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Después de la fiesta, Cailin únicamente quería descansar, pues toda la presión de ese día, la sintió recaer sobre su cuerpo al llegar al cuarto de hotel en el que se quedaban. Jeremy estaba algo raro, pero se mantuvo tranquilo y sin mencionar nada.

A la mañana siguiente, Cailin se levantó temprano, había acordado desayunar con Vanessa, ambas tenían mucho de qué platicar.

—Entonces, ¿París te ha sentado demasiado bien?

Eran aproximadamente las ocho de la mañana, y ambas estaban frente a frente en la terraza de un restaurante. Habían pedido un simple desayuno americano, al menos Vanessa, pues Cailin seguía sin dejar de comer demasiado.

—Sí, supongo que sí. La verdad, es que es un lugar hermoso y tranquilo a su manera. No me quejo.

—Si viviera allí, seguro que tampoco me quejaría por nada del mundo. ¿Qué tal tu nueva casa?

—Es un apartamento sencillo, es bonito y bastante acogedor. La vista que tiene, me encanta, siempre desayuno con Jeremy en la pequeña terraza que tiene—. De solo pensar en eso, la chica no podía evitar sonreír.

—¿Y qué tal van las cosas con él?

—Bien, bastante bien, él es... Un hombre demasiado perfecto.

—¿Sólo eso?

—¿Qué más quieres que te diga?

—Bien... ¿Qué tal lo de anoche?

Cailin contuvo el aire por un momento, su amiga ya comenzaba a estar curiosa por la noche anterior a pesar haberlo visto todo.

—Fue algo intenso, pero me sentí en la necesidad de... Hablar con él.

—Debo de decir que... Casi me desmayo cuando Tom acarició tu panza. Juro que eso fue lo más hermoso que jamás vi.

Cailin rió un poco, ella había sentido lo mismo, por lo que asintió varias veces, dándole la razón a su amiga.

—Me gusta saber que está bien, él... Ha mejorado, ¿cierto?

—Sí, bastante. Ha cambiado tanto desde que te fuiste, pero antes de eso, de verdad te hubieras preocupado al verlo. Tom se puso tan mal, casi se volvió loco, más de lo que ya estaba.

—¿Le afectó el que me fuera?

—Cailin, ¿cómo preguntas eso? Por suerte no se terminó por matar solo.

—Vanessa, no digas eso—. Le reprimió a su amiga, pues la simple idea le asustaba demasiado.

—Lo extrañaste y aún lo quieres, ¿Cierto?

Cailin bebió un poco de su jugo natural, y después de un rato, asintió.

—Me agradó verlo de nuevo, pero ya no quiero que pase otra vez.

—¿Por qué?

—Porque... Me da miedo sentir lo de antes, y si eso pasa, sé que mis sentimientos serán más fuertes aún. No quiero que eso pase, menos ahora que estoy esperando un hijo de Jer.

—Cai, cariño, no me tomes a mal, pero... ¿Estás segura de que ese bebé es de Jeremy?

—¡Vanessa! ¿Qué cosas dices? ¿Por qué no estaría segura de eso?

—Bueno, es que antes de él, también estuviste con Tom, ¿recuerdas?

—Ah, ¿cómo crees que olvidaría eso?— Respondió con cierta melancolía. —La verdad, es que yo igual creía eso, pero... No. Cuando llegué a París, solo uno o dos días después estuve con Jeremy, poco después de ello, los síntomas comenzaron.

—Pero...

—Y aun así el doctor ya me lo ha confirmado, Vanessa. El hijo que tendré es de Jeremy, no de Tom.

Después de eso, Vanessa ya no dijo más. Era más que seguro que ese bebé en definitiva era de Jeremy. Su amiga sintió cierta decepción, realmente tenía esa pequeña esperanza de que el hijo que Cailin esperaba, fuera de Tom de una manera u otra, pero tristemente, se había equivocado con sus deducciones.

• • •

El desayuno había ido demasiado bien, en cuanto a sus temas, Cailin siempre trataba de cambiar cualquier tema que dirigiera a Tom, por lo que normalmente preguntaba por Bill y la relación que llevaban; eso hacía hablar mucho a Vanessa y el tiempo se pasaba volando.

De noche habían planeado una cena, después de tanto, todos deseaban reunirse, o al menos la mayoría. Cailin y Tom estaban indecisos y buscaban dar diferentes excusas para no encontrarse, sabían lo difícil que era estar juntos, era como sentir la herida fresca. No era agradable.

—¿No quieres venir?—. Le preguntó Vanessa del otro lado del teléfono celular.

—No, no es eso, es solo que... Ah, de acuerdo ahí estaré, ¿de acuerdo?

—Eso era lo que quería escuchar. No te preocupes por Tom, amiga.

—¿Qué?

Sabía que le estaba molestando, pero antes de que pudiera protestar, Vanessa había cortado aquella llamada.

Con un suspiro se dirigió al armario de la habitación y buscó un vestido, le dijo a Jeremy que saldría, y él se ofreció a llevarla, sin embargo Cailin se negó a ello; simplemente se dieron un tierno beso de despedida y, como siempre, Jer le habló al vientre de su novia con una gran sonrisa.

• • •

Era extraño que todos pudieran moverse con "libertad" y ella solo permaneciera sentada debido a que su gran panza le limitaba las actividades. Muy seguido se quejaba de ello.

Su mirada iba de un lado a otro en aquel lugar de reunión, todos hablaban confortablemente, estaban más que animados con ese momento.

—¿Tom tardará en llegar?

Preguntó Vanessa a su novio, todos lo esperaban para poder cenar, y él como siempre, llegaba tarde. Bill negó con la cabeza y encogió los hombros. Ni él mismo sabía de su propio hermano. Salió para poder llamarle, y en cuestión de minutos, regreso con cierta sorpresa en el rostro.

—¿Ya llegará Tom? Muero de hambre—. Reclamó Gustav.

—Creo que podemos comenzar a comer sin él. No llegará.

—¿Por qué?—. Aquellas palabras habían salido de los labios de Cailin casi enseguida. Justo en ese momento de daba cuenta de cuanto deseaba ver a Tom de nuevo; le hizo sentir mal el saber que no llegaría esa noche.

—Bueno... Me dijo que no vendría porque se fue.

—¿Cómo que se fue?—. Preguntó Vanessa.

—Sí, cuando le llamé me dijo que su vuelo estaba por salir. No quiso decirme a donde, solo me dijo que tenía que hacer un viaje. Luego cortó la llamada.

Addicted to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora