hecho, pero realmente me maravilló como le respondió, la tranquilidad en su voz, su semblante relajado: no cayó en sus provocaciones, verlo hablar con otras personas siempre fue magnífico para mí, en momentos así sólo puedo pensar en lo mucho que me gusta y lo agradecida que estoy por tenerlo.

Los hombres en este pueblo no son lo que se dice agradables. Para ellos las mujeres son simples objetos o alguien sólo un poco superior a una criada, vi como chicos de nuestra edad tratan a sus novias, esposas o conquistas, por eso entiendo la posición de mamá con esto, sé que quiere lo mejor, pero hay maneras y maneras. Vi un pequeño brillo en sus ojos. -Por supuesto que aceptamos, ¡tienes su mano! ¿No es así, querido? - Papá sólo asintió, ahora si que prestaba atención, pero de nuevo, sin comentarios. No me sorprendió el cambio de tono de ella.

- Entonces podremos realizar la fiesta de compromiso cuanto antes, usted y mi madre podrían ocuparse de los detalles si no es molestia. - Mamá ya estaba llorando, sonreí, sabía que esto la hacia feliz, en lo que a mí respecta es sólo un tramite más, puedo estar con él sin estos arreglos. Pero si a ella le hace feliz, lo haría gustosa.

-Lo haré, lo haré, me comunicaré con tu madre ahora mismo y lo arreglaremos todo.

-Madre, es tarde ¿no le parece?.

-Si, querida, lo siento, ¡pero estoy tan feliz! - lo dijo limpiando sus lágrimas, de verdad que era exagerada pero yo también me encontraba feliz.

-Hijo puedes quedarte si lo deseas, claro que dormiras en otra cama en la habitación de Al y que estaré vigilando que no hagan cosas inapropiadas. -Me sonroje, los padres vuelven todo incómodo.

-Oh, no se preocupe señor, se lo agradezco pero...

-Ama, prepara una cama extra. -O no intersedia o daba demasiadas ordenes, Papá es así.

-Bueno, niño, nos vemos por la mañana y si llegas a intentar algo con mi caramelito juro cortarte...

-¡Es suficiente! Me creo capaz de comportarme, no hace falta detalles. -Mamá asintió como dejando claro que estaba de mi lado, se despidieron de nosotros y salieron del comedor. Suspire y me recargue sobre la silla en la que me encontraba, era cómoda, recién ahí noté como de rígida me había mantenido durante la "pequeña" charla. Miré a Ben y estaba observándome cuidadosamente.

-¿Acaso te gusta lo que ves?

-A veces creo que demasiado "caramelito". - rode los ojos al escuchar el apodo que papá usó conmigo hace unos instantes.

Siempre me ponía en situaciones incómodas con sus apodos y Ben sacaba provecho de ello, gran novio.

- Disculpa ¿Benibu? - contrataque con el mote que usó su madre una vez en mi presencia.

Entrecerró los ojos haciéndolo lucir como un hombre oriental y reí con ese pensamiento.

-Tu ganas ésta vez, Caramelito.

Perderlo Todo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora