-No, señora, lo siento –dijo Catelyn apartándose cuidadosamente de la señora-. No soy su hijo.
Catelyn cerró los ojos y volvió a su cuerpo normal, como si allí no hubiese pasado nada. La mujer miraba a la Elemental muy sorprendida.
-Pero él me dijo que volvería –dijo-. Que volvería para sacarme de aquí.
-Y así es, señora, pero se fue por otro pasillo –dijo Mark con la mejor de sus sonrisas-. Ahora siéntese y coma algo –Mark cogió su mochila y sacó una manzana-. Tome. –La madre de Grey la cogió con sus manos rugosas de finos dedos.
Tara y Catelyn también empezaron a sacar comida y bebida de sus mochilas y se las pasaron a los demás rehenes. Lexie hizo lo mismo con su mochila y la de Marie mientras ésta retenía al guardia. La mayoría de los rehenes ahí presentes llevaban ropas de pieles, típicas de la zona helada: era el pueblo que habían secuestrado, el pueblo utilizado como señuelo para que los Elementales Divinos cayesen en la trampa de Nigrum. Una vez hubieron terminado, volvieron con él.
-¿Dónde está Nigrum? –preguntó Anne sin andarse con rodeos-. ¿Y los demás rehenes? Sabemos que hay más. Así que no nos mientas.
Anne había inspeccionado todas las celdas, pero en ninguna estaba Kristen. Marie le quitó la mano de la boca lentamente, pero el guardia no gritó. Lo que sí hizo fue pedir un poco de agua. Mark le acercó la botella y le dio de beber.
-Gracias –dijo el hombre al terminar-. ¿Nigrum? Estará arriba del todo, en una sala gigante con el techo en forma de cúpula. Es la más cercana al mundo exterior, por si necesita escapar. –El guardia se quedó pensando-. Y los demás rehenes no sé dónde pueden estar, yo solo conozco estas celdas.
-¡Mientes! –rugió Anne, intentando no llorar.
-¿Por qué iba a mentiros? –preguntó el guardia-. ¿Creéis que estoy aquí porque quiero? Estoy aquí porque quiero salir vivo de esta.
-¿Eres un rehén más? –preguntó Lexie-. No lo entiendo, ¿dejan a un rehén de guardia de... otro rehenes? Además, estabas muy alterado cuando te han pedido que abras las celdas.
-Nigrum mató a mi familia. Cuando me vio y vi que iba a matarme, me arrodillé ante él. No sé por qué lo hice, pero así fue. Y me encerró aquí abajo. –El guardia se encogió de hombros-. ¿Qué haríais vosotros cuando vuestro amo es un dios oscuro que puede mataros con mover un dedo? Supuse que era una trampa y, bueno, siempre es mejor quedar bien ante tu amo.
-¿Por qué no has huido? –preguntó Catelyn-. Es decir, no veo a ningún otro guardia, y no hemos visto a nadie más por el castillo.
-No puedo salir de aquí, del castillo. Moriría.
-¿Es una especie de hechizo de Nigrum? –preguntó Marie, que ya había soltado al guardia.
-Es un hechizo, pero no de Nigrum, sino de Chrystee. Es una maga muy poderosa.
-Lo sabemos, hemos tenido nuestros desencuentros con ella –comentó Tara.
El guardia, llamado Trevor, terminó por contarles algunas cosas, como que Nigrum no estaba solo, tenía a los negreros, las umbras, la mayoría de los habitantes topo y algún que otro Elemental harto del gobierno de Candidus. Los chicos estaban en desventaja, lo sabían, por eso Mark había pedido aliados, pero no había funcionado. Solo se les habían unido dos personas, pero tuvieron que echarse a atrás porque les habían quitado las Esferas de Poder a ellos también. Trevor decidió unirse también, odiaba estar encerrado ahí y prefería morir luchando a morir sentado en una silla, y como a él no le habían quitado la Esfera de Poder por si los rehenes escapaban, sí podía luchar.
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Los Elementales
FantasySe acerca el demisexto cumpleaños de Mark, un chico aparentemente normal con unos ojos azules que no solo le hacen una cara bonita sino que le convierten en alguien muy especial. Días antes de su cumpleaños descubre que algunos de sus compañeros de...