This is gonna hurt [2nd Season/TERMINADA]

Scene twenty.

Secret.

Hospital Madero, 1:13am.

Me encontraba impaciente en el hospital, golpeteando el piso de mármol blanco, para desahogar toda esa desesperación que me tenía hasta cierto punto agobiado, desde que ingresaron a mi chica, no he tenido noticias tanto buenas como malas sobre su estado de salud, estaba solo, los chicos habían optado por irse a casa para tomar una pequeña siesta y posteriormente regresar, eso lo aseguraban más no me lo afirmaban en totalidad, yo sólo me limité a asentir. Después de todo, no ha sido la única situación en mi vida en la que he estado solo sin el apoyo de alguien, si no vienen, no me sorprende.

Los pasillos eran invadidos de silencio puro, las luces estaban tenues, pocas veces podías vislumbrar a enfermeras salir o dirigirse hacia las habitaciones de planta alta o baja, con decir que ni siquiera el sonido emitido por una llave mal cerrada, era escuchado. A un lado de mí yacía el cuerpo de un hombre Godínez, cuyo fue fácil de saber por su vestimenta formal, aunque me aterraba un poco su forma de roncar, parecía una especie de rugido de un animal feroz, mezclado con ese sorber de la nariz, tan extraño que hasta decidí ponerme de pie y seguir con la espera. Otros dos más se situaban ahí también, cruzados de brazos en sus asientos mientras dormían plácidamente.

Yo en lo personal, ese sueño que bien pude conciliar al igual que los que se encontraban conmigo, se esfumó por completo, no pensaba con claridad, las lágrimas salían sin aviso previo, declinando sobre mis mejillas, hablando de, se me fue la cuenta de todas las veces que he estado así desde que la trajimos hasta aquí. Tan sólo un pestañeo, el nítido recuerdo del momento en que le dispararon, venía a mí tan rápido como un relámpago en plena lluvia torrencial.

En ese momento todo se tornó a cámara lenta, yo quedé petrificado que ni siquiera emitir un "¡no!" Por la impresión pude articular, yayo de milagro la sostuvo entre sus brazos hasta caer juntos al suelo álgido, por otro lado, aquel hijo de su puta madre se rió de forma desangelada, acto seguido, huyó, por el rabillo del ojo pude visualizar como juxi y strappy iban detrás de él para atraparlo; la muchedumbre corría de aquí para allá pidiendo auxilio, gritando de horror, otros se escondían en los puestos, bajo los asientos o mostradores, el resto llamaba a la policía pidiendo que llegaran lo más rápido posible, era urgente.

El grito de desesperación de yayo pidiendo una ambulancia, me sacó de ese trance en el que había quedado atrapado por unos minutos para intentar asimilar que eso estaba sucediendo.

—¡Llama una ambulancia, está perdiendo mucha sangre!— Lo oí ordenarme en lo que buscaba la forma más eficaz hasta ese entonces para que dejase de sangrar o por lo menos hasta que la ayuda llegara— ¡apresúrate José!

Con las manos temblorosas saqué torpemente mi celular, lo desbloqueé y rápidamente llamé pidiendo una ambulancia, la voz me salía entrecortada, incluso apenas audible que tuve que repetir enésimas veces lo que necesitaba. Caí de rodillas, se la quité a yayo de sus brazos para acogerla entre los míos, me acuerdo perfectamente lo desquiciado que me volví, la desesperación que gobernó en todo mi ser, las veces en las que suplicaba en demasía el que no se fuera aún de mi vida pues nos hacían falta una infinidad de aventuras, actividades, momentos por vivir juntos.

Mi ropa quedó manchada de su sangre, la cual por lógica iba a ser imposible de que eso no pasara.

—La policía lo atrapó, ese cabrón estará en la cárcel por un largo rato, da la casualidad que es el mismísimo que estuvieron buscando por años anteriores pero el muy astuto cambió de identidad, lo cual provocaba que no diesen con él y gracias a esto, dan por hecho que no volverá a jodernos la existencia.— relató strappy por el otro lado de la línea telefónica.