Cuando Micaela abrió los ojos, se dio cuenta de dos cosas: una, le dolían partes de su cuerpo que no recordaba que tuviese, y dos, el culpable de eso ya no estaba a su lado. Se desperezó un poco y cerró de nuevo los ojos para recordar los besos y las caricias de la noche. Hasta entonces, Mica creía que esos ataques de pasión sólo ocurrían en las películas y en esas novelas que a ella tanto le gustaba leer, y por primera vez en su vida se alegraba de poder decir que la realidad, en ocasiones, supera a la ficción. Dios, ese hombre debería llevar la señal de «peligro, inflamable» pegada a la frente. Pero a pesar
de lo mucho, que le había gustado lo que habían hecho juntos, Micaela no podía dejar de sentir que faltaba algo; algo que hacía que no hubiera sido perfecto. Había una frase que se le había quedado grabada en la mente: «Yo no puedo hacer esto. No contigo». Le dolía que Lucas lo hubiera dicho, y no podía fingir que no sabía lo que quería decir. Él nunca había ocultado que, no quería tener ninguna relación estable con nadie, que lo único que quería y podía ofrecer a una mujer era una relación física. Micaela sabía perfectamente lo que él había querido decir con esa maldita
frase. Lucas sólo estaba dispuesto a involucrar su cuerpo, y mientras su corazón no siguiera el mismo camino, lo único que podían compartir era sexo; y ella no estaba dispuesta a conformarse con eso.Ella se dio cuenta de que quedarse allí tumbada, intentando imaginar lo que iba
a suceder, no llevaba a ninguna parte, así que se desperezó por última vez y fue a ducharse. No sabía cómo iba a encontrar a Lucas después de lo de la noche pasada, pero sí sabía que necesitaba tener la cabeza despejada antes de hablar con él.Lucas oyó el agua de la ducha y repasó todo lo que tenía intención de decirle a Mica. Asumiría toda la responsabilidad de lo sucedido y le recordaría que ella era la hermana de su mejor amigo y, como tal, no podían tener una aventura. Sí, una aventura era todo lo que estaba dispuesto a ofrecerle. Él sabía que era insultante, y de hecho contaba con que ella se sintiera tan ofendida que nunca más quisiera saber nada de él.
Eso era mucho mejor que correr el riesgo de tener una relación normal y acabar enamorándose o, lo que era aún peor, acabar como su padre. En cualquier caso, tampoco quería llegar a ese punto, lo que pretendía era convencer a Micaela de que lo de la anoche anterior había sido una locura, que no volvería a repetirse, y que lo mejor que podían hacer era olvidarlo. Ellos tenían que trabajar y vivir juntos. Por muy peligroso que
pareciera, Lucas no estaba dispuesto a permitir que ella se fuera de su apartamento. Se
decía a sí mismo que era porque se lo debía a toda su familia, pero una pequeña parte de él sabía que eso era sólo una excusa. Conveniente, sí, pero una excusa al fin y al cabo.-Lucas, ¿piensas contestar?
-¿Qué? -preguntó él, que ni siquiera se había dado cuenta de que Micaela había entrado en la cocina-. ¿Qué pasa?
-El teléfono, ¿piensas contestar?
-Claro. -Se dio la vuelta y abrió su teléfono-. Velasco. -Siempre contestaba así cuando lo llamaban del trabajo-. De acuerdo. Voy para allá.
Tras esta escueta conversación, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta.
-Lucas, ¿quién era? ¿Pasa algo? ¿Por qué te llaman de la revista un sábado por la mañana? -preguntó Micaela preocupada.
Entonces, Lucas pareció acordarse de que ella estaba de pie a su lado y se volvió para mirarla.
-Era Sam, el director de la revista -respondió él poniéndose la chaqueta-. Al
parecer, en la edición de esta semana de la revista The Scope aparecen dos de los artículos que nosotros teníamos preparados para nuestro número.Micaela no entendía nada, y eso debió de reflejarse en su rostro, porque Lucas añadió:
-El mismo artículo exactamente. No el mismo tema, ni el mismo enfoque. El mismo artículo. Nos lo robaron.
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Nadie como tú <<adaptada>>
Fiksi PenggemarAdaptación de "Nadie como tú" de Anna Casanovas. Micaela, se ve forzada a redirigir su carrera profesional. Micaela se traslada a Londres. Su hermano Guillermo ha intercedido para que Lucas, su mejor amigo de la infancia y amor platónico de Mica, le...