Amor al Descubierto

36. No quiero perderte.

Aquí un capítulo con revelaciones y muchas sorpresas.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Igual que yo, mis padres se quedaron muy sorprendidos por lo que les había comentado mi novio, me esperaba que dijera cualquier cosa, menos que quería casarse conmigo. Sí, no puedo negar que era el siguiente paso en nuestra relación que se me había pasado por la cabeza, pero no tan de prisa, por lo menos no ahora. Aunque, pensar en una vida en la cual pueda ser la señora Walker no me parece mala idea; sin pensarlo dos veces y olvidándome por completo que mis padres estaban frente a nosotros me senté en su regazo y lo abracé como si no hubiera un mañana, era lo mejor que me había pasado el día de hoy. Unos segundos más tarde escuché la risa de mi padre cerca de nosotros, no quería alejarme ni un segundo de mi hombre adorado por lo que sentí como mi padre y mi novio se estrechaban las manos. A regañadientes me alejé de mi novio para que mi padre y mi madre pudieran hablar con él, pero desde que lo hice me di cuenta que mi madre se puso de pie y caminaba sin intención de detenerse a la planta de arriba.

- ¿Adónde vas mamá? – Dije sin ocultar mi enojo.

Como si nadie le había dirigido la palabra continuó subiendo las escaleras. No me aguanté, corrí para poder alcanzarla y la sostuve por el brazo para que se diera la vuelta y me mirara a los ojos. Ella posó sus ojos en los míos con palpable sorpresa.

- Diré esto, espero que lo escuches con atención. – Tomé suficiente aire. – Ese hombre de ahí – señalé a Bruno con mi dedo. – es el hombre que tiene mi corazón, mi alma y mi vida en sus manos. Estés o no de acuerdo con esta relación, Bruno Walker fue a quien elegí para pasar el resto de mi vida. Nada que hagas, puede hacerme cambiar de opinión, pero en realidad quisiera tener tu apoyo en esto y que lo aceptaras.

Me acarició lentamente la mejilla, la sonrisa que me mostraba no me gustaba en lo absoluto, estaba llena de tristeza y cansancio.

- Te amo, lo único que quiero es que seas feliz. Veo que estás contenta con él y eso a mí me hace feliz, ya que si dices que él es el indicado, por algo lo dirás, pero por favor, no me pidas que lo acepte, porque no creo poder volver a confiar en él. – Al estar un escalón más arriba que yo, estaba más alta, por lo que se agachó un poco y me dio un beso en la frente. – Dios bendiga tu vida, mi niña. – Y con esas palabras nos dejó a todos ahí sopesando sus palabras.

Me quedé de pie sin saber qué hacer, no podía obligarla a aceptar algo que no quiere, además comprendo perfectamente su punto de vista, Bruno ha provocado muchos desconciertos en mi vida, cosas que pudieron quitarme la vida, cosas que hicieron que mi vida cambiase por completo; soy su única hija y el hombre que estoy eligiendo para pasar mi vida es el mismo que ha causado mucho dolor en mi familia. Ella tiene razones de más para odiarlo con todas sus fuerzas, por lo que si lo vemos desde sus ojos, ella mucho está haciendo que no se niega a que yo sea feliz eligiendo a ese hombre que ella odia sobre manera.

- No te preocupes, pequeña. Yo hablaré con ella.

- No, papá. – Susurré y me di la vuelta. – Tú más que yo, debe entender cómo se siente. Mucho ha hecho no echando a Bruno de este lugar.

- Lo sé, pero no es bueno guardar rencor.

Bajé de las escaleras y le di fuerte abrazo y un tierno beso a mi padre. Estaba resultando muchísimo más comprensivo de lo que alguna vez lo consideré. Me estaba apoyando en todo lo que quería realizar en mi vida.