Después de aquella cena, Cailin se había sentido bastante curiosa por Tom, es decir, deseaba saber dónde estaba, qué hacía, con quién estaba, cómo estaba... Sin duda el volver a verlo como alguien nuevo, le había hecho verlo de otra manera, y saber que sin duda, sus sentimientos hacia él no habían cambiado para.
De acuerdo, el tiempo se fue pasando bastante rápido y lento a la vez. Aquel vientre que la chica tenía crecía cada vez, eso a veces le asustaba a decir verdad. Ella y Jeremy permanecieron en L.A por unos meses, llegando así Cai a los siete meses de gestación, pronto los ocho.
Un mes, solo un meses más y tendrían a su bebé en sus brazos.
En las últimas semanas Jeremy se había comportado bastante raro, era algo frío y distante; Cailin intentaba saber qué sucedía, pero él siempre se negaba diciendo que todo estaba bien, que solo eran los nervios de saber que pronto el bebé nacería.
Sería un niño, un hermoso niño. Estaba bastante sano, al igual que Cailin. La familia de la chica estaba completamente felices, los regalos no paraban de llegar al igual que las felicitaciones.
—Debo de salir de viaje dentro de tres días.
—¿Dentro de tres días? ¿A dónde irás?— Cailin por un momento sintió tristeza, pronto cumpliría ocho meses de embarazo y él no estaría. Cada mes festejaban por ello, era algo que Jer había iniciado.
—Iré a Alemania, ayudo a mi padre con algunos negocios, tengo que hacerme cargo de lo que hay en Alemania.
Explicó algo pensativo.
—Jer, cumpliré ocho meses de embarazo y no estarás, ¿no puedes viajar después de que festejemos?
—No lo creo, Cai.
—Y... ¿Qué tal si voy contigo?
Jeremy la miró con el ceño fruncido. Lo pensó por un poco, no deseaba dejarla sola en un cuarto de hotel, en Alemania no conocían a nadie por si algún problema se presentaba; en cambio en Los Ángeles estaban sus amigos y familiares.
—No quiero que te quedes sola en un hotel.
—Estaré bien, podría salir un poco para conocer Alemania y así distraerme.
—No lo creo, no conoces Alemania, no quiero que te pase nada, ni a ti... Ni mucho menos a nuestro bebé.
Murmuró al final mientras se metía un trozo de panqués a la boca.
Cailin acarició su gran vientre y negó con la cabeza.
—Estaremos bien, queremos ir contigo, ¿sí? Di que sí.
Cai siempre se las arreglaba para convencer a Jeremy, ese momento no fue la excepción.
• • •
En tres días estuvieron listos para viajar, Jeremy se sentía un poco asustado pues el embarazo de su novia estaba muy avanzado, y según su seguridad y la del bebé, no deberían viajar, sin embargo ella fue bastante insistente.
Cailin y Jeremy nunca dejaban de hablarle o cantarle a su bebé, este reaccionaba con notables pataditas, algo que siempre hacía emocionar a los padres.
El viaje fue algo largo y cansado, más para Cailin, la espalda comenzaba a dolerle, y eso le hacía estar incómoda. Jeremy le regañaba por ser tan terca, y ella solo seguía diciendo que estaba más que bien.
Las calles de Alemania le fueron bastante hermosas a Cailin, no podía parar de sonreír ante cada lugar que veía durante el camino al hotel. Estarían allí tan solo una semana.
Era muy temprano, recién habían llegado al hotel y Jeremy ya se preparaba para asistir a una empresa.
—¿No puedes ir mañana? Estás cansado.
—No puedo, y ya se me hizo tarde, así que nos veremos más tarde, ¿de acuerdo?
—De acuerdo...
Le dio un tierno beso en los labios, y Cailin se quedó sentada en el sofá de aquel apartamento. Ahora todo era silencio y aburrimiento.
—¿Ahora qué haremos, Dylan?
Dylan era el nombre que Jeremy había elegido, algo a lo que Cai no se opuso, pues igual le parecía lindo, y de alguna manera, le parecía similar al nombre del padre.
Se preparó para salir, daría aunque sea un pequeño paseo, más tarde podría descansar. El aire era bastante fresco, agradeció haber llevado ropas abrigadas.
Dio vueltas tal vez por unas dos horas, en esas dos horas Jeremy solo le habló una vez, una llamada que duró apenas un minuto. Sí que estaba bastante ocupado.
• • •
El viaje se extendió algunas semanas más. Fue algo inesperado, y entonces Cai se arrepintió de haber hecho ese viaje, Jer no podía pasar mucho tiempo con ella, así que casi siempre estaba sola.
Era la tarde de un martes en la tercera semana de aquel viaje. Cai caminaba por unas nuevas calles, trataba de no ir tan lejos, pues ya se cansaba con bastante facilidad. Almorzaría sola ese día, así que buscaba un restaurante que levantara aún más su apetito.
Al encontrar el lugar indicado, ingresó pudiendo sentir aquella deliciosa calefacción. Tomó asiento en un lugar cercano a las ventanas, le gustaba la vista. Pidió lo que mejor le parecía, por suerte antes había estudiado ya lo suficiente el alemán, no le era tan difícil comunicarse.
Mientras esperaba miró por la ventana.
—¿Qué te parece Alemania?
Se escuchó hablar. El corazón de Cailin se aceleró y elevó el rostro encontrándose con una hermosa sonrisa y esos bellísimos ojos que le miraban con detenimiento.
—Tom...—. No pudo evitar una gran sonrisa. Tom se inclinó para saludarla, impidiendo que Cai se levantara. —Alemania es bastante interesante.
—¿Puedo?— Preguntó, pues deseaba estar con ella. Realmente Tom había visto a Cailin desde que había llegado, algo que le sorprendió demasiado y a la vez le emocionó. No supo cómo acercarse a ella, pero al final sintió que lo había hecho bastante bien.
—Claro, me encantaría algo de compañía.
—¿Qué te trae por aquí?—
—Jeremy tiene trabajo aquí, así que vine con él—. Comentó encogiendo lo hombros. —¿Qué hay de ti?
—También tengo algo de trabajo aquí.
—Oh vaya, no sabía que ya tenías un trabajo.
—En realidad... Nadie lo sabe. —Comentó con una sonrisa que era divertida y traviesa a la vez. —Ha crecido demasiado...— Señaló con la mirada su vientre, el cual Cailin acarició enseguida con una sonrisa.
—Sí, lo sé. En pocas semanas serán nueve meses.
—...Te ves hermosa. El embarazo te sienta mejor de lo que recuerdo.
Cailin se mordió el labio inferior y sintiendo sus mejillas sonrojar, pero aun así sonrió.
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Addicted to you
RomancePrólogo ―No me dejes― exclamó el chico con lágrimas en los ojos. Instagram: @writer.cjg