Capítulo 28

6 1 0
                                    

Esa fue la primera noche en la que nos amamos como marido y mujer, sin culpas, sin escondernos y fue increíble. No cambiaría nada. En nuestra nueva cama y sobre su pecho dormí esa noche como si nunca antes hubiera dormido de verdad. La paz regresó por esa noche a mi cuerpo pero está vez no me asusté, esta vez sólo jugue un poco con el destino y lo disfruté.

El día siguiente a ese no hicimos gran cosa, verdaderamente no hicimos nada más que estar en la habitación juntos todo el día y aunque sonara improbable, lo conocí un poco más. Conocí su parte relajada y "aburrida" y me gustó, tratamos temas sin relevancia y jugamos un rato, entre besos, idas y vueltas, volví a enamorarme una vez más de él.

Creo que cada día vuelvo a enamorarme de él, no es como si nada me disgustara o como si fuera totalmente perfecto, pero creo que de eso se trataba todo. De pelearnos y reírnos de nosotros mismos, y de creer que el fin del mundo se acerca cuando paso demasiado tiempo con su ausencia. Me enamoro de él cada día porque su personalidad aballasadora no me dejaba alternativa, porque me atravesaba mi piel con una mirada y porque no necesito explicaciones, la suma de todo lo que él es o lo que representa me fascina.

Pusimos música y bailamos lentos, algunas canciones un poco más movidas y hasta otras de género indescriptible, no notamos que necesitabamos comer hasta la noche que nuestros estómagos rugieron por hambre y volvieron a rugir cuando nos descostillamos a carcajadas por este motivo.
Nada más hacia falta, el mundo parecía desaparecer a su alrededor.

-Ali.

-Beni.

-¿Te lo has pensado?

-¿Pensar el qué?

-Acerca de enseñar, de tu lugar.

-¿Sinceramente? Estas semanas han estado de locos, no lo he pensado, pero si estas conmigo es un si enorme. - recostada a su lado, con la panza llena y entre sus brazos era peligrosamente fácil como podía decir que sí a lo que sea.

-Podríamos vivir allí, se que una familia está por vender su casa mucho más cerca del centro de pueblo.

-Oh ¿por qué quieren vender?

-Han quebrado. Las rutas no se llenan más y su cafetería es inútil, no les alcanzará para seguir manteniendo su casa.

-¿Por qué pasa eso?

-¿Te refieres a las rutas? Han dado orden de controlarlas, no quieren inmigrantes... y no quieren personas de determinados lugares en pueblos como el nuestro.

-¿Qué es lo que está pasando exactamente?

-Es... difícil de explicar.

-Un poco menos difícil que vivir en la oscuridad total ha de ser.

-Tienes razón, pero... a veces es mejor no ser consciente de lo que pasa a tu alrededor.

-No, Ben. Nunca es mejor.

Me miró fijamente unos segundos interminables y luego dijo:

-Ya eres toda una gran mujer, Al.

-No me distraigas.

-Lo digo en serio, mirate, toda concentrada en algo tan serio. Pensé que tus vestidos eran lo único importante. -golpee su hombro juguetonamende acompañado de un "oye". - ey, brabucona, fue sólo un juego.
Lo que necesitas saber es lo siguiente, en mi ausencia debes mantenerte en este pueblo, ten una vida normal, enseña, sal, has amigos. Pero no salgas del pueblo. La cosa allá afuera está realmente fea, pero lo peor vendrá acá cuando todo termine. Así que si no estoy aquí cuando eso pase, debes buscar tu lugar en el mundo, puedes ir donde sea. El mundo es tuyo y te necesitará.

-No entendí ni pío.

-Lo entenderás llegado el momento, no te preocupes.

-¿Crees que es el fin? Hablo del mundo por como lo conocemos, o al menos la parte de él que somos conscientes.

-Estoy seguro de que es el fin. Pero creo que la vida nos tiene preparado algo mejor, ganaremos Al, aunque unas vidas se vean afectadas (incluyendo la mía) el mal será necesario para que futuras generaciones vivan en paz.

-¿De verdad crees en eso o sólo lo dices para tranquilizarme?

-Lo creo, claro que si. Tal vez no en total paz, pero al menos serán libres en todo sentido.

-Lo siento, se suponía que hoy no tomaríamos temas demasiado profundos.

-Qué es la vida sin un poco de preocupación.

-No puedes encontrarle un lado bueno a todo.

-Si puedo.

-No, no puedes.

-Si, si puedo.

-No.

-Si.

-Ya.

-Gane.

-Eres un idiota.

-¿Ah, si? -comenzó a levantarse fingiendo estar ofendido y cuando me descuide me levanto y en sus brazos comenzó a hacerme cosquillas, las peores del universo. Contrataque con pellizcones y nuestra última noche juntos transcurrió en perfecta armonía, correteamos por la habitación y cuando golpeó su pie con el dosel reí tan fuerte que creí despertar a todo mundo en la casa.

Para momentos así no necesitas una foto o escribirlo, nosotros no necesitabamos descripción ni rotulos, éramos felices y siempre guardaré eso en lo más profundo de mi ser.

Perderlo Todo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora