Nueva ciudad, nueva escuela, nuevos compañeros... Guillermo podía definir los últimos tres meses de su vida con esas tres frases. A su padre lo habían promovido, lo que implicó un cambio de ciudad y por consecuencia de todo lo demás. Guillermo era un chico de tan solo quince años, quien apenas estaba acostumbrándose a la vida, estaba en esa extraña etapa llamada adolescencia, en la cual se hacía la pregunta "¿Quién soy". De momento lo único que sabía con seguridad era que amaba los videojuegos, pero fuera de eso no tenía en claro nada de lo que quería ni sabía cómo definirse, incluso dudaba de su sexualidad.
Era la primera semana en su nueva escuela, apenas se estaba adaptando, por suerte ya había hecho un par de nuevos amigos, quienes se veían majos y tenían gustos parecidos con él, los tres compartían el amor a los videojuegos, Frank y Alex iban en el mismo salón que él y desde el primer día se portaron muy amables con Guille. En los escasos días que llevan de ser amigos se volvieron muy unidos, lo cual le había dado confianza.
-Tíos, ¿habéis visto lo buenas que están las tías del otro salón?-preguntó entusiasmado Frank mientras los tres almorzaban en la cafetería de la escuela.
-Son monas pero no son mi tipo- aclaró Alex antes de darle un sorbo al zumo.
-Ya, además son muy bordes- declaró Guille, a quien para nada se le hacían "buenas" las chicas del otro salón, porque además de ser bordes eran fáciles.
Su descanso terminó y tenían que regresar al salón. En el pasillo los tres iban tonteando y bromeando entre ellos, cuando algo, bueno, mas bien alguien capturó la atención de Guille. Un chico de último año, quien iba con una camisa de manga larga, tenía pelo castaño y se veía a kilómetros que se ejercitaba mucho. El menor perdió la noción del tiempo cuando sus miradas se encontraron, pero ese mágico efecto fue roto por la multitud que camina por ahí y el timbre que anunciaba que tenía que volver a clases.
Durante el resto del día Guille no podía hacer otra que pensar en quien era ese chico, necesitaba saber al menos su nombre, estuvo bastante distraído y obviamente Frank y Alex lo habían notado, y evidentemente no iban a descansar hasta saber quien había logrado meterse en la mente de su amigo de esa manera.
-Dinos quien es- dijo Alex a la hora de la salida. Al principio Guille no había captado lo que dijo, e hizo una cara de confusión que sólo logró hacer reír a sus compañeros.
-Anda, somos amigos- insistió Frank- Es del otro grupo, ¿verdad?- sonrío y le dio un leve golpe en el brazo.
-¿Pero qué dices?- rió nerviosamente Guille- No me gusta nadie y...- iba a continuar cuando lo vio pasar, el chico de cuerpo musculoso pasó a tan solo unos pasos de ellos y nuevamente sus miradas se cruzaron, el chico mayor sonrío y siguió su camino junto a sus amigos.
Evidentemente esa conexión entre ellos no pasó desapercibido por los dos chismosos compañeros de Guille.
-¿Te van los tíos?- preguntó sonriendo Frank, quien puso su brazo al rededor del cuello del joven enamorado.
-Tal vez...- respondió sonrojándose levemente.
Después de esa declaración las cosas no cambiaron mucho, sus amigos lo seguían tratando y el chico, que tiempo después se enteró que se llamaba Samuel, seguían sin hacer otra cosa más que verse a lo lejos en los pasillos y de vez en cuando regalando una que otra sonrisa. Al pasar los días nada cambiaría pero un viernes por la tarde las cosas dejarían de ser como habían sido hasta el momento, Guillermo había tenido mucha tarea y se había quedado en la escuela a terminarla. Finalmente había terminado y se podía ir, pero se le había hecho tarde, al momento de salir casi corriendo de los salones de estudio chocó contra alguien, lo que provocó que todas sus cosas terminaran en el piso, al mirar a la persona con la cual había chocado se sonrojó y se agachó lo antes posible a recoger sus cosas, comenzó a susurrar disculpas ininteligibles. Guardó todas sus cosas y se paró lo más rápido que pudo, pero algo lo detuvo, volteó y encontró que la mano de Samuel sostenía su brazo.
-Se te olvidó esto- dijo sonriendo y a su vez entregándole un lapicero que se había quedado en el piso.
-Gracias- nuevamente susurró y trató de no mostrar lo nervioso que estaba.
-De nada- el mayor le do el lapicero y le regaló otra sonrisa- Eres Guillermo, ¿verdad?- aquello tomó por sorpresa al menor quien en su mente tenía muy claro que Samuel ni siquiera sabía quien era.
-Sí- respondió, esta vez tratando de que su voz fuera más firme- ¿Cómo sabes?- cuestionó curioso.
-Lo escuché, por ahí- aceptó el mayor- Yo soy Samuel, ¿te gustaría ir por un café?- preguntó, esta vez su sonrisa se volvió coqueta, logrando que las palabras de Guillermo se atoraran en su garganta.
El sonrojo del más joven era evidente, y al no poder pronunciar ninguna palabra solo asintió, así aceptando la invitación de Samuel, quien sonrió triunfante. Guille olvidó que tenía que hacer otras cosas y se fue con el chico musculoso. Aquello fue el inicio de una nueva historia, que traería consigo muchas emociones nuevas para ambos chicos.
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Wuuu! Drabble nuevo :3 Esta idea llevaba varias semanas en mi cabeza y finalmente la pude escribir. Estoy muy contenta de que el anterior drabble haya tenido tanto apoyo.
Bueno, eso era todo, gracias por todo lo que me da y nos leemos luego :*-Pam
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Drabbles|| Wigetta
FanficEstá es una antología de Historias cortas del ship Wigetta, lo que significa que no necesariamente tienen que leer los capítulos en orden, cada uno es su historia separada. La mayoría son historias de amor, o dramáticas. Algunas basadas en la vida r...