Scene five.

371 31 20
                                    

The reencounter.


Alejandra.

Sentía las piernas flaquear, que la respiración de un momento a otro me iba a faltar, las lágrimas no dejaban de brotar, lloraba con tanto sentimiento, no podía creer que lo tenía a una escasa distancia de mí, cantando con tanto sentimiento, como si su vida dependiera de ello, lo hacía de maravilla.

Empezaba a sudar, lo pude notar en su cabello, se le marcaban las venas del cuello, y pedía al público que corease junto a él ¿y yo? Parecía una niña chiquita llorando a mares como si hubiese perdido de vista a mi madre en el supermercado.

—¡Hey! ¡¿Qué tienes?!— cuestiona en un grito mi mejor amiga exasperada, zarandeándome.

—¡Es él! ¡El chico de mis sueños!— fue lo único que pude decirle apenas audiblemente con voz quebrada señalando hacia el escenario donde José se encontraba.

Abrió los ojos como plato de mesa y quedó boquiabierta, su mirada se fue directo a él, lo miró por un momento, era como si lo estuviera analizando, posteriormente regresó a mí, tomó mi brazo con brusquedad y tiro de el para que caminase rápido, pasamos entre la muchedumbre, su mirada bailaba de un lado a otro, de arriba abajo en busca de un baño, hasta que por fin lo encontró, fuimos directo, entramos y me soltó pero antes de, se cercioró de que no hubiese alguien dentro para que no nos escuchase hablar, para suerte nuestra, no había nadie, así que puso pestillo a la puerta.

—A ver, tranquilízate ¿sí? Estás muy alterada, el maquillaje se te ha corrido... lo que me has dicho allá, él ¡Dios mío! ¡Tienes que contarme!— suelta un bufido llevando ambas manos a su cabeza para apretarla con la yema de sus dedos—. ¿Qué fue eso de allá? ¿Por qué te pusiste así? ¡Dime!— exigió.

Le di la espalda, soltaba hipidos, esperaba calmarme para poder contarle por qué de pronto me había puesto así, si cuando llegamos estaba bien; tomé papel, lo mojé un poco para retirar el maquillaje corrido, sólo así podía retocarlo, fabi me miraba con los brazos cruzados, su rostro reflejaba mucha molestia porque yo no le daba respuesta a lo que anteriormente me había preguntado, la entendía, si estuviera yo en su lugar, estaría en las mismas. Me giro sobre mis talones para verle, era ahora o nunca.

—El chico que en estos momento está cantando, es José— le hice saber, tomándola por sorpresa, su semblante cambió rápido—. Ni yo misma me lo creo pero, es él y... no sé, esto ha sido tan inoportuno, pe-pensé que no lo vería, que después de todo se iba a quedar ahí, en un maldito sueño que en años terminaría por olvidar y no, resulta que es real— añado mordiendo mi labio inferior, intentando reprimir las ganas de llorar otra vez.

—Diablos— exclama caminando de un lado a otro, quizá para poder analizar bien lo que acabo de decirle—. ¿En serio es él? ¿José?— asiento con la cabeza como afirmación—. ¡Es sorprendente! ¿Y...? ¿Te le acercarás o pensarás irte a casa para luego encerrarte en tu recámara para lloriquear lamentándote de no haber hecho algo al respecto?— enarca una ceja.

—Quisiera... pe-pero ¿y si me ve como una más del montón? Dios, yo no podría con eso, me dolería mucho. No sé.— hice una mueca.

Rueda los ojos y resopla.

—Vas a hablarle— dice con firmeza—. Quieras o no, vas a encararlo. ¿Entendiste?

Tragué saliva, su mirada de indiferencia no me agradaba del todo que al poco rato acabaría en una de ira suprema, prefería hacerle caso que atenerme a las consecuencias.

—Está bien, lo haré.— accedí con timidez.

—Bien, ahora regresemos y sigamos disfrutando, vaya que la banda que tocó primero es bastante buena y la de tu chico ¿qué decirte? Le daría un premio.— sonríe ampliamente. Ding ding, tenemos a una chica de temperamento bipolar aquí.

This is gonna hurt [2nd Season/TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora