Scene twenty one.

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Maratón 1/2.

A little bit longer.

—Es hoy cuando comprendo más cuando también me pides que no me vaya de tu vida, porque sé lo mierda que se siente no tener a nadie a tu lado intentando entender la causa, motivo, el porqué de pronto al haber estado tan radiante, terminaste decayendo con facilidad— besa su mejilla—. Tal y como te lo dije una vez, de mí no te desharás tan fácilmente, lo prometo.

Describir cómo es que José se sentía en ese momento, era tan difícil, no encontraba las palabras exactas para hacer saber lo horrible que era estar ahí, reviviendo el recuerdo del sueño, de cuando era él quien estaba postrado en esa jodida e incómoda cama de hospital debido al coma en el que estuvo por cuatro meses, gracias a esto lo entendía mejor, comprendía el inmenso dolor que ella había sentido en aquel entonces al verlo ahí sin reaccionar, y la manera en que su piel palidecía más de lo normal, al grado de pensar que poco a poco se sabría que estaba descansando en paz.

No supo en qué momento los hipidos se volvían más audibles o las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y gobernar en sus mejillas, ni mucho menos que se le dificultara modular algo pues le dolía como los mil y un demonios, ¿en serio esto ya no podía ser un sueño más de tantos que su cabeza reproducía aleatoriamente o creaba al dormir? Tristemente las cosas ya no eran así, todo era real. Debía asumirlo.

Aún no le cabía en la cabeza o más bien, no hallaba la respuesta a todo esto que estaba sucediendo, analizaba cada una de las cosas tanto del sueño como de ahora para darse cuenta en qué había fallado, dónde fue que el error fue cometido y con ello, el karma se encargara de que ambos sufrieran de las consecuencias, pero... nada, no había nada, simplemente estaban aquellos pequeños conflictos entre ambos que a través de los días arreglaban, sólo si alguno dejaba el orgullo, nada más ¿acaso eso era indicio para que sucediera lo de ahora? No, era sumamente patético. Debía de haber otra cosa más fuerte pero, por más que escarbaba entre los recuerdos, simplemente no encontraba nada.

Hubo un momento en el cual la dejó sola, necesitaba ir a casa para darle de comer a Layla, darse una ducha, comer algún refrigerio y posteriormente regresar para seguir cuidando de ella o por lo menos visualizarla desde el sofá de mediano tamaño que estaba ahí, no le quitaba la vista de encima, sentía algo en su interior removiéndose como haciéndole saber que en algún momento que caiga dormido, ella despertará pidiendo ayuda o si no alterada; acarició su cabello, sus mejillas y le plantó un sonoro beso en los labios.

—Te amo— susurró en su oído.

Se dirige hacia el sofá para acostarse, se quita la boina, la mira por última vez desde donde está y luego pone la mencionada sobre su rostro para de tal forma, dejarse caer en los brazos de Morfeo.


Despierta nuevamente, refriega sus ojos con el dorso de sus manos y sólo así poder tener una mejor visión del entorno en el que se encontraba, mira hacia su lado izquierdo y pudo ver a José dormido plácidamente en el sofá de mediano tamaño, estaba tan tranquilo, su rostro estaba cubierto por su boina negra pero suponía que al quitársela se encontraría con una cara bastante graciosa aunque de alguna forma, se iba a seguir viendo hermoso, tal vez no para muchos pero a ella en lo particular, sí. La opresión en el pecho regresó, su vista se nubló y las lágrimas no tardaron en brotar de sus ojos sin cesar ¿cómo sentirse bien si estás guardándole un secreto de inmenso tamaño al amor de tu vida? Era imposible, es que si se lo hacía saber, iba a preocuparlo demasiado que era capaz de ir posponiendo cada compromiso de su trabajo sólo por ella, no quería eso.

No quería convertirse en la culpable de que su carrera fuese en decadencia sólo porque él se dedicaría a atenderla o por lo menos cuidarla acorde las indicaciones que el doctor les brindara, así que prefería mantenerse callada e intentar fingir que todo estaba bien aunque fuese lo contrario.

This is gonna hurt [2nd Season/TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora