La reunión fue relativamente bien, la revista empezaba a obtener beneficios, pero lo que había dicho Julián era cierto: si no mejoraban, el cierre era una amenaza real.
Tanto Sam como Lucas eran conscientes de que tenían que encontrar al responsable de los robos antes de que fuera demasiado tarde. Era evidente que alguien intentaba hundirlos y tenían que averiguar quién y por qué. No había tiempo que perder.
-Cuéntamelo. -Sam se quitó las gafas y sonrió. Estaban solos en su despacho y llevaba ya horas deseando interrogar a Lucas.
-El qué. -Lucas seguía mirando las fotografías de la edición de aquella semana y ni siquiera levantó la cabeza.
-No disimules. Hace meses que no te veía sonreír, y hoy tienes una cara de felicidad que dan ganas de sacudirte. Vamos, desembucha. -Estiró las piernas.
Lucas dejó las fotografías. Se había ruborizado de la cabeza a los pies. No tenía escapatoria.
-Tenías razón. -No pensaba decir nada más.
-Ya lo sé, siempre la tengo, es uno de los privilegios de ser mayor. Pero dime, ¿en qué tenía razón? -No iba a dejarlo escapar.
-En lo de Micaela. Es fantástica. -Le sudaba la espalda. Siempre había sido muy reservado en cuanto a sus relaciones, y tampoco quería poner a Mica en un compromiso delante de Sam.
-Me alegro. -Se levantó y le colocó la mano en el hombro-. Siempre he pensado que estabas demasiado solo. A pesar de todas tus teorías al respecto, te mereces ser feliz, y creo que esa chica puede convencerte de ello.
-Gracias. -A Lucas no le ocurrió qué otra cosa decir.
-¿Van a venir el sábado a casa?
-Sí, pero prométeme que controlarás a Silvia y a las niñas. Tú ya me has torturado bastante, no sé si podría sobrevivir a un interrogatorio de tus chicas.
-Lo intentaré. Vamos, a ver si acabamos de repasar esto. -Sam volvió a sentarse y retomó la lectura del artículo que tenía entre manos.
-Sam, al llegar me he encontrado con Julián. ¿Le has dicho lo del robo de los artículos?
-No, no ha hecho falta, ya lo sabía. Supongo que no es necesario que te diga que cree que eres el único responsable. Está convencido de que todo es culpa tuya.
-Ya me lo imagino, pero lo importante es lo que piensas tú. -Y enarcó una ceja a modo de pregunta.
-No digas tonterías. Ya sabes que confío en ti. Aunque desde luego estaré más tranquilo cuando hayamos encontrado al ladrón. ¿Has averiguado algo?
-No, hoy empezaré a repasar los datos que tengo sobre los periodistas más «sospechosos». Odio hacer esto. ¿Y tú, tienes algo?
-Tampoco. Pero creo que se me ha ocurrido una cosa. Cuando lo tenga más claro te lo contaré. ¿Tienes hambre? ¿Qué te parece si pedimos que nos suban algo de la cafetería?
-Me parece que es la primera buena idea que has tenido en todo el día, jefe.
Micaela tuvo también un día pesado. Pasó toda la mañana preparando el nuevo diseño de las páginas de la revista. Gonzalo había pensado que un modo de contrarrestar en cierta medida el robo de los artículos era ofreciendo un diseño más innovador a los lectores, y la idea le había gustado mucho a Sam. Sin embargo, para poder llevarla a cabo, todo el departamento de diseño y maquetación llevaba días trabajando al doscientos por cien.
-Micaela -la interrumpió Gonzalo-. Yo necesito descansar un poco y voy a salir a comer, ¿me acompañas? -Ella guardó lo que estaba haciendo y cogió su bolso.
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Nadie como tú <<adaptada>>
FanfictionAdaptación de "Nadie como tú" de Anna Casanovas. Micaela, se ve forzada a redirigir su carrera profesional. Micaela se traslada a Londres. Su hermano Guillermo ha intercedido para que Lucas, su mejor amigo de la infancia y amor platónico de Mica, le...