Capitulo 26

67 4 0
                                    

Ya estando en el departamento de Carmen me acerqué a ella y pude ver su rostro vacío como si ella hubiera presenciado su muerte, mi madre lloraba desconsoladamente y mi hermano Steven trataba de hacerse el fuerte como acostumbraba hacerlo siempre, pero el dolor se dejaba ver aunque tratara de disimular. Yo no sabía que hacer, sólo me acerqué a mi madre y la abrase fuertemente. Sabía que nada de lo que le dijera calmaría su dolor, pero no podía evitar sentir coraje por no poder ayudar. Ella me miraba y de sus labios solo salia el nombre de Carmen.

.

.

Luego de un rato se acerca el forense a mi madre, la cual se encontraba sentada junto al cuerpo rígido de mi hermana.

- Señora, debe retirarse para poder llevarnos el cuerpo de su hija - Dice el forense.

- Yo de aquí no me muevo - Dice mi madre mientras acaricia el rostro frío de Carmen.

- Debemos llevar el cuerpo a la morgue para prepararlo, ya tendrá tiempo para despedirse de ella - Dice el forense.

- Entienda mi dolor - Dice mi madre, quien no dejaba de llorar.

- Mamá vamos, deja que el señor haga su trabajo, sé que nos duele esto que esta pasando, pero tenemos que ser fuerte. Dije con lágrimas en mis mejillas.

Nos retiramos un poco para que los de la funeraria hicieran su trabajo. Desde la distancia vimos como tapaban el rostro de mi hermana y era una escena desgarradora, no pude contener mi llanto al ver a mi hermana como se alejaba de nosotros para siempre.

De pronto se acerca un oficial para hacerle unas preguntas a mi madre, eso me pareció un extraño, porque teníamos entendido que fue una muerte natural, ¿porque vendría a nosotras un oficial? algo no andaba bien y comencé a sospechar que algo mas había pasado, ya que Carmen era una joven alegre que siempre estaba cantando y sonriendo. Así que con mas razón sospechaba que había algo detrás de todo esto.

Mi madre se quedó hablando a solas con el oficial y yo me fui al auto de mi hermano a esperarlos para regresar a casa a esperar que trajeran el cuerpo de mi hermana. Todo pasó de repente, que parecía como si fuera un sueño, pero todo era real.

.

.

Eran las 6 de la tarde de ese mismo día y la desesperación se hacía presente en mi casa, mi madre lloraba desconsolada y mi hermana Juli estaba sentada en una silla con su mente en otro planeta, Steven preparando todo junto a su esposa y yo ya no sabia que más hacer. La casa estaba llena, casi no había por donde pasar, de pronto vi desde la ventana de la sala como traían el cuerpo de mi hermana. El llanto y la desconsolación se hicieron presente, fue un momento terrible, una escena espantosa. Ya no aguantaba más, mi corazón sentía tristeza pero a la vez sentía coraje por no poder hacer nada.

De pronto el sonido de mi celular me sacó de concentración, era mi amiga Lourdes.

Alisson, ven que estoy afuera de tu casa, trate de pasar pero fue imposible, además no me gustan ese tipo de escenas.

- Salgo en unos minutos - Respondí mientras trataba de salir en medio de tanta gente que invadían la entrada de mi casa.

Al fin logré salir entre tanta multitud, ya no aguantaba más estar adentro. era como una película de terror, llantos, gritos de dolor y desesperación, que si me quedaba adentro me volvería loca.

- Gracias por venir amiga, ya me estaba desesperando allá adentro - Dije abrazándola.

- No tienes nada que agradecer para eso son las amigas, además se como debes sentirte.

- Trato de controlarme por mi condición, además alguien tiene que estar en sus cinco sentido en un momento como este, no olvides que mi madre sigue mala de salud y con esto que esta pasando no se como valla a terminar después de todo esto - Dije mientras tomaba un poco de agua.

- Tienes razón amiga y te admiro mucho por la fortaleza que tienes en un momento como este.

