-¿Cómo que tenemos que volver ahí abajo? –preguntó Tara arrebujada en una manta.
Estaban en los establos del castillo, pero aun así hacía frío, por eso, el único animal que había allí, Tajús, también tenía una manta por encima. Mark no conocía otro sitio del castillo, así que les había reunido allí a todos menos a Grey, seguía sin fiarse de él desde aquel destello de ojos blancos que vio mientras salvaba a Tara, allí en la zona amazónica.
-Tara, Catelyn, ¿no lo visteis? –preguntó Mark mirando a las chicas perplejo-. El colgante de Chrystee. –Las chicas negaban con la cabeza-. La piedra que me tiraste al río, Catelyn.
-Espera... ¿La piedra con forma de pájaro? –Mark asintió-. ¿Y qué pasa con ella? –Catelyn seguía sin entender lo que ocurría.
-Me la tiraste en la zona amazónica. Al río... Marcado con los símbolos extraños...
-Y los hombres de negro, los sirvientes de Nigrum, desaparecieron delante de un árbol también marcado... -dijo Anne.
-¿Estáis sugiriendo que Nigrum está ahí abajo escondido? –preguntó Lexie, incrédula.
Tajús relinchó y Anne le dio unos pocos azucarillos para que se calmase.
-¿Por qué no? –preguntó Mark-. Todo tiene sentido. Las marcas, las desapariciones, que los habitantes topo nos robaran las Esferas de Poder...
-Igualmente –dijo Christopher-, suponiendo que esté ahí abajo, no podemos llegar a él. Los habitantes topo solo abren sus puertas si quieren. Y no creo que les haga mucha gracia que volvamos –Christopher se abrazaba a sí mismo-. Aunque la verdad ahí hacía menos frío...
-Pero Tara quemó una entrada... -dijo Mark, sonriendo, y les contó el plan: comerían en el castillo, pasarían la tarde entrenando y por la noche, cuando todo el mundo estuviese dormido, saldrían del castillo y volverían al Mundo Oscuro.
-No sé tú, pero yo no vi nada de camino aquí –comentó Catelyn.
-Pero yo sí, yo vine en Tajús. –Anne se quedó pensando-. Además, aunque esté todo nevado, no hemos visto nevar ningún día...
-Huellas –finalizó Kristen-. Creo que me apunto al plan.
Uno a uno, los Elementales fueron uniéndose al plan, incluso Lexie, que era la que más recelaba. Hasta el caballo pareció unirse soltando un relincho.
-¿Qué le diremos a Grey? –preguntó Kristen.
-Que nos han mandado Zálatta y Anemós –respondió Christopher encogiéndose de hombros como si fuese lo más obvio.
-Señores, Zálatta y Anemós les esperan en el salón principal. Avísenme cuando estén listos –el guardia cerró la puerta de la habitación de Christopher y Mark.
-Tío, tengo mucha hambre –Christopher miró a Mark-. Pero no quiero alejarme de nuestra chimenea. –Tara les había dejado una llama en la habitación para que Christopher no pasara tanto frío.
Mark le tiró a su compañero tres jerseys que el chico se puso rápidamente. Mark se rió, le divertía la situación de que todos sus amigos llevasen montones de ropa encima mientras que él iba con una camiseta y unos pantalones porque el frío no le afectaba.
-Oye, ¿qué tal con Anne? –preguntó Mark.
-Ha dicho que me dará una oportunidad. –Christopher estaba pletórico-. Solo que cuando terminemos la misión.
Salieron de la habitación sin hablar más del tema y llamaron al guardia para que les acompañase al salón principal. Recorrieron pasillos y bajaron escaleras hasta llegar a una sala inmensa, llena de luz y con criados y criadas recorriéndola de punta a punta con bandejas de comida y jarras con diferentes bebidas. Había, mínimo cinco chimeneas, por lo que la sala no estaba hecha de hielo ni de madera, sino de piedra. Al parecer, solo estaban hechos de hielo los pasillos y las escaleras del castillo, además de la fachada, aunque esta estuviese revestida de piedra o madera por dentro. En cada chimenea había dos criados cocinando animales que los chicos no conocían. Centenares de cristales chiquititos que colgaban del techo simulando el hielo reflejaban la luz de las chimeneas iluminando el gran comedor.
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Los Elementales
FantasySe acerca el demisexto cumpleaños de Mark, un chico aparentemente normal con unos ojos azules que no solo le hacen una cara bonita sino que le convierten en alguien muy especial. Días antes de su cumpleaños descubre que algunos de sus compañeros de...