16. Viaje y mensajes de texto.

428 21 18
                                    


Quiero pedirles disculpas por no a ver publicado capítulo la semana pasada, es que tuve un percance feo y tuve que ir al medico a que me dieran tres puntadas en el codo, al parecer también tenía dislocado el brazo y me pusieron un yeso, por lo que tenía un brazo inmovilizado y no podía escribir.

Gracias por la paciencia. Disfruten el capítulo.  

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Me levanté muy temprano en la mañana para prepararle el desayuno a Bruno, pero me di cuenta que ya era tarde para eso ya que desde que me desperté lo primero que escuché fue a Bruno hablando en francés por el celular en alguna parte de su enorme armario, y sé más que nadie que si él se levanta primero ya el desayuno está listo o ya casi lo estará. Me puse de pie y me di una ducha rápida, me envolví en la enorme toalla blanca de mi Ángel y también me dirigí al armario para ver si ahí todavía estaban las ropas que Bruno me había comprado. Al entrar pude escucharlo más claro, pero noté que ahora estaba hablando en otro idioma ¿cuántos idiomas sabrá? sabía que hablaba dos idiomas ya que sólo lo he escuchado hablando en español y en inglés, pero en francés no lo había escuchado y menos en italiano... si es ese que está hablando, no estoy segura.

No sólo estaba la ropa que había antes, sino que ahora habían muchas más, ocupaban un gran espacio de este lado del armario, no sé si enojarme o estar feliz, esto me hace pensar que Bruno estaba muy seguro que me recuperaría que compró todas estas prendas. Suspiré para calmarme un poco, me puse la ropa interior y me puse un vestido holgado azul oscuro, agradezco haber dejado mi chaqueta blanca aquí hace meses y no venir a buscarla ya que este vestido se veía fantástico con la combinación, me puse unas cuñas blancas que quedaban perfectas con lo que llevaba puesto. Me puse un poco de maquillaje y me alisé el cabello con el cepillo. Dejé de escuchar la voz de Bruno y de un momento a otro estaba de pie frente a mi mirándome de esa forma que sólo él sabe hacer, una hermosa sonrisa se extendió en su rostro. Se acercó a mi y en pocos segundos ya estábamos en esa burbuja en la que nadie podía entrar en excepción de nosotros, sólo eramos miradas intensas y sonrisas tontas.

- Si supieras lo feliz que estoy en estos momentos. - Me dijo sin que se esfumara su sonrisa .

- Pues... yo también estoy feliz. - Dije con sinceridad. 

Me dio un cálido beso en la frente, me tomó de la mano y me llevó hasta la cocina donde ya estaba preparado y servido nuestro desayuno, me senté en el taburete al lado de donde se él sentó. Me explicó que lo que teníamos en frente era el típico desayuno americano, consistía en zumo de naranja, huevos revueltos con vegetales acompañados con tocino y salchichas y por último pan tostado, todo se veía muy apetitoso. Devoré mi desayuno en tiempo récord, sorprendiendo a Bruno, ya que siempre el primero en terminar de comer siempre había sido él.

- Hay más. ¿Te sirvo otra porción?

- Ya estoy satisfecha. Gracias. - Me sonrojé, él había acertado, quiero más, pero no quiero parecer glotona.

Se puso de pie y me sirvió otro poco de cada cosa.

- ¿Cómo sabes cuándo estoy mintiendo?

- Pues... sin darte cuenta, no me miras a los ojos y te pasas el dedo indice por tu ceja derecha.

- ¿De verdad hago eso? - Me miré las manos, no recuerdo haber hecho algo así en algún momento.

- Si. - Me sonrió. - Siempre has hecho esos gestos...

Al decir eso, pude darme cuenta automáticamente que él se refería a cuando era más joven. Pequeños detalles como esos él se los guarda desde hace mucho tiempo y por lo que veo no olvida ninguno, no puedo creer que un hombre tan atento exista y para menos entender que esté enamorado de mi, él que puede tener a cualquiera ha luchado con todo lo que tiene para que yo sea suya... siempre lo ha hecho, si, ha tenido sus bajas, pero ¿quién no las tiene? así que no logro entender, no tengo el autoestima baja ni me siento menos que él, pero con todo el amor que me ha mostrado no me siento merecedora de tanto.

Amor al Descubierto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora