Nadie como tú <<adaptada>>

Capítulo 46

-Eres un hijo de puta -fue el saludo de éste-. ¿Cómo has podido hacerle esto a Micaela?

Lucas no se dejó intimidar por el insulto y respondió.

-Eso deberías preguntárselo a tu hermana. Creo que ha salido a ti, no tiene escrúpulos a la hora de mejorar su carrera profesional.

-¡Serás imbécil! -Guillermo apretaba el teléfono con tanta fuerza que tenía miedo de romperlo-. Mira, de mí puedes opinar lo que quieras, me importa una mierda, pero de mi hermana... -Intentó controlarse-. Hay que ser idiota para creer que ella es capaz de hacer nada malo.

-Guillermo, digamos que tú no eres objetivo. Ella es capaz de eso y de mucho más. -Lucas también intentó recuperar el control, por lo que decía Guillermo era obvio que estaba al corriente de todo-. La vi con mis propios ojos con Steve. ¿Cómo explicas eso?

Guillermo cerró los ojos un instante. Le había prometido a Micaela no contarle a Lucas lo del artículo de su padre, e iba a mantener esa promesa. Se lo debía.

-Lucas, siempre te había considerado inteligente. Pero ahora veo que me equivoqué. Creía que un buen periodista buscaba toda la información posible antes de llegar a una conclusión. -A ver si así se daba por aludido.

-¿Por qué lo dices? -preguntó Lucas, intrigado por el cambio de tema en la conversación.

-Por nada. -Guillermo no podía decir nada más-. ¿Por qué me has llamado?

Lucas se quedó en silencio durante un instante.

-Porque quiero saber dónde está Micaela. Quiero saber si está bien.

Guillermo se rió de un modo muy cruel.

-¿Así que ahora te importa? Pues no, ella no está bien. -Guillermo alzó la voz-. Ayer, después de que la echaras de la revista y de tu piso, tomó su maleta y, con la muñeca aún enyesada, se fue sola al aeropuerto para tomar un avión hacia Barcelona. -Guillermo estaba cada vez más furioso-. Se pasó todo el viaje llorando y llegó aquí agotada y destrozada. Así que no. No está bien.

Lucas iba a contestar, pero Guillermo se lo impidió.

-Pero no te preocupes, dentro de poco sí lo estará. Se recuperará del accidente de moto, de Londres y de ti. Así que no se te ocurra llamarla ni aparecer por aquí. ¿Entendido?

Lucas cerró los ojos y, al habérsele hecho un nudo en la garganta, tardó un poco en contestar.

-¿Entendido? -insistió Guillermo.

-Sí, perfectamente. -Antes de que pudiera decir nada más, oyó cómo Guillermo colgaba.

Dios, como si no hubiese bastante, ahora acababa de perder a su mejor amigo.

Lucas se dio cuenta de que le temblaban las manos. Su vida iba de mal en peor. Si se quedaba en casa acabaría volviéndose loco; todo le recordaba a Micaela. Tenía que salir.

Tomó las llaves y se fue a la calle. Caminó sin rumbo fijo, lo único que quería era pensar,
tranquilizarse.

¿Por qué tenía la sensación de que había cometido el mayor error de su vida? Él había visto a Micaela con Steve, y no una, sino dos veces. Ella le había mentido. Ella era la única que conocía la contraseña de su ordenador. Ella le había mandado un e-mail a Steve con una relación de todos los artículos y sus fechas. Era obvio que ella era la ladrona. Pero ¿por qué lo había hecho? ¿Por dinero? ¿Para mejorar su carrera profesional?

Si hubiera sido por eso, ¿por qué habría regresado a Barcelona? Dios, había algo que se le escapaba.

Lucas anduvo por las calles todo el día. Es increíble lo solo que se puede llegar a sentir uno en una ciudad llena de gente. Por la noche, al regresar a su casa, se detuvo ante el portal naranja. Ahí la había besado por primera vez, y en ese instante recordó
perfectamente su olor y su sabor. Tenía que dejar de hacer eso, tenía que olvidarla y tenía que hacerlo ya. Ella lo había engañado, lo había utilizado, y cuanto antes se lo metiera en la cabeza, mejor. Lo que le resultaría difícil sería sacarla de su corazón, porque, a pesar de lo que le había dicho a Micaela, él sí se había enamorado de ella.

Pasó el domingo en ese mismo estado de estupor. El teléfono de su casa sonó tres o cuatro veces, pero él no contestó ninguna. Todas esas llamadas fueron seguidas por sus réplicas en el móvil, y vio que Gonzalo, Camila y Pablo, que ya se habían enterado de lo que había sucedido, lo estaban buscando. Los ignoró. No quería hablar con nadie. No se veía capaz de contarles lo que había pasado. Llevaba dos noches sin dormir, estaba cansado, agotado, y por mucho que su cerebro se empeñara en lo contrario, su corazón echaba de menos a Micaela.

«¿Qué son esos golpes en la puerta?», pensó Lucas entreabriendo los ojos e
incorporándose en el sofá. Debía de haberse quedado dormido, porque aún llevaba la ropa puesta y la televisión estaba encendida. Volvieron a oírse los golpes, pero esta vez acompañados de unos gritos.

-¡Lucas, si no abres la puerta de una vez, la echaré abajo! -La potente voz de Sam resonó por toda la escalera.

¿Sam? ¿Qué estaba haciendo él allí? Lucas miró el reloj y vio que eran casi las doce del mediodía. Mierda, en efecto se había dormido. Se pasó las manos por la cara y carraspeó.

-¡Ya voy! -Se levantó y caminó hacia la puerta-. Siento haberme dormido -dijo al abrirla-. Pero ¿desde cuándo vas a buscar a los empleados a su casa cuando llegan tarde?

-Desde que han cometido el mayor error de su vida -respondió Sam enfadado, y
le golpeó con un DVD en el pecho.

-¿No ir a trabajar el lunes por la mañana es el mayor error de mi vida? -preguntó Lucas aún soñoliento.

-No. -Sam entró y cerró la puerta tras de sí-. Pero echar de tu vida a la primera y única mujer a la que has querido, sí lo es. -Al ver que Lucas lo miraba atónito, añadió-: ¿Tienes algún aparato en el que podamos ver este disco?

-Sí, claro, debajo del televisor. -Lucas no entendía nada de lo que estaba pasando.

-Siéntate -dijo Sam-. No creo que puedas tenerte en pie después de verlo.

Sam puso el DVD, y Lucas sintió como si le dieran un puñetazo en mitad del pecho.

No se si odiarlas o amarlas jaja. Bueno les regalo un capítulo más dije que no iba a hacer más esto porque falta nada pra que termine la nove, pero me convencieron.
Espero que les guste el cap y gracias por leerrr💕