Sombra Nocturna

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Esa misma noche era luna llena. No podía dormir. Sin embargo Lucci dormía como un tronco. Yo estaba despierta en mi cama, mirando por la ventana la enorme luna que brillaba en el cielo. Había una gran tormenta de nieve y casi no se veía el bosque por fuera. Me levanté a estudiar un poco de ciencias pero cuando fui a sacar el libro de biología vi un libro viejo que asomaba de la misma estantería. Era el libro que coji del laboratorio. La verdad no estaba de humor estos días aunque no sabia muy bien por que estab así. Al final dejé ambos libros y me volví a mi cama. Me puse música con los auriculares. Oí algo aporrear la puerta de entrada a mi casa. Una sombra se veía sobre la nieve, cerca de la puerta. Fui a abrir pero vi que Lucci estaba en la puerta mirando por la mirilla. Me hizo un gesto de silencio. Aquello que aporreaba la puerta como un simio no paraba.

-No te muevas, escondamonos -Dijo Lucci.

Pusimos un mueble delante y nos subimos a mi cuarto, que era el que más alejado estaba. Ninguno de los dos sabíamos lo que era, pero entonces me di cuenta de que la pequeña estatuilla que tenia un cristal extraño emitía una luz muy tenue y discontinua. Cuando los golpes pararon esta también paró de iluminarse.

Al día siguiente decidimos no contar nada a los demás. Les contamos un falso rumor de que un lobo había bajado del bosque al pueblo y que cerrarán bien sus casas para que no pudiera escapar.

Entramos al instituto y todo normal. Vi a Jose con cara de preocupación.

-¿Qué te pasa, Jose?

Al parecer Nami, su ex novia, se había hecho amiga de Rebbeca.

Jose se unió al club de los depresivos, ya eramos dos.

De vuelta a clase todo era normal. Rebbeca seguía hablándole a Jose tan normal, lo que le hizo alegrarse un poco. Gaara, el chico nuevo, y Raúl se tiraban toda la clase hablando y yo estaba prácticamente aislada. De repente una bolita de papel me dió en la oreja. El tío de la nariz larga ponía cara de susto en cuanto me giré para ver quien era y, señalando a Luffy, le echaba la culpa. Estuve a punto de girarme mirandoles con un poco de desprecio pero el chico del cabello negro empezó una conversación.

Los 7 SexybukaisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora