EPILOGO

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Narra Maluma

27 de Septiembre

Falta un mes para la llegada de Emma y Lucas tengo que admitir que no hay nada que me quite las ganas de conocer a mis hijos, las cuales parecen aumentar cada vez mas y mas. Los quiero ver, quiero poder tenerlos en mis brazos; pero por lo que nos explicó la doctora a pesar de que los tendremos más temprano, es mejor que se tarden lo más que puedan para que se pueda terminar de formar bien.

-Te estuve buscando por toda la casa- le digo a Nina entrando al futuro cuarto de Emma- ¿Qué haces?

-Terminando de acomodarle la ropa- suspira- Pero ayúdame a levantarme por favor.

Con una sonrisa en los labios la tomo en mis brazos y pienso en reprocharle por sentarse en el piso pero creo que es un hábito que nunca se le quitará.

-Llamé a la doctora para confirmar nuestra última cita y me dijo que la llamaste- caminamos a nuestra habitación, donde nos acostamos en la cama porque se que, aunque sean solo las doce del medio día, Nina está cansada- Cuando le pregunté el por qué me respondió diciéndome de que era mejor que me dijeras tu.

-Pues...- finge estar distraída hasta que empiezo a mirándola curioso- Le pregunté si era normal que una embarazada quiera tener tanto sexo- se tapa la cara con las manos.

-¿Y qué te dijo?- digo tratando de hacerme el serio pero fallo.

-Que si, se han visto miles de casos.

-¿Tienes ese antojo ahorita?- le empiezo a besar el cuello pero me detengo cuando la escucho gruñir- Si no quieres...

-No es eso...- dice tratando de hablar.

-¿Le pasa algo a los bebés?- asiente- Vamos al hospital pequeña.

La cargo como una princesa hasta la entrada de nuestra nueva casa.

-¡Andrés!- grito- Llama a todos nuestros familiares y diles que puede que Nina tenga los bebés hoy.

Uno de los choferes nos abre la puerta de la camioneta y nos subimos. Mis manos tiemblan y mi corazón está acelerado, pero en lo que único en lo que m quiero concentrar es en ayudar a Nina.

-¿Contracciones?- le pregunto y ella asiente con la cabeza- Apriétame la mano cuando vengan pequeña.

Nina gime de dolor lo que hace que mi corazón se rompa. No me gusta verla sufrir porque me duele mas que si estuviera yo sufriendo.

-¡Juan!- Nina grita lo que me deja un poco desconcertado hasta que veo líquido correr por sus piernas y el asiento- Esto es muy rápido...

-Tranquila pequeña, solo rompiste fuente. Ya estamos llegando a la clínica.

Por suerte, segundos después, la camioneta se detiene en frente de emergencias. El chofer informa lo que está pasando y enfermeras vienen a recibir a Nina con una silla de ruedas.

-Su nombre es Nina Pancheri, se supone que tiene la cesaría para dentro de un mes- les informo- Pero las contracciones empezaron y rompió fuente de la nada.

Me dicen que me calme, que tienen todo bajo control; pero cuando se trata de Nina, Emma y Lucas, necesito saber si están bien, y si no, hacer algo para que lo estén.

La doctora llega y camina con nosotros hasta la habitación que nos asignaron mientras que Nina susurra incoherencias gracias al dolor. Puedo ver como las personas nos miran y empiezan a hablar, por lo que pago para que cierren todo el piso. Este no es lugar ni momento para los reporteros. La doctora le hace un chequeo y, por suerte, le ponen la anestesia de una vez.

-Mi amor- le susurro tomándola de la mano en la silla de al lado de su cama- No sabes cuanto odié verte llorando del dolor.

-El dolor vale la pena si es por los mellizos- me sonríe cansada- ¿Sabes algo de nuestras familias?- niego con la cabeza y antes de que le pueda decir algo, una enfermera entra para avisarnos que empezarán a preparar a Nina para la cesaría.

-Nos vemos dentro nena- le doy un último beso antes de que se la lleven.

Sigo a otra enfermera a otra habitación y me da el traje que me tengo que poner. No tardo ni dos minutos porque, conociendo a Nina, debe de estar muy asustada y la verdad es que no puedo estar sin ella. Y menos en está situación.

-¿Puede ir a ver dónde está mi novio por favor?- escucho que le dice a una de las enfermeras en cuanto entro al quirófano.

-Aquí estoy- me pongo junto a ella- Siempre a tu lado.

-Ya la anestesia está lista- escucho que alguien dice- ¿Sentiste eso?

-No- dice Nina con voz temblorosa.

-Estamos listos, traigamos a estos niños al mundo- le tomo la mano mirándola fijamente a los ojos mientras que el quirófano se vuelve un caos, nos quedamos en silencio; en nuestra burbuja.

-¿Y si soy mala madre?- dice llorando- ¿Si soy como mi madre?

-No princesa, aleja todos esos pensamientos- le beso la frente.

Minutos pasan y la verdad es que no se que están haciendo. Y no me quiero separar de Nina por nada del mundo, quiero compartir este momento con ella en todas las maneras que pueda.

-Aquí viene uno- dicen segundos antes de que el quirófano se llena de un grito.

-¿Quién crees que fue?- Nina me pregunta con los ojos llenos de lágrimas pero no le puedo responder, mis emociones no me dejan.

-¿El papá quiere hacer los honores y cortar el cordón umbilical?- abro los ojos de par en par.

-Ve, yo estoy bien- y con un último beso, me separo de Nina.

Al llegar al otro lado de la pantalla, veo sangre y cosas que no entiendo, pero cuando mi mirada se posa en el pequeño bebé que ponen en frente de mi, mi mundo se paraliza. Lucas. Mi hijo, uno de los hijos que Nina y yo hicimos. Corto donde me indican y, al terminar, me volteo a ver a Nina.

-Es Lucas- le sonrío y veo como se llevan a mi pequeño.

A los pocos minutos otro llanto llena el quirófano y mi corazón vuelve a dar un brinco. Mi princesa.

Vuelvo a repetir lo que hice con Lucas y regreso con Nina para poder recibirlos juntos. Primero traen a Lucas envuelto en una manta azul. Lo tomo en mis brazos y lloro mas que nunca.

-Lo quiero ver- Nina solloza y no dudo en complacerla- Hola mi amor- dice cuando lo acomodo en sus brazos.

-Y aquí está la hermanita- una enfermera me da a Emma envuelta en una manta rosada. Son tan pequeños, tan tiernos, tan hermosos... y se que daría mi vida por ellos.

-Princesa- le acaricio el cabello claro- Te amo- me acerco a Lucas- Te amo.

-Emma...- susurra Nina- Ven acá pequeña- acomodo a uno en cada brazo y los miro a los tres como si fueran una obra de arte.

-Gracias- le digo a Nina- Entre tu amor y mis hijos no me falta nada en esta vida.

-No sé que sería de mí sin esa noche después del concierto- lágrimas corren por mis mejillas y la beso.

Beso a la madre de mis hijos. A mi futura esposa.

Mi Pequeño Gigante 1 (MALUMA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora