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Había un constante cosquilleo en su cuello, su pecho, vientre y piernas completas; la barba de Tom, al igual que sus labios, acariciaban cada parte del cuerpo de Cailin, le robaba suspiros sin tener que esforzarse demasiado. Estaba siendo la antigua chica sensible ante el roce de la persona que amaba con su vida entera.

Una prenda menos, ahora ambos solo tenían una sola ropa, y eso hacía sonrojar demás a Cailin, daba gracias que estuvieran casi a obscuras, pues la luz de la luna no permitía ver ese color rojo en sus mejillas que delataban su timidez. Los senos de ella podían llenar perfectamente las manos de él, estaba siendo muy complaciente y Cailin hacía lo que podía ya que era una completa inexperta.

Sus delgadas manos palpaban el cuerpo de Tom, dándole caricias hasta donde se le permitía, besaba su cuello sus dedos se entrelazaban entre sus largos cabellos negros mientras mordía de manera atrevida el labio del chico. Las sonrisas no faltaban, en ese momento se habían olvidado de su más reciente pelea, no había motivo alguno para pensar en otras cosas que no sean ellos haciendo el amor.

Lentamente Tom se desnudó por completo, y lo mismo hizo con Cailin, la dejó totalmente expuesta a él, y ella estaba lista para ser de su única pertenencia. Tom tomó posición entre sus piernas y entrelazó sus dedos con los de Cailin poniendo sus manos contra la cama, estaba indispuesta entonces, y ella deseaba poder abrazarle para cuando él decidiera quitarle la virginidad. Antes que nada, marcó su cuello con una suave succión, algo a lo que ella no pudo evitar jadear.

—¿Estás lista?

Preguntó después de darle un beso en los labios, se miraron a los ojos.

—Completamente lista...

Murmuró suspirando al final, y entonces ella lo pudo sentir poco a poco, su espalda arqueó un poco al sentir aquel placer combinado con dolor, sin duda sentía un poco más de dolor que nada, pero no quería que él se detuviera. Sin darse cuenta, un par de lágrimas mojaron sus mejillas, ¿por qué? No estaba segura, tal vez era felicidad o algo similar.

—¿Te estoy lastimando demasiado? ¿Quieres que me detenga?

Preguntó al darse cuenta de ese par de lágrimas, ella le sonrió y negó una vez.

—No, no... Estoy bien, solo... Dame unos segundos...

Logró soltarse de las manos de Tom y entonces tomó su rostro y le besó, poco a poco asimilaba el dolor, iba desapareciendo y todo era remplazado por una sensación que le era nueva. Sus piernas rodearon la cintura de Tom y sus manos fueron hasta su espalda, aquello era una forma de decirle que podía continuar con sus movimientos, cosa que Tom hizo enseguida. Se movía de nuevo, con tranquilidad, de atrás hacia adelante, haciendo que Cailin cerrara los ojos y jadeara de manera suave en tanto sus uñas se clavaban en la espalda perfecta de Tom.

• • •

Hacer el amor ya no había sido solo un sueño, se había cumplido apenas hace unas horas. Ahora estaban cubiertos solo por las sabanas, Tom abrazaba a Cailin por detrás, él dormía y ella no podía conciliar el sueño siendo las cuatro de la madrugada. Por alguna razón la felicidad se había ido, quería llorar de nuevo por una terrible sensación que había en su pecho. Se miraba al espejo, aquella imagen con Tom era algo que hace mucho deseaba ver, pero no era como esperaba, no sentía lo que debía; hace unas horas las sensaciones y el orgasmo había sido de lo más hermoso y único, sin embargo ahora Cailin se encontraba pensando las cosas, sus planes seguían en pie, no se dejaría llevar de nuevo, dejaría en definitiva a Tom.

Se movió con cuidado y quedó frente a él, parecía un ángel, tan tranquilo, eso le hizo sonreír tan solo un poco. Acarició sus labios, mejillas y barba, le dio un pequeño beso y él se movió sonriendo entre sueños.

Con todo el cuidado posible, salió de sus brazos y de la cama para poder vestirse de nuevo, ¿ahora qué debía hacer? Miró por última vez a su ex novio y se abrazó a si misma por el frío al salir de la cabaña y dejarle solo. Temblaba, pero ni siquiera el frío le importaba en ese momento, si se iba, lo hacía por ella, demasiado ya había pensado en Tom y siempre terminaba por perder, había decidido ya no hacerlo más.

Caminó por unos largos minutos, lo hacía muy lento y apenas se daba cuenta donde pisaba. Necesitaba irse de ese lugar, regresar a la ciudad, a casa y continuar pensando en lo que haría, pues claramente era cuestión de poco tiempo para volver a encontrarse con Tom, cosa que no deseaba, al menos no en un tiempo.

Al llegar a la casa, había un auto encendido, en la entrada, y alguien salía con maletas; se detuvo unos minutos para poder ver quien era, pues aún era muy obscuro. Al notar quien era, suspiró recordando lo de ayer, sin embargo no lo pensó mucho y corrió apenas un poco hasta donde estaba su mejor amigo guardando sus maletas, listo para regresar a casa, seguramente estaba muy apenado por lo sucedido hace horas, se veía mejor, y se notaba que había logrado dormir un poco para resistir el viaje de regreso.

—Jer...

Le llamó con las manos guardadas en los bolsillos de su chaqueta. En cuanto se giró, no supo que hacer frente a su mejor amiga, después de lo sucedido, no podía mirarle a los ojos.

—Cai, ¿qué haces aquí? Pensé que dormías, ¿qué haces despierta?

Hablaba con nerviosismo. Cailin tratando de darle tan solo un poco de comodidad, le sonrió un tanto, aunque en realidad para ella igual era algo incómodo.

—¿Recuerdas la cabaña en la que a veces jugábamos?

—La recuerdo— Dijo Jeremy con una sonrisa por los buenos recuerdos.

—Bueno... Yo... Estuve ahí... ¿Te vas?

Preguntó desviando el tema, no mencionaría que después de terminar con Tom, hicieron el amor, para al final dejarlo solo sin que se diera cuenta.

—Sí... Creo que debería de irme...

Sabía bien porqué se iba, sin embargo se arriesgaría a continuar a su lado.

—Sé por qué te vas, pero, ¿me puedo ir contigo? Yo... Realmente no quiero estar aquí.

Tal vez Jeremy no comprendía del todo, sin embargo sonrió y abrazó a Cailin. No había hecho sus maletas, pero daba igual, no había llevado nada que le fuera demasiado especial como para perder tiempo tomándolo.

• • •

Todo era silencioso, pero no incómodo, era mejor así, ninguno deseaba mencionar algo al respecto. Cuando dieron las cinco y media, Cailin estaba realmente cansada, no había logrado dormir nada y los ojos poco a poco se le cerraban.

Jeremy solo la miraba, le parecía hermosa, como siempre. Sabía lo que había pasado, pero hace mucho que le tenía una propuesta a su mejor amiga, propuesta que había sido la razón de su regreso y su reencuentro con Cailin. Buscaría la manera de decirle lo que tenía en mente, pero en definitiva lo haría lo antes lo posible y haría lo que fuese necesario para que ella aceptara.

Por mientras, se limitaría a arreglar las cosas o hacer olvidar lo sucedido, a pesar de que aún no sabía del rompimiento de Tom y Cailin, sentía que tenía una gran oportunidad con la persona de la cual había estado enamorado durante ya demasiado tiempo.


Addicted to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora