31. Blanco y negro.

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Hace un gran tiempo de no nos leemos, pero aquí un capítulo largo y con mucha información, espero que lo disfruten mucho.

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La camarera trajo el desayuno, puso mi pedido en frente de mí muy rápido, mientras que cuando le tocó ponerle los platos en frente de Bruno se tardó más tiempo del que hubiera querido, más encima que se quedó mirando a mi hombre demasiado rato y me molestó, aunque me gustó ver que Bruno sólo la miró cuando fue necesario porque no quería quitar sus ojos de mí.

- Eres realmente preciosa. – Dijo luego de terminarse el último trozo de su panqueque.

Dejé de comer mi último beicon y miré al hombre con ojos hermosamente azules que tenía en frente de mí. La sonrisa que me mostraba era contagiosa.

- Realmente no sé en qué piensas cuando me dices esas cosas tan de repente.

- En que tengo la mujer más hermosa a mi lado y todavía no lo puedo creer.

- Pues... es tiempo de que lo vayas creyendo, ya que te estaré merodeando por un buen rato.

- Eso espero. – Dijo sonriendo. – ¿Quieres alguna otra cosa del menú? – Me preguntó al ver que me terminaba el último trozo de beicon.

Continuaba teniendo mucha hambre, era como si no había comido nada en días. No quiero parecer comelona delante de él, ya que podía levantar sospechas de que estoy embarazada, aunque creo que si al día de hoy él no se ha dado cuenta en las innumerables veces que me ha tenido desnuda delante de su persona, no creo que por yo comer otro plato me reproche... ¿o sí? Antes de que yo pudiera contestar, Bruno ya estaba llamando a la camarera para que trajera otro plato para mí con zumo de naranja extra.

- Pero, no te contesté.

- No, pero tus ojos miraban el plato con tristeza por lo que es evidente que quieres más. – Dijo y de repente me miró serio. – El doctor me contó que dormiste casi toda la tarde y resto de la noche de ayer así que entiendo por qué tienes tanta hambre, no te preocupes y pide todo lo que quieras.

Este hombre sólo debe verme unos segundos para saber lo que ronda en mi cabeza, he llegado a pensar que en algunas ocasiones es capaz de leerme los pensamientos, acierta en muchas cosas de las que dice sobre lo que quiero en el momento en que lo estoy pensando... estoy empezando a creer lo que dijo hace unos minutos: que él fue hecho para hacer de mi vida un jardín de rosas, con el sólo hecho de tenerlo a centímetros de mí ya me da el mundo entero sin saberlo.

Unos minutos más tarde la chica trajo la orden que mi novio le pidió y al ponerlo delante de mí se me quedó mirando con mala cara por unos segundos demasiados largos para mí y se retiró, creo que Bruno también se dio cuenta porque al marcharse se le quedó mirando con el mismo desdén utilizado hacia mí... no sé cómo es que puede ver todas las cosas que pasan a mi alrededor. Mientras me comía mi segundo desayuno me comenzó a contar lo que estaba haciendo ayer por la tarde para que supiera por qué no estuvo disponible por un largo rato. Me dijo que en el lugar que estaba era un lugar alejado de la sociedad el cual dificultaba la comunicación de los celulares, al parecer Logan estaba encargado de la dirección de construir aquella cabaña en aquel lugar, pero no se percató que lo habían engañado con los materiales que utilizarían, entonces cuando estaban construyendo el techo se vino abajo lastimando a dos de los de la obra, esto pasó unos minutos antes de que Bruno llegara por lo que tuvo que encargarse de los heridos y de que esas personas no pusieran una demanda contra la empresa Walker. Gracias a Dios, los hombres resultaron sólo con leves heridas y no era nada serio, por lo que ellos se decidieron en no demandar ni a Bruno ni a su empresa a cambio de que le pagaran el tiempo del trabajo que se suponía iban hacer.

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