Mi Pequeño Gigante 1 (MALUMA)

30

10 de Julio

Acaricio el abdomen de Juan mientras que estamos viendo una película en nuestra habitación. Sus músculos son duros y su piel es suave lo cual hace que me muerda el labio sabiendo que le pudiera hacer lo que quisiera.

-Mira como me tienes nena- gruñe y toma mi mano en la suya para ponerla sobre su abultado pantalón- Te dejo que me acaricies y mírame ahora- hace un puchero y me río- Si me tocas yo también te toco nena, hagamos esto para los dos.

Lo miro fijamente mientras meto mi mano en sus pantalones, lo tomo y la subo y bajo manteniendo el contacto visual con Juan. Abre la boca y suelta un gruñido de lo mas profundo de su garganta.

Abro las piernas y pongo una sobre la pierna de Juan. Pongo mi braga a un lado lo suficiente para que me pueda tocar.

-¿Qué esperas?- me acerco a él y le muerdo el labio inferior sin dejar de mover mi mano.

Suelto un gemido al sentir su mano en mi moviéndose en círculos. Pego nuestras frentes y nuestras miradas se intensifican a medida que nuestros movimientos van cada vez mas rápidos. Pero no puedo soportar no besarlo, así que me lanzo a sus labios, nuestras lenguas se tocan una y otra vez como si imitaran los movimientos de nuestras manos mientras nos comemos los gemidos del otro.

-Estoy cerca- digo entre gemidos al sentir como uno de sus dedos entra en mi- Juan...- echo la cabeza para atrás cerrando los ojos dejándome ir.

Al recuperarme, miro como Juan se mete sus dedos en la boca haciéndome sonrojar, pero me detengo agachándome entre sus piernas, le bajo las pantalones un poco y sin esperar ni un segundo lo meto en mi boca.

Juan gruñe y levanta las caderas a mi encuentro. Aumento la velocidad hasta que no puedo mas así que continuo con mi mano. Juan se retuerce por última vez y con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás y se deja ir.

-Nena...- me levanto cuando abre los ojos y posa su mirada en mi mano pegostosa. Ambos nos sonrojamos y hace que nos levantemos. Me lleva hasta el baño de nuestra habitación y me desviste para después hacerlo él y meternos en la ducha- ¿Cómo están mis niños?- me hace sonreír mientras acaricia mi vientre.

-Eres el que mas consigues que se muevan.

Después de una ducha divertida, bajamos para cenar encontrándonos a Jennifer en la sala. Me molesta verla comportándose como si esta fuera su casa y Juan, al darse cuenta, me aprieta la mano. Terminamos de comer rápidamente pero todos sabemos que es porque ni Juan ni yo queremos pasar tiempo con ella y que ella no quiere pasar tiempo conmigo.

-Señor aquí están las pruebas- dice Andrés entrando al comedor con dos sobres en la mano.

Mi corazón empieza a palpitar rápidamente al ver esos sobres blancos pasar a las manos de Juan. Nuestro futuro se concentra en lo que diga esa papel y, aunque confió en Juan Luis, siempre existe la posibilidad de que pase lo que menos esperamos.

Juan abre ambas pruebas y las pone sobre la mesa pero cuando levanta la mirada me mira horrorizado. Él es el padre es lo primero que me viene a la mente.

-Los... los mellizos no son míos- dice y puedo ver las lagrimas formándose en sus ojos pero al escuchar sus palabras mi cara se baña en lágrimas.

Mi corazón amenaza con salir de mi pecho. No estoy segura, estoy segurísima de que Juan Luis es el papá de mis bebés porque nunca he estado con nadie mas. Pero él no lo cree, sus ojos me miran con enojo mientras que yo me desmorono.