Scene two.

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Deja vú.

Desperté asustada al grado que mi respiración se volviese irregular, estaba crédula de que el vuelo ya había acabado pero para sorpresa mía no fue así, al contrario, recién estaban avisando que el avión descendería y que nos preparásemos para las turbulencias. Como recién despertaba, omití la indicación y fabi ¿qué decirles? Ella dormía plácidamente, no creo que sienta algo.

Me estiré entre bostezos y posteriormente refregué mis ojos, ya estaba más tranquila, me despojé de mis audífonos, quité la música y guardé ambas cosas en el bolsillo de mi suéter rojo, acomodé mi flequillo recto y mi colecta que estaban un tanto alborotados, nada fuera de lo normal, tras haberlo hecho, sentí escalofríos recorrerme todo el cuerpo, eran de aquellos que hacen removerte en el asiento o en el camino con una incomodidad nada agradable "¿qué carajos...?" me cuestioné con el ceño fruncido. Esto no era bueno o eso es algo que quería creer.

Todos estaban bajando en fila, Fabiola iba detrás de mí con sus pertenencias al igual que yo, a diferencia de las dos es que ella iba con cara de "mátenme" pues como la había despertado bruscamente con zarandeadas, ya sabrán, se molestó; caminábamos con una lentitud que de seguro una tortuga caminando en luna nos ganaría, empezaba a irritarnos.

Nuestras caras se estaban congelando un poco gracias a la brisa fresca, aunque estábamos en verano pero aun así, había días en los que el viento estaba fresco y muy rico para el ser humano y no tener que andar sufriendo por los calores infernales quemándote la piel hasta que quedes cual pan tostado.

Nos adentramos al aeropuerto, está llenísimo de gente lo que me hace pensar que nos vamos a llevar un buen rato intentando llegar a la salida, parecen hormigas de un lado a otro, unos entran, otros salen, algunos hacen fila para comprar boletos, otros para que les revisen si no llevan alguna droga en el equipaje, Dios mío, no puedo con tanto.

—Sabía que debimos de haber comprado el vuelo de las doce cuarenta y cinco.— escucho a fabi articular con voz ronca y somnolienta, luego la veo sacar de una pequeña mochila negra unas gafas de sol, se las pone para que no le vean su cara de muerta en sueño—. Esto está al tope, me pondrá de mal humor y terminaré repelando contigo, ale, cosa que dudo vaya a agradarte.

—Qué delicada— pongo los ojos en blanco— vamos, mueve tu trasero, de tal forma nos va a llevar menos tiempo, creo yo. Um, por cierto... ¿Robbie te dio la dirección?— añadí la interrogante con temor, el hecho de articular el nombre de mi ex, se siente raro.

—Sí— afirma asintiendo con la cabeza— después de ese show que te montaste el día de ayer en la cena-baile, a fin de cuentas, él no era malo por si eso llegaste a creer por la forma en la que reaccionó, lo tomaste desprevenido de tal modo que él dijo lo que dijo pero que lo lamenta mucho.— sonrió de lado.

—Eh, bue-bueno, vámonos ya de aquí ¿sí?

—Por favor, ya no voy a soportar ni un minuto más.

Caminamos entre la gente con nuestras pesadas maletas hasta llegar a la salida del aeropuerto, tomamos un taxi, ella le dio la dirección y enseguida nos llevaron, el trayecto fue de sumo silencio que duró veinte minutos, sí, iba contando (aunque realmente les valga un carajo), les juro que estaba ahora yo con una cara de "mátenme por favor".


—Aquí es.— anuncia ella señalando con su dedo índice unos bonitos edificios en color ciruela.

Ambas dimos la mitad para poder pagar el costo del digamos que, largo trayecto, bajamos con nuestro equipaje en mano, nos dirigimos hacia la entrada pero antes pude observar unos columpios, un sube y baja e incluso un bebe leche fuera de éstos lo que provocó que esbozara una sonrisa haciéndome recordar los buenos tiempos de mi infancia. Lo que daría porque se volviesen a repetir.

This is gonna hurt [2nd Season/TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora