Especial |Daen|

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Capítulo dedicado a josi230710 |DEBES HACER LOS RETOS|

***

—¿Hel? —Pregunto, una vez que los disparos han cesado. La pelirroja está llorando, abrazándose a ella misma mientras mira a la nada. Me arrastro hacia ella, rodeando su cuerpo tembloroso con mis brazos—. Todo está bien, nena. Estoy aquí.

—¿S-se f-fueron? —Intenta levantarse, pero me niego rotundamente a dejar que se coloque frente a aquella puerta, no correría ese riesgo—. ¿Cómo están todos?

—Hel —Tomo su rostro entre mis manos, retirando las lagrimas que se deslizan por sus mejillas—. Debes calmarte, Cabo sabrá que hacer, ¿sí?

—Pueden estar heridos —Su voz suena algo distante, como si estuviera lista para enfrentarse a todo el mundo—. Debemos ayudar, suéltame, Daen.

—No —La sujeto con algo más de fuerza, negándome a dejarla escapar—. No vas a moverte de este lugar, Hel, no cuando aun estoy aquí. No voy a permitir que pongas en peligro tu vida.

Voces fuera de la habitación llaman mi atención, y me aseguro de mantener a Hel protegida en todo momento. Cuando la puerta se abre y descubro la figura de Cabo, es cuando la tranquilidad invade mi cuerpo.

—¿Están bien?

—Si —Respondo, algo tajante, Hel lucha contra mi agarre y de un momento a otro, se libera, retrocediendo a rastras—. ¿Puedes hacer lo que se te dicen una vez en tu vida, Hel?

—Idiota —Ella gruñe, secándose las lagrimas con rabia—. No tienes derecho a decirme que hacer, entiéndelo.

—Señorita Petrov —Cabo llama la atención de Hel, la cual se coloca de pie por sí sola—. Arman me comento que sabes curar heridas de balas.

La confusión me golpea con fuerza una vez que me coloco de pie, Hel me observa por el rabillo del ojo, para luego pasar a ignorarme.

—Si —Su voz ya no tiembla, y es cuando el orgullo empieza a invadir mi pecho. Aun con miles de balas apuntadas a su dirección, Hel seguía manteniendo fuerte, sin embargo, lo momentos de debilidad le atacaban a cualquiera, y ella no era la excepción—. ¿Alguien está herido?

—No es tan grave, pero necesitamos sacar la bala.

—Bien —Vuelve a asegurar—. Dile a Arman que tenga todo listo y bajaré en un momento.

Cabo asiente, para luego marcharse, no sin antes cerrar la puerta a sus espaldas, y es cuando Hel me enfrenta, observándome con sus grandes ojos verdes.

—¿Podemos dejar esto para después?

—No me acosté con nadie, Hel —Suelto, sabiendo perfectamente lo que estaba pensando—. Si, puede que tenga un pasado, ¿quién no? Pero desde el momento que pisaste la oficina del abogado ese pasado quedo atrás.

—No quiero hablar de esto. No ahora.

—No saldrás de esta habitación hasta que confíes en mí, Hel —Me acerco a ella, negándome a dar el brazo a torcer. Sus manos se apoyan en mi pecho, tratando de alejarme, pero no aplica la fuerza suficiente para poder lograrlo. Sus ojos están sobre los míos, observándome con un brillo que no logro descifrar—. No me acosté con esa mujer, lo juro por mi madre.

Los labios de la pelirroja frente a mi forman una dura línea, dándome a entender que estaba enojada. En el poco tiempo conviviendo con ella, había descubierto varias de sus manías, lo cual hacía algo divertido la estancia junto a ella.

KILLER © |SIN EDITAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora