capitulo 3

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Jess saco su libreta de dibujo dijo: -se que es un asunto importante... pero me preguntaba si podríamos...- se interrumpió al escuchar que Rex contenía las ganas de reír.

Lina se da cuenta y ambos salen de mi cuarto dejándome solo con ella, que me mira con sus ojos cafés suplicando que la deje dibujarme.

-esta bien, pero espera a que me ponga otra camiseta, esta es mi favorita- le digo mientras camino hacia el armario.

busco entre mi ropa y encuentro el traje que uso para mis entrenamientos. es como un traje de buzo pero mas flojo y tiene aberturas con sierres de velcro para mis alas y mi cola cuando me transformo. lo dejo sobre mi cama y estoy a punto de quitarme la camiseta cuando recuerdo que Jess esta ahí conmigo y me la vuelvo a bajar.

-Jess ¿te importaría salir un momento?-

-¿por que? ya te he visto cambiarte antes-

-bueno...es un traje de cuerpo completo y...-

ella se levanta de mi cama y se me acerca lentamente. pone sus manos en mis hombros y me susurra al oído:-si quieres te ayudo a ponértelo- y luego suelta una risita burlona.

ella salió del cuarto y yo me cambie de ropa a la velocidad del sonido, luego volvió a entrar. mientras ella preparaba sus lapices, hice que mis alas, garras y cola crecieran para verme amenazante. ella me miro y comenzó a dibujar. me quede como estatua durante media hora mientras ella plasmaba en el papel cada detalle, cada escama roja en mis brazos, cada vena en la membrana de mis alas y ya me estaban dando calambres.

-¿puedo descansar un segundo?-

-ya casi termino, solo un poco mas en esta parte y... voila- dijo ella mientras terminaba el dibujo.

era una imagen impresionante, aunque este mal que yo lo diga, ella era realmente buena dibujando, las veces que fui a su casa para hacer la tarea ella me llevaba a su cuarto y las paredes de este estaban tapizadas de dibujos y bocetos.

-es impresionante ¿tan guapo soy?- bromeó.

Jess se ríe y me da un golpe suave en el brazo. mi teléfono suena, contesto y la voz de Mei gritando me deja aturdido. se me hacia tarde para el entrenamiento, menos mal que ya tenia puesto mi traje. abro la ventana y me preparo para salir volando, pero me detengo y miro a Jess.

-¿quieres venir?-

-¿a donde? ¿t-tu entrenamiento?- pregunta ella tartamudeando.

-¿a donde mas?-

salgo por la ventana y me paro en el techo del porche. miro a Jess de nuevo y le doy mi mano. ella tímidamente me da la suya y rápidamente la cargo en mis brazos. extiendo mis alas, tomo carrera y salto del techo. ella grita aterrada y se tapa los ojos pensando que nos íbamos a estrellar contra el suelo.

-hey, abre los ojos, no quiero que te pierdas esto- le digo al oído.

lentamente ella quita sus manos de su rostro y abre los ojos. primero la luz del sol la ciega pero cuando sus ojos se acostumbran, queda asombrada por la gran vista de la ciudad desde arriba.

-cuidado, estamos a 200 metros del suelo, es una larga caída- le dije.

ella se agarro con fuerza de mi y entonces aceleré. comencé a batir mis alas cada vez mas rápido y sentía como el viento soplaba mas fuerte. cruce a través de una nube y cuando salí por el otro lado sin siquiera pensarlo, impulsado por un instinto primitivo, me deje caer en picada como un halcón. me encanta la sensación del viento contra mis alas, la gravedad que te jala hacia abajo, es algo increíble. lastima que Jess no pensaba lo mismo, me había olvidado por completo que ella se mareaba con facilidad, no podía ni acercarse a la montaña rusa del parque de diversiones sin sentir un nudo en el estomago. logre ver que el parque donde hacemos los entrenamientos estaba cerca, descendí un poco mas para que ella se sintiera mejor y no me vomitara encima. paso entre los arboles y aterrizo suavemente con Jess en mis brazos. cuando la dejo en el suelo ella respira aliviada y se sienta en una de las bancas del parque a recuperarse.

-¿estas bien?-

-si... solo... necesito un momento- decía jadeando.

me sentía culpable al verla así, ya había volado con ella antes, pero nunca me había lanzado en picada, era como si algo dentro de mi hubiera tomado el control, aunque fuera por un instante. una voz familiar me saca de mis pensamientos, me doy vuelta y veo a una chica de piel clara, casi color porcelana, de cabello negro corto sujeto con dos broches de jade formando dos coletas detrás de su cabeza, vestida con un traje parecido al mio pero con franjas amarillas en los hombros y en las piernas. era Mei, la novia de Rex y ahora mi instructora de entrenamiento.

-al fin llegaste, ya me estaba preocupando- me dijo, pero luego centró su atención en Jess.

camino hacia ella y le pregunto como se sentía, le dijo que estaba bien, solo un poco agitada. luego volvió a verme y me regaño por haber hecho algo así, aunque no fuera a propósito, luego me llevo con los demás chicos en el entrenamiento.

-miren quien decidió aparecer- dijo un chico de pelo plateado.

-no lo molestes- le dijo una chica de ojos turquesa.

me pare al lado de esos dos como si nada y Mei comenzó a pasar lista. cuando termino señalo una especie de cuadrilátero improvisado con cuatro arboles y unas sogas.

-hoy aprenderán a pelear, primero en su forma humana y luego como bestia- al escuchar sus palabras nos llenamos tanto de emoción como de temor, luego pregunto-¿voluntarios?-

un chico de chaqueta negra entro al ring, bufando y sacudiendo la cabeza como un toro furioso, del otro lado una muchacha con una camiseta a rayas se quedo en su esquina con la espada encorvada y los brazos colgando.

-recuerden, solo forma humana- les dijo Mei y luego les dio permiso para que empezara la lucha.

el chico embistió de frente a su adversaria, pero esta lo esquivo con una pirueta de bailarina, dejando escapar una risa siniestra entre la maraña de pelo negro que cubría su rostro. el trato de golpearla una y otra vez pero sus puños eran interceptados por las manos de ella o esquivados rápidamente. ella se agacho para evadir uno de los golpes y le dio una patada en la pierna que lo derribó. antes que el chico pudiera levantarse sus manos estaba adheridas al suelo con una sustancia blanca y pegajosa. forcejeó con todas sus fuerzas pero no pudo liberarse. la chica se acerco a el y coloco su pie en el pecho de su oponente dando por terminada la pelea, o eso pensó ella. el muchacho logro liberar su mano y agarro la pierna de su rival para hacerla caer. mientras ella estaba en es suelo el aprovecho para soltar su otra mano y ponerse sobre ella, inmovilizándola con su peso. ella forcejeaba pero no conseguía librarse hasta que finalmente...

-me rindo- dijo ella.

-que lastima, me gusta estar así contigo- le dijo el chico y le guiño el ojo, provocando que ella lo pateara en la entrepierna dejándolo incapacitado para otro combate y quizás también para tener descendencia.

todos los presentes, incluida Jess, emitimos un quejido como si también no hubiese dolido el golpe. otros dos chicos entraron al ring para sacar a su amigo mientras la chica se quitaba el pasto de la ropa y se tronaba los nudillos.

-parece que Alan, esta incapacitado para luchar ¿alguien quiere ocupar su puesto?- dijo Mei.

mientras veía a los demás chicos discutiendo por quien sería la próxima victima de aquella cruel muchacha, se me nublo la vista de repente. me frote los ojos para recuperarme pero cuando los abrí ya no estaba en el parque con los demás. ante mis ojos veía un lugar parecido a un hospital, sentía que estaba corriendo por el pasillo, sentía los azulejos fríos del piso bajo mis pies descalzos, pero no eran mis pies los que corrían, no eran mis ojos los que recorrían ese lugar buscando una salida. escucho voces que se acercan diciendo"que no escape".súbitamente, unas personas con batas blancas y barbijos me acorralan antes de llegar a una puerta, me sujetan y una de ellas se acerca a mi con una jeringa en las manos. asustado, levanto mi brazo para protegerme, pero cuando me doy cuenta, estoy de nuevo en el entrenamiento.

-muy bien Dony, pasa al ring-me dice Mei pensando que estoy levantando la mano, ofreciéndome para el sacrificio.

los demás chicos me aplauden como si fuera un héroe y no me queda otra que subir al ring. busco con la mirada a Jess y la veo sonriéndome con los pulgares arriba para darme animo. ahora si, estaba listo para lo que fuera... o eso pensaba hasta que vi a mi oponente transformarse.

Híbridos: genesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora