Ibiza. Mejor conocida como la "Isla del vicio". Es uno de los destino favoritos para vacacionar de jóvenes que quieren explorar una diversión sin límite, donde no solo se disfruta de buena música, sino también de playas paradisíacas, con arena blanca y un mar tan azul que parece sacado de una pintura. Vegetta y Willy solo querían despejar un momento la mente, pasar unas cortas vacaciones calmadas y tranquilas, pero aquella idea se fue inmediatamente a la basura cuando Abel y Frank los invitaron a que fueran con ellos a Ibiza. Ambos dudaron en ir, pero al final aceptaron, no es una propuesta que recibas todos los días.
Al llegar a aquella isla lo primero que hicieron fue ir al hotel, al descansar un rato.
— ¡A mola la vista!— declaró Willy al ver que la ventana tenía una vista esplendida de la playa. —Espero ver tortugas— dijo con cierto tono infantil.
Vegetta sonrió ante lo ilusionado que se veía su compañero, amaba verlo así de contento.
— Ya nos hacia falta unos días de descanso— dicho esto Vegetta se tumbó en una de las camas de la habitación.
— Sí. Aunque no creo que podamos descansar mucho con la música a todo volumen 24 horas.— dijo Willy a la vez que se apartaba de la ventana. —Hay que ir a buscar a Frank y Abel, para ir a comer y después a la playa.
— Hmm... Vayan ustedes, yo dormiré un poco. — el castaño se cubrió los ojos con el brazo y se dispuso a tomar una siesta.
Hubo unos segundos de silencio y por un momento Vegetta pensó que Willy se había marchado, cuando de repente sintió un peso sobre su cuerpo. Se destapó la cara y vio a Willy sentado a horcadas sobre su abdomen.
— No voy a dejar que desperdicies las horas que tenemos en Ibiza en dormir— el menor se levantó. — Así que levántate, parguela, y vamos a comer, para después ir a la playa y buscar tortugas— sentenció y salió de la habitación.
Si poder evitarlo Vegetta se sonrojó. Desde hace mucho tiempo le gustaba con locura su mejor amigo y siempre terminaban en situaciones algo incómodas, incluso varias veces estuvieron muy cerca de besarse, pero al final algo siempre los interrumpía. Vegetta se quedó unos segundos más recostado, recuperando el aire que le fue arrebatado por el menor al hacer tan sorpresivo contacto físico y de esa manera tan sugerente.
Finalmente después de calmarse se levantó y fue hacia donde se encontraban sus amigos. Al llegar al comedor del hotel lo primero que notó es que estaba lleno de turistas y justo en la terraza encontró a sus amigos quienes reían sobre alguna tontería que acababa de decir Frank. En ese momento Vegetta no pudo evitar sonreír al ver a Willy sonriendo de tan hermosa manera, en un momento sus ojos se conectaron y ahora Willy no sonreía por los chistes de Frank, sino sonreía por ese hombre tan guapo que iba en su dirección.
— ¿De qué me perdí?— preguntó el castaño, a la vez que se sentaba a la mesa junto a Willy.
— Pues ya sabes— dijo Abel. — Las pargueladas que dice Frank.
Abel, Frank y Willy rieron nuevamente. Vegetta se integró a la conversación. Durante toda la comida estuvieron riendo, platicando sobre YouTube y juegos; y de vez en cuando Willy y Vegetta intercambiaban miradas cómplices y se sonreían.
(...)
Las horas habían pasado y ya era de noche. Los cuatro amigos habían decidido ir a uno de los conciertos que quedaba cerca del hotel, ni Abel, ni Willy, ni Vegetta conocían al DJ, pero Frank era un fiel seguidor.
— ¡Tío! Esta canción es buenísima— gritó Frank tratando de hacerse oír entre el bullicio y a música.
Los cuatro chicos bailaban y brincaban al ritmo de la música, se reían y disfrutaban.
— ¡Abel! — gritó nuevamente Frank. — Acompáñame por unas bebidas.
Abel asintió y después de preguntarle a Willy y a Vegetta si querían algo ambos se marcharon en busca de algo que los refrescara y les ayudara a aguantar toda la noche.
Cuando se quedaron solos Willy y Vegetta comenzaron a charlar de cosas muy banales, como siempre lo hacían, pero esta noche algo era diferente. Tanto Vegetta como Willy estaban con cantidades considerables de alcohol en sus venas, no es como que estuviera borrachos a más no poder pero si habían tomado un poco más de lo que deberían. Se sentía cierta tensión, ambos morían de ganas por poner sus manos sobre el otro, sentir sus labios y lo cálido que llegaría a ser estar lo suficientemente cerca como para sentir sus latidos.
—Willy— le nombró el mayor, a la vez que se aventuraba a tomar una de sus manos.
Willy no sabía era el alcohol, el húmedo de la playa o simplemente un impulso reprimido que tenía desde hace mucho tiempo, pero sin pensarlo mucho más, lo hizo. Sus labios cayeron de golpe sobre los del mayor, envolviéndoles en un calor insoportable y unas ganas de jamás soltarse. La música continuaba, la gente seguía bailando y tomando, todo parecía lo mismo, excepto para Guillermo y Samuel, quiénes acaban de descubrir la puerta a su perdición. Los carnosos labios de Willy se movían hábilmente sobre los de Vegetta, quien estaba sorprendido por lo buen besador que era su aparentemente inocente amigo. El drop de la canción llegó y muchas personas en la emoción empujaron a la joven pareja de youtubers, haciendo caer al menor sobre la arena; rompiendo así su momento íntimo, haciéndoles caer en cuenta de la realidad.
— ¿Estás bien, compañero?— preguntó el castaño, estirando su mano para que la tomara y se pusiera de nuevo en pie.
Willy la tomó, ya estando de pie y cara a car con Vegetta, tuvo el valor de preguntar lo que varias noches le quitaba el sueño.
— ¿Qué va a pasar ahora?— su voz denotaba preocupación.
Samuel al notar lo consternado que estaba su amigo, tuvo que tomar valor e ignorar sus propios miedos.
— Lo que va a pasar es que vamos a disfrutar— dejó un corto beso sobre los labios del menor y continuó, — no voy a dejar que desperdicies las horas que tenemos en Ibiza en preocuparte por algo tan fácil de solucionar.
Nuevamente sus labios se encontraron y el mundo a su al rededor desapareció.
— ¿Y cómo lo vamos a solucionar?— preguntó Willy mientras rodeaba el cuello del mayor con sus brazos.
— Te convertiré en mi novio.
Willy no tuvo oportunidad de reaccionar cuando los finos labios de Vegetta le robaron el aliento de nueva cuenta. Ninguno de los dos dijo nada más, solo se tomaron de las manos y continuaron disfrutando de la música. Cuando Abel y Frank volvieron nadie dijo nada al ver a sus amigos besándose y abrazándose. Aquello parecía un sueño. Una isla hermosa, con buena música y el posible amor de sus vidas. Un sueño del cual jamás querían despertar.
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¡HOLA! Bueno, hoy les traigo este drabble medio pocho :P (No me terminó de convencer pero, bueh). Espero que a ustedes sí les guste ^^ Yo flipé cuando vi que estaban en Ibiza. Pero me alegró mucho verlos tan felices :33 Lamento no estar tan activa, solo que como ya expliqué, en donde solía escribir se descompuso y pues es mucho más difícil... Pero bueno, intentaré escribir un poco más.
En fin, mil gracias por leer y le agradezco a la señorita Mariapi de tumblr, por dejarme usar ese edit tan precioso. ¡Los amo!
-Pam
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Drabbles|| Wigetta
Fiksi PenggemarEstá es una antología de Historias cortas del ship Wigetta, lo que significa que no necesariamente tienen que leer los capítulos en orden, cada uno es su historia separada. La mayoría son historias de amor, o dramáticas. Algunas basadas en la vida r...