-¡Esto es bellísimo!
Exclamó Cailin sin poder dejar de ver esa gran torre, la cual conmemoraba todo París.
Desde su llegada apenas habían podido visitar la Torre Eiffel, y por la noche lucía aún mejor. Poco a poco se enamoraba de París, sus calles, las personas, de todo. Bueno, de la comida no, muchas de ellas siempre terminaba por odiarlas, pues eran de muy mal gusto y le hacían vomitar hasta dejarla débil y con mareos de más.
Iban tomados de la mano, Jer le daba cariñosos besos y luego de murmuraba cosas lindas al oído. Cailin solo sabía sonrojarse y devolverle cada uno de los besos que recibía.
A su relación se le podía llamar perfecta, pero era diferente mucho, y claro que debía de hacerlo. Era mucho mejor, sí, pero aún no lograba sentirse cómoda, aún extrañaba a Tom y lo hacía cada vez más.
• • •
-Debes de ir al hospital, Cailin. Lo digo enserio.
Le advirtió Jeremy algo molesto, pues los malestares de la joven eran ya algo constantes y peores.
-Jer, estoy bien. No iré a ningún hospital, no quiero tener nada con ningún tipo de agujas.
Se quejó. Los hospitales eran unos de los lugares que menos le gustaban. Era de mañana, y Cailin recién salía de una ducha después de haber estado íntimamente con Jeremy y de haber vomitado tan solo pocos minutos de haber finalizado.
-¿Qué tal si tienes alguna enfermedad en el hígado o si tienes anemia?
-¿A caso me quieres ver muerta o algo?
-No seas tonta, solo digo que podrías tener algo, y que es mejor que te revisen.
Cailin suspiró ya fastidiada por eso, terminó de vestirse mientras Jer la miraba sentado desde la cama y entonces ella asintió, aceptando ir al hospital.
-Gracias.
Le sonrió a su novio, y entonces se levantó, abrió los brazos, diciendo así que se acercara; la abrazó y la besó. Cailin rodeó el cuello de su novio, pero luego puso sus manos sobre sus hombros y apretó un poco. Jer la miró con el ceño fruncido.
-Te mareaste-. Le replicó con los ojos entrecerrados, a lo que Cailin sonrió apenada-. Vamos, te llevaré al hospital.
-No, dijiste que tenías que hacer cosas en el trabajo. Iré sola, está bien.
-Cariño, eso no importa, iré contigo.
-No, hablo enserio. Prometo que iré, y cuando estés de regreso, te diré todo, ¿sí? Debes irte, se te hará tarde.
Jeremy la miró por un minuto, y aceptó al final aquello. Le dio a Cailin solo unos minutos más para terminar de arreglarse.
-Pide hablar con Donatien Tessier, di que vas de mi parte. Ya le he dejado un mensaje, pero aun así debes de decirle tus síntomas, si has...
-Jeremy, tranquilízate. Diré todo lo necesario, y responderé todo lo que el doctor pregunta, ¿de acuerdo? Ya vete.
Ese hombre ciertamente podía preocuparse mucho por su novia, siempre estaba al pendiente de ella, no podía evitarlo.
Dejó a Cailin frente al hospital, y ella con pesadas, fue hasta el primer lugar que encontró para pedir información.
-Hola, tengo una cita con Donatien Tessier, vengo de parte de Jeremy Irvine.
Le señora detrás de aquel computador le sonrió y asintió enseguida pidiéndole que la siguiera. Lo que no le gustaba de ese lugar, era su ambiente, es decir, esas caras tristes que recibieron malas noticias, o esos que parecían destrozados por algo peor que una malla noticia. Prefería solo ver el piso.
-Es aquí, puede pasar.
Cuando escuchó aquello, sonrió agradecida e ingresó a la oficina, siendo recibida por aquel francés con una sonrisa esplendida. Era ya algo mayor, pero sin duda parecía alguien bastante cálido.
-Tú debes de ser Cailin, la novia del buen Jeremy-. Habló con un gracioso inglés, algo que hizo sonreír de manera amplia a Cailin. -Soy el Doctor Donatien Tessier.
Ambos se estrecharon las manos.
-Sí, soy Cailin, la novia de Jeremy. Es un gusto, Doctor Tessier, he escuchado mucho de usted.
-Espero que todo sea bueno-. Bromeó. -Por favor, toma asiento, y solo llámame Donatien, ¿sí?
-De acuerdo, Donatien.
-Bien, no tengo mucho tiempo, así que, empecemos con esto. Según me ha dicho Jeremy, has tenido malestares. ¿Desde cuándo los tienes y cuáles son?
-Sí, bueno, fue más o menos dos semanas después de que llegué a París, he estado aquí por cuatro semanas. Y sobre los síntomas, he tenido, muchos vómitos y mareos. No sé si el subir de peso, comer y dormir demás últimamente igual cuente.
Ambos rieron un poco, y luego se pusieron de pie. El doctor había mencionado que era necesario algunos análisis, de sangre, orina y tal vez un ultrasonido.
Ya que le había prometido a Jeremy hacer lo que el doctor dijera, solo siguió cada orden. El hacer los análisis no le llevó demasiado, pero la espera, fue un poco más. Estuvo ahí alrededor de dos horas.
Habló con Jeremy por un momento, él igual deseaba saber a qué se debía tantos malestares por casi dos o más semanas. Cinco minutos más tarde terminó la llamada.
El hombre se sentó sobre su escritorio y Cailin tomó lugar frente a él. Los análisis estaban listos, únicamente faltaba que llegaran.
-Solo esperarás unos pocos minutos más, lo prometo-. Dijo al ver que la chica llevaba ahí ya esperando mucho. -Mientras tanto, dime, ¿hace mucho que conoces a Jeremy?
-Está bien, puedo esperar. Y sí, nos conocemos desde niños en realidad. ¿Puedo preguntar cómo es que se conocieron usted y Jeremy?
-Ah, bueno, lo conozco desde hace unos años. Estudió con mi hija, Elisa, ellos se llevan muy bien y, no quiero ser indiscreto ni nada, pero mi hija lleva un tiempo enamorada de Jeremy. Él es un buen chico, me alegra que esté con una buena y hermosa chica como tú.
Todo aquello le sorprendió a Cailin, le hizo sentir celos, solo un poco quizás. Una chica estaba enamorada de su novio, eso no se sentía bien y tampoco le gustaba. Pero bueno, estaba segura de que Jeremy no le daría razones para ponerse tan celosa; pero ahora que lo pensaba, él ya la había mencionado en muchas ocasiones, y hablaba bastante bien de esa chica.
Cailin solo asintió un par de veces, tratando de sonreír de manera amplia y sincera. Una enfermera les interrumpió y entregó los análisis. Tessier los abrió y comenzó a leer.
-Desde que llegaste a París, ¿has mantenido relaciones sexuales con Jeremy?
Cailin se sonrojó, ¿a qué iba esa pregunta?
-... Sí, las hemos tenido.
Dijo con timidez. Él asintió y continuó leyendo las hojas. Suspiró y miró a Cailin con una sonrisa y con el ceño algo fruncido; dejó los papeles y se los entregó a la chica.
-De acuerdo, no sé cómo lo tomes, pero estoy seguro de que es una buena noticia. Tus síntomas pueden decir muchas cosas, pero ahora los análisis ya dan por seguro que estás embarazada, cuatro semanas para ser exactos. Tú y Jeremy serán padres, felicidades.
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Addicted to you
RomancePrólogo ―No me dejes― exclamó el chico con lágrimas en los ojos. Instagram: @writer.cjg