—¿Te gusta la vista? —Un estremecimiento recorre mi cuerpo cuando los labios de Daen se presionan contra mi hombro desnudo. Escoger uno de los tantos vestidos de verano que había en mi maleta parecía haber sido una buena elección—. De noche se pueden ver luciérnagas.
—¿Si? Más tarde podre ver alguna —Mi voz es baja, y la única razón era saber que los puntos ya no se encontraban en mis heridas. Una sonrisa se desliza en mis labios cuando los gruesos brazos de Daen me rodean con cuidado—. ¿Dónde están todos?
—Revisando los alrededores —Responde, apoyando su barbilla en mi cabeza—. Cabo esta en la entrada principal y Arman en la trasera. No dejaré que nada ingrese a esta casa.
—El que me protejas a mi no deja fuera de peligro a todos los que conozco —murmuro, apoyándome contra su pecho—. Primer mi padre, luego Bertha, Zoe...
—Detente, Hel —Me gira con lentitud y sus ojos se encuentran con los míos—. Mi prioridad eres tú, rusa. Lo de Zoe... nadie se lo espero, nena, pero no es culpa de nadie.
—Killer va detrás de mí, Daen —Suelto, con algo de obviedad—. Él lo está demostrando con todo lo que pasó. Acabará con cualquiera que se meta en su camino.
Las grandes manos del castaño se cierran alrededor de mis mejillas, sujetando mi cabeza en un solo lugar. Sus ojos azules se encuentran nuevamente con los míos, y un estremecimiento me recorre la espina dorsal.
—Él no va a volver a acercarse a ti, Hel —Promete. Su voz es completamente seria, y creo en Daen con rapidez. Asiento, sin saber que responder a sus palabras. Sabía que al estar a su lado, nada podría lastimarme y, que si algo lo hacía, él estaría dispuesto a salvarme—. En la primera habitación del segundo piso están tus cosas, tu computadora también está ahí.
Mi cabeza está apoyada contra su amplio pecho, y debo separarme un poco para poder observarlo.
—¿Puedo usarla?
—Sí —su ceño se frunce por un momento, como si dudara de sus palabras—. Uno de los hombres de cabo logro instalar algo para que no nos rastreen.
—¿Qué?
—¿No sabes cómo te encontré, cierto? —Niego con la cabeza, negándome a recordar aquella desastrosa mañana—. Tus tacones son un lugar perfecto para colocar rastreadores.
Lo observo algo confundida, a lo que él sólo niega con la cabeza con diversión.
—¿Debo asustarme por eso?
—No —Frunce un poco el ceño, luego, en menos de un parpadeo, parece aterrado—. Es mi forma de saber donde estas...
Parece asustado por mi reacción, pero justo en ese momento, no tenía opción a enojarme. Por su sobreprotección ahora me encontraba con vida, y completamente a salvo.
Ambos nos quedamos en silencio, observándonos fijamente, hasta que él decide romper el momento incomodo.
—¿Puedes quedarte en tu habitación? Debo registrar el alrededor, no quiero ninguna equivocación de ahora en adelante.
—Ten cuidado —musito con total sinceridad. Daen ablanda su mirada por un segundo, para luego marcharse con un leve asentimiento.
Un suspiro se elimina de mi cuerpo, luchando por obtener libertad.
Estar en medio de la casa de los padres de Daen era totalmente extraño. La casa no había sido pisada por nadie salvo por nosotros... y la chica que se encargaba de cuidarla, pero ahora, al estar aquí, me hacía sentir segura.
De una extraña manera.
Mis pies se mueven casi con vida propia, y me encuentro subiendo las escaleras. Mis ojos se deslizan por el largo pasillo, y me detengo justo frente a la primera habitación.

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KILLER © |SIN EDITAR|
Action"Con solo un paso, él sabrá tu destino. No le dicen Killer por nada." Portada perfecta: @GDanyelle Historia Registrada en Safe Creative. © All rights reserved. Se encuentra expresamente prohibida su reproducción, copia (total o parcial), publicación...