This is gonna hurt [2nd Season/TERMINADA]

Scene zero.

Just was a dream.

—¿Dónde está José?— cuestionó con voz quebrada tras haberla abrazado fuerte, aferrándose a ella.

—¿Quién es José?— frunció el ceño su castaña amiga, realmente no tenía la más remota idea de quién diablos era el mencionado.

—¿Cómo que quién? ¡Bien lo sabes, deja de bromear! ¡José es mi novio! ¡En dos meses cumplimos un año de noviazgo!— su voz quebrada ahora tenía algo de desesperación, más por el simple hecho de que ésta lo decía con una serenidad que empezaba a sacar de quicio y eso que no habían pasado cinco minutos de que ella recién despertaba— ¡y el año que entra tú cumples el año de casada con yayo!— agregó, dejándole de abrazar para verle fijo pero primordialmente con el dorso de la mano limpió las incesantes lágrimas que comenzaban a ser un estorbo.

Fabiola (su mejor amiga) empezó a reírse a carcajadas por lo que su mejor amiga le estaba diciendo que por cierto era una vil calumnia ¿cómo se atrevía decir aquello después de haber estado en un pequeño coma alcohólico? Sí, así le denominó y no le importaba si eso no existía. Simplemente no le creía.

—¡Deja de reírte, no es gracioso!— sorbió la nariz y le dio un golpe en el brazo, el cual le dolió ya que emitió un quejido.

—¡Lo siento!— se carcajeó— es que es inevitable no reírse de esto, más porque lo que estás diciendo es una mentira.

—¿Eh? ¿Una mentira?— frunció el ceño desconcertada— estás demente, yo no estoy mintiendo, estoy hablando en serio Fabiola. No estoy para bromas.

—Alejandra, no es por nada pero la que está diciendo la verdad soy yo. ¿De dónde rayos sacas que estoy casada? ¿Y con un tal yayo? Llevo soltera desde que tengo memoria ¿y tú? ¿Novia de un tal José? Vaya que la peda de hace tres días te afectó el cerebro, tú eres novia Robbie Clark, quien cabe decir te estuvo viendo a visitar estos tres días de tu pequeño coma alcohólico, realmente me preocupaste engendro del mal, no te despertabas y me dio miedo.— resopló—. ¿Sabes algo más? ¡Hoy es nuestra graduación!— chilló emocionada— así que espero te apresures, no te voy a estar esperando, tu querido novio pasará por nosotras en dos horas pero tenemos que estar listas con anticipo. Pero anda apúrate, que sé lo lenta que eres para arreglarte y quedar preciosa— chasqueó los dedos poniéndose de pie para salir de la habitación de paredes moradas adornadas con diversos cuadros con fotografías de ellas y una que otra con ese tal Robbie del que no tiene la más mínima idea de quien sea, ese cuentito de que es su novio, no se la cree.

—¿Qué mierda pasó? — susurró pasmada.

Hizo a un lado las mantas blancas que le cubrían para poder incorporarse bien en la cama, después tomó asiento cerca del buró que estaba a un lado con una pequeña lámpara y un reloj en el que marcaban las ocho quince de la mañana, sí, demasiado temprano, sus pies tocaron el frío piso, miró todo a su alrededor ¿dónde mierda se encontraba? Era la cuestión que se repetía en su mente.

Todo en absoluto era sumamente extraño y raro para ella, claro ¿cómo no serlo? Más si al despertar de la nada, le cuestiones a tu mejor amiga sobre cierta persona y ésta te deje en claro que estás mintiendo puesto que todo lo que le has dicho simplemente no ha sucedido.

Las lágrimas eran dueñas de sus mejillas, las humedecían sin cesar, no se sentía bien, sentía que le hacía falta algo, que le hacía falta él. Así es, se sentía incompleta.

Se dirijo a su closet, donde yacían unas pocas prendas y un precioso vestido largo en tono morado oscuro, con pedrería en el escote en forma de corazón del frente y también con escote en la parte de la espalda, ese vestido al sólo ponérselo, remarcaba mucho su linda figura, que terminaría levantando suspiros de muchos y envidia de muchas. Seguro ese era el que se pondría por la noche para el baile.