This is gonna hurt [2nd Season/TERMINADA]

Scene three.

Rain | Food | Flyer.

Mi mejor amiga me mira petrificada desde la entrada, parpadea repetitivas veces intentando que le cayese el veinte de lo que recién yo modulaba, aunque ella no llegase a creerme, había cumplido con mi deber, y fue el de ser sincera ¿para qué mentir? No tiene caso.

—¿Cómo dices que dijiste?— escupe la cuestión con voz temblorosa— ¿ya estuviste aquí? ¿Cómo lo sabes?— agrega exasperada, necesitaba tener respuestas a la de ya o seguro se sacaría de quicio, terminando por sacarme del mío también.

—Sí, ya estuve aquí— afirmo mirando mi alrededor, el ambiente era tal cual lo había sentido en mi sueño, tan pacífico, acogedor, de ese que encaja perfectamente con tu aura— lo sé gracias al sueño que tuve.— agrego volviendo a posar mi atención hacia ella, su cara parece un poema y la comprendo, si fuese al revés, estaría igual.

—Alejandra, tienes mucho que contarme, quiero... quiero entender y comprender esto, porque la manera tan natural en la que lo dices, me desconcierta mucho, incluso me hace sentir mal porque parece que jamás estuve contigo para vivir tan gratos momentos.— suspira tras hacer una mueca. Por fin entra junto a sus valijas, posteriormente cierra la puerta sin decirme algo, le sigo con la mirada hasta que llega a la sala en donde deja caer sus pertenencias al suelo, acto seguido toma asiento en el sofá de gran tamaño, cubre su cara con ambas manos por escasos segundos, después suspira nuevamente y añade—: me siento mala amiga ¿sabes?

—Oh, no, no digas eso fabi, eres una excelente y ejemplar amiga— le hago saber desde mi posición, camino hasta la sala, la observo que ahora se encuentra mirando hacia la nada e incluso como unas traviesas y delatadoras lágrimas declinan por sus mejillas haciéndome sentir mal— escucha, yo te voy a contar todo con lujo y detalle, bueno em, omitiré algunas partes íntimas que lógicamente no tienes por qué saberlas pe-pero t-te con-contaré todo ¿sí? No llores, detesto verte así.— hago una mueca, tomo asiento a su lado y le abrazo fuerte.— Créeme, después de que te relate todo, estoy segura que vas a entenderme que no habrá necesidad de que tengan que suceder diversas situaciones para ello. ¿De acuerdo?

—Está bien.— musita con voz entrecortada, asintiendo repetitivas veces con la cabeza afirmándolo.

—¿Te parece si preparamos algo?— propongo al soltarle, ella asiente— perfecto, porque va a ser una larga historia en la cual no dudo en que me interrogues.

—Am...— le escucho emitir, con el dorso de sus manos limpias las lágrimas que agradecí que hayan cesado por fin— hay un pequeño problema.— juguetea con sus dedos, alza la mirada, muestra timidez.— No hay comida.

¿Escuchan eso? Es mi corazón rompiéndose poco a poco... ¡¿cómo diantres no puede haber comida?! ¡¿QUÉ DEMONIOS LES SUCEDE?!

—Supongo que tendremos que ir a comprar— me encogí de hombros.

—¿Supones?— enarca una ceja— ¡eso es más que obvio!

—Aunque ¿cómo sabes que no hay comida?

—Al idiota de tu ex seguro se le olvidó surtir, yo que sé.— rodó los ojos.

—Sólo para estar segura, revisaré el refrigerador.

—Hazlo, yo por lo tanto dejaré mis maletas en la que será mi habitación.

—Pido la habitación del fondo, no acepto quejas.— me apresuré a decir, ella gruñó y yo reí.

—No mames, eso no es justo, yo quería esa.

—Tú lo has dicho, querías. Ahora es mía, lo siento.— hice un puchero.