-Pasadme eso –dijo Catelyn a nadie en concreto mientras señalaba un plato de lechuga.
Tara cogió el plato y se lo tendió a su amiga por encima de otros platos de comida. Estaban en casa de Grey, cenando a la luz de las velas porque no había electricidad, los siete Elementales Divinos y él. No había nadie más en la casa pues, según les había contado el sanador, su padre murió hace tiempo y su madre había desaparecido poco después. La cena consistía en unos platos de ensalada con trozos de manzana. Y de postre una especie de tarta hecha con trozos de fruta que no le había salido muy bien a Grey.
La casa en sí era una gran habitación de madera con una cama, un fogón y una mesa con cuatro sillas por lo que habían tenido que cenar en el suelo. El techo era de paja y parecía que iba a derrumbarse en cualquier momento.
Grey les contó en la cena que se había sorprendido mucho al verles durmiendo en el suelo, tan tranquilos, porque no venía mucha gente a este lugar ya que tenían miedo de desaparecer, como había empezado a ocurrir hacía unas semanas y por lo que toda la gente de la zona se había marchado.
-Las autoridades lo achacan a Nigrum, pero yo no creo que haya vuelto –comentó Grey mientras miraba a los demás chicos de reojo.
Mark terminó de cenar y se echó un poco para atrás para poder estirar las piernas y mirar a todos sus compañeros, que no levantaban la vista de sus platos.
-Oh, venga, vamos, sé que no habéis venido a analizar plantas –dijo Grey dejando los cubiertos en el suelo.
Kristen le miró atentamente y Tara dejó caer el tenedor al suelo, que repiqueteó hasta que todo volvió a quedarse en silencio.
-¿Cómo lo sabes? –preguntó Marie cogiendo el tenedor mientras le escrutaba el rostro con la mirada. Pero otra vez volvió a desistir: seguía sin poder leerle la mente. Le devolvió el tenedor a Tara
-Me lo contó... -hizo una pausa-, me lo contó Kristen.
Todos miraron a Kristen con ojos acusadores. Había contado la misión a Grey sin pensar en el grupo, en lo que les pudiera pasar. Todos habían creído que Kristen era la más sensata del grupo, pero las apariencias engañan.
-Oh, vamos... Es un sanador –se excusó Kristen-. ¿Qué puede haber de malo en ellos? Sin ánimo de ofender, claro -Miró a Grey con una sonrisa.
-No pasa nada –dijo Grey sonriendo-. Bueno, a lo que iba: puedo ayudaros contra Nigrum. Soy sanador, si os pasa algo puedo curarlo así que siempre estaréis en forma.
Grey se calló y les miró a todos, expectante. Quería que le dejasen ir con ellos, pero ni ellos sabían a dónde ir, ni qué hacer ni si podían confiar en él.
-¿Y bien? –preguntó Grey impaciente.
-No sabemos, Grey. ¿Cómo podemos fiarnos de ti? –preguntó Anne.
-Bueno, no sé, acabo de curar a vuestra amiga de una muerte segura. Los mordiscos de pincerros son letales si no se curan a tiempo.
-Tiene razón, chicos –dijo Kristen-. ¿Y si votamos? Venga, votos a favor de que Grey venga con nosotros.
Mark levantó la mano condicionado porque Grey hubiese salvado a Catelyn, su mejor amiga. Catelyn también la levantó, junto con Kristen y Tara.
-Tara... -masculló Marie.
-¿Qué? Me parece un buen aliado, puede servirnos de mucha ayuda, ya ves lo que ha hecho –respondió Tara susurrando.
-Pues ya está. A partir de mañana Grey vendrá con nosotros, ahora a dormir –dijo Kristen con una sonrisa en la cara.
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Los Elementales
FantasySe acerca el demisexto cumpleaños de Mark, un chico aparentemente normal con unos ojos azules que no solo le hacen una cara bonita sino que le convierten en alguien muy especial. Días antes de su cumpleaños descubre que algunos de sus compañeros de...