- No es fácil contenerse amiga, el tener que decirle adiós a mi hermana no es nada fácil y mas cuando se que no la veré más, a pesar de que no fuimos muy unidas, eso no quita que sienta dolor en mi corazón por su partida - Dije con lágrimas en mis mejillas.

Pasamos toda la noche en vela, mi madre seguía sentada al lado del ataúd de mi hermana sin decir nada, sin querer comer y eso me comenzaba a preocupar. Luego de un largo rato vi al esposo de Carmen hablando con unos hombres un poco extraños. De pronto esos hombres se acercan a mi madre.

- Señora, necesitamos hablar con usted a solas - Dice uno de ellos con unos papeles en la mano.

Me acerqué a mi madre a ver que pasaba y de pronto vi como mi madre se desmalla y cae al suelo y coloqué su cabeza entre mis manos.

- ¿Quien rayos son ustedes y que diablos le dijeron a mi madre? - Grite desconcertada.

- Somos investigadores criminales y vinimos hablar con tu madre - Dice uno de ellos.

- ¿Que diablos le dijeron para que se pusiera asi? - Pregunte furiosa.

En eso llega mi hermano Steven y al ver a mi madre preguntó que había pasado. De pronto vi como mi hermano y los dos investigadores se fueron aparte. Yo sabía que algo pasaba y que no me querían decir, sabía que tenia que ver con la muerte de mi hermana. De pronto vi como mi hermano colocaba sus manos sobre su cabeza y lágrimas recorrían por sus mejillas. Vi como dos oficiales detenían al esposo de mi hermana delante de todos como si se tratara de un criminal. Me acerqué a mi hermano para ver que pasaba, pero el estaba lleno de coraje y le gritaba cosas horribles al esposo de mi hermana Carmen. Me estaba volviendo loca con la desesperación de no saber que estaba pasando que ya me estaba comenzando a sentir mal. de pronto caí al suelo y sentí como alguien me sujetaba de mis brazos y cuando volteo para ver de quien se trataba, mis ojos no podían creer los que estaban viendo, un joven que jamás había visto en mi vida y ni conocía, pero en medio de tanta tristeza y dolor me sentí como si de pronto un Ángel bajara del cielo. No podía apartar mi mirada de el, era como si me hubiera quedado dormida y estuviera soñando. Pero de pronto su voz se hizo presente interrumpiendo mis pensamientos.

- Hola, Me llamo Diego - Dice mientras me levanta del suelo.

- Mucho gusto, me llamo Alison - Dije sin dejar de verlo a los ojos.

Era como si en medio de tanto dolor, Dios me daba la oportunidad de encontrar un poco de tranquilidad al conocer a Diego.

- ¿Eres nuevo aquí? - Pregunte curiosa.

- Soy primo de Lourdes - Responde con una sonrisa a medias.

- ¿Primo de Lourdes? - Pregunte sorprendida.

- Si... ¿la conoces?

- Si, ella es mi mejor amiga - Respondí emocionada.

- ¿Eso quiere decir que te veré mas seguido? - Pregunta con una sonrisa.

Pasé toda la noche platicando con Diego, al menos eso me hacia sentir mejor y no me dejaba pensar en tanto dolor. Las horas pasaban y ya casi todos los vecino se habían marchado, solo quedaban los más allegados, mi madre se había quedado dormida de tanto llorar y mi hermano Steven se fue a llevar a su esposa y la niña a la casa para que descansaran un poco y luego el regresar, mi amiga Lourdes se había marchado pero regresó para hacernos compañía. Pasamos toda la noche despiertos platicando para despejar la mente un poco de tanta tragedia. Aunque no podía olvidar lo que estaba pasando, al menos la compañía de Lourdes y Diego me tranquilizaba.

Eran las dos de la madrugada y el cansancio me invadía, mis ojos se sentían un poco cansados de tanto llorar y mi estómago comenzaba a pedir algo de comer, así que me dirigí a la cocina a buscar un poco de café para matar el sueño y unas galletas para controlar mi estomago. Ya estando sola en la cocina, alcance ver a mi hermana Juli