~Diario de Guillermo~
Lo observaba a la distancia, sabía cada uno de sus movimientos, miraba con encanto y fascinación cada una de sus acciones, era una persona única. Nadie se comparaba a él. Era totalmente perfecto. Cada uno de esos detalles de los que nadie se daba cuenta yo los apreciaba y me los sabía de memoria, cómo cuando su cabello caía sobre su rostro, él lo movía al lado izquierdo y se lo acariciaba durante un par de segundos hasta que se aplacaba. Me encantaba mirarlo. Era inevitable que su cabello, su sonrisa, sus ojos y su musculosa espalda pasaran desapercibidos, era como tener un dios griego ante tus ojos. Cada que entraba a un lugar su presencia brillaba y toda la atención se dirigía hacia donde él estaba, ese hombre era perfecto y necesitaba ser mío. Así que lo hice.
Después de años de estar a la distancia decidí que aquel día finalmente me acercaría a su gloriosa presencia y lo hice... O al menos lo intenté, me acerqué como jamás lo había hecho y cuando mis labios al fin pudieron pronunciar su nombre y llamar su atención, me quedé sin aliento. Mi corazón se aceleró y no lo pude evitar... Huí, corrí lo más lejos que pude y me volví a quedar en la distancia observándolo en silencio. Oh querido, solo eres un libro abierto para aquellos que quieres que te lean, pero yo aprendí a hojearlo sin que te des cuenta.
Y así fue durante otros meses, en silencio y en la distancia observaba al amor de mi vida sin siquiera llamar su atención. Mientras más aprendía sobre él, menos notaba mi existencia, pero eso iba a cambiar. Entonces un nuevo día llegó. Me armé de valor, otra vez, y me acerqué a su brillante existencia, miré esos ojos que me volvían loco y lo hice. Lo invité a salir. Apreté los ojos y los puños, tratando de hacerme más pequeño y esperé sus respuesta negativa durante largos segundos, pero lo que hizo fue todo lo contrario. Aquel chico al que había observado por tanto tiempo me sonrió; levantó mi rostro con delicadeza y escuché lo que siempre soñé, pero que jamás pensé que se haría realidad. Sus dulces labios prenunciaron una sola sílaba que logró hacer que mi corazón se acelerarse y mis ojos brillar. Aquel "Sí" fue lo mejor que mis oídos hubieran escuchado jamás. Finalmente había pasado, finalmente tenía la oportunidad de tenerlo a mi lado y cuando lo tuviera nunca lo dejaría ir.
Entonces el día llegó, mi cita con él era esa misma tarde. Me puse la mejor ropa que tenía, peiné mi cabello y me aseguré de practicar mi mejor sonrisa. Por primera vez mi pálida piel tenía un leve rubor, las ojeras bajo mis ojos desaparecieron y mi cabello rebelde y opaco, estaba aplacado y brilloso.
Caminé por calle, tarareando una feliz melodía, hoy lo haría, finalmente lo tendría a mi lado. Las calles pasaban ante mí y yo me acercaba cada vez más a él. Todo parecía igual que siempre, pero ese día toda mi vida cambiaría. No podía evitar que mis latidos se aceleraran, por fin. ¿Por fin! Después de tantos años observándolo, aprendiendo cada uno de sus movimientos a la distancia, finamente me podía acercar a él, tenerlo a mi lado y aspirar su aroma. Hoy se volvería mío para siempre.
Unos minutos después llegué al punto de encuentro, donde estaríamos solo los dos. Inmediatamente al entrar a la plaza lo vi. Lucía tan atractivo como siempre. Mi mirada se perdió en los luceros que tenía por ojos y su sonrisa logró que mi corazón se saltara un latido. Era tan perfecto.
Las horas pasaron, toda la tarde estuvimos los dos solos, juntos. Sin nadie más. El tiempo voló y ya era hora de volver a casa. Mientras caminamos nuestras manos eran una y nuestros latidos se coordinaron. Me sentía como en un sueño, y finalmente era hora de llevar a cabo mi plan. Lo tenía pensado desde hace mucho tiempo, casi desde el minuto uno en que mis ojos se posaron sobre él.
Llegamos a la puerta de mi casa y era momento de despedirse. Fue cuando me di cuenta que era el momento. Sus dulces labios rozaron mi mejilla, causando un cosquilleo donde su piel tocó la mía; su mano se deslizó hasta mi cintura y en ese segundo mi corazón se detuvo. Era hora de actuar. Tomé temeroso su hermoso rostro entre mis manos y lo besé, dulce y apasionadamente, él lo correspondió y sentí como sonreía mientras nuestros labios permanecían juntos. Segundos gloriosos en los que finalmente pude probar sus labios por primera vez, pero yo... quería más.
Con agilidad y delicadeza, sin que él lo notara paseé mi mano por su espalda musculosa, distraje aquella acción mientras intensificaba el beso. Colé una mano a mi bolsillo y cuando mis dedos sintieron el metal frío lo abrazaron. Nuestros labios no se separaron en ningún momento y fue cuando encontré mi oportunidad. Agarré con más fuerza aquel objeto, y con la misma agilidad de antes, saqué mi mano de mi bolsillo. Y fue cuando lo hice... finalmente. Clavé en su perfecta espalda la navaja, sintiendo como cada uno de sus músculos se tensaban y un quejido escapaba de sus finos labio. Entonces lo sentí... el líquido caliente comenzaba a escurrir entre mis dedos. Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Aquel fue el mayor regocijo que jamás había sentido en mi vida; así que me decidí por hacerlo de nuevo. No permití que se separara de mis labios , lo seguí besando. Lo presionaba contra mi sin piedad, sintiendo cada una de sus respiraciones entre puñaladas y quejidos de dolor. Y lo hice de nuevo, una y otra vez, hasta que finalmente conté siete. Siete años de lejanía, siete chicas y chicos con los que salió antes que conmigo. Siete años de estar enamorado de él sin siquiera ser notado. Siete veces que me retracté de hablarle... Siete... Ese era nuestro número. Y finalmente pasó, sentí su último suspiro sobre mi boca, sentí su último latido y escuché su última palabra, mi nombre.
-Te amo- susurré mientras sentía su cuerpo aún tibio entre mis brazos.
Lo había logrado. Cumplí mi misión. Estaríamos juntos para siempre, su corazón y todo su ser me pertenecerían por la eternidad y nunca más tendría que compartirlo con nadie. Nunca más me ignoraría y por primera vez era totalmente mío. Aquella noche un pacto fue hecho y su sangre era el sello de nuestra promesa de amor.
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¡Oh dios! Se me fue la cabeza en esta historia xD Bueno, esto fue algo que se me ocurrió por una frase que me dio una amiga <solo eres un libro abierto para aquellos que quieres que te lean>, a quien le dedico con mucho amor este drabble (aunque no le guste el BL :P) Es algo en plan Yandere y la verdad me gustó mucho la idea y espero que a ustedes también. ^^ Es un poquito más larga de lo que usualmente son mis drabbles, pero me encantó como quedó :'D
En fin mil gracias por leer y apoyar a esta loca escritora. Les mando mucho amor
-Pam
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Drabbles|| Wigetta
FanfictionEstá es una antología de Historias cortas del ship Wigetta, lo que significa que no necesariamente tienen que leer los capítulos en orden, cada uno es su historia separada. La mayoría son historias de amor, o dramáticas. Algunas basadas en la vida r...