35. Ese amor tan grande.

273 18 12
                                    

Capítulo corto. El domingo capítulo siguiente.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Estaba paralizada, no sabía cómo actuar en una situación como esta ¿realmente él me preguntó que si estoy embarazada? Continuaba mirándome tranquilo como si fuera la noticia más normal que pudiera recibir en su vida... lentamente me puse de pie. Bruno me siguió con la mirada, evaluaba mi reacción, miré hacia la salida, noté que sus guaruras no habían venido con él, por lo que sólo estaban con nosotros James y Martín, los cuales por alguna razón no sabía dónde se encontraban, pero eso lograba darme una buena idea de lo que en esta situación podía hacer... di un paso en dirección a la puerta de salida, de inmediato noté como mi novio se puso de pie mirando cada movimiento que hacía. Sin más sólo corrí y salí lo más rápido que pude de ahí, por alguna razón me aterraba estar cerca de él, estaba muy sereno, demasiado tranquilo, su calma me causaba un desasosiego enorme... ¿por qué estaba tan asustada?

Escuché la voz de Ángel cuando le dijo a los guardaespaldas que se mantuvieran alejados que él se haría cargo de la situación. No sabía hacia dónde me estaba dirigiendo, sólo corría con el único propósito de estar alejaba de ese hombre pasivo que me aterrorizaba. Unos fuertes brazos me abrazaron por la cintura, deteniéndome, me comenzó a acariciar el cabello con mucha suavidad, tenía mucho miedo de estar a su lado... no sé lo que estaba pasando, en algún lugar del centro había alguna mujer chillando, fuerte, un ruido ensordecedor, Bruno intentaba hablarme, pero por el ruido de aquella mujer me era difícil poder entender sus palabras. Dejando de abrazarme, pero sin soltar mi cintura me condujo hacia la salida y nos sentó en una banca que estaba apenas a unos metros de la salida. Puse ambas manos en el rostro, no quería que viera el rostro patético que estaba poniendo.

- Gabriela. Mi amor. Por favor, tranquilízate. – Dijo. Esta vez, podía escucharlo mejor. – Respira lento mi amor. – Lo miré extrañada, puse atención a lo que pasaba y ahí entendí que la mujer que chillaba desesperada... era yo, ¿cómo pude estar haciendo tanto escándalo sin siquiera darme cuenta. De algún lado Martín vino hacia nosotros y con cuidado de no acercarse mucho a mí le dio una bolsa marrón a Bruno, bolsa que me dio luego a mí. – Respira dentro de la bolsa, chiquita. – Me puse la bolsa cómo me indicó y comencé inhalar y exhalar con lentitud. – Lo siento tanto, cariño. Entraste en pánico por mí culpa. – ¿Pánico? ¿Eso era todo esto? Pero ¿qué era lo que me estaba pasando?

Mientras mi respiración se volvía más lenta, él me acariciaba la espalda con ternura y paciencia. Cuando estaba mejor, mis ojos se llenaron de lágrimas, no pude detener el llanto... de verdad que no entendía las reacciones de mi propio cuerpo, si él me preguntó eso es porque ya sabe la verdad, no lo veo enojado, ni tampoco asustado, sino que asimiló la noticia mejor que yo. ¿Cómo podía estar tan calmado luego de haber hecho algo tan estúpido como correr lejos de él para escaparme, sólo me hacía ver como una tonta, tener a un hombre como él preocupado por mí, luego de lo que hice me hacía sentir una estúpida que no valora lo que tiene.

Cuando me vio calmada, me dio un pañuelo que se sacó de la bolsa del pantalón trasero, me lo pasó y me limpié las lágrimas que habían manchado mis mejillas hacía unos minutos. Mientras lo hacía él se sentó mejor, puso los codos en las rodillas y entrelazó los dedos, miraba el frente como si buscara algo que se le había perdido. La noche había llegado sin siquiera percatarnos, yo sólo podía mirar sus reacciones, esperando que no se estuviera decepcionando de mí por todo este revuelo que he armado.

- Por tu reacción, diría que la respuesta es... sí. – Dijo de repente sin dejar de mirar al vacío.

No quería ni hablar, así como a él le pareció sorpresiva mi actitud, para mí también lo fue, no entiendo por qué siento este miedo enorme dentro de mí, se supone que a lo que le temía era que él se enterara y me odiara por eso, pero en cambio Bruno está tranquilo, intentando hablar conmigo como una persona normal y yo aquí haciéndome ver como una desquiciada.

Amor al Descubierto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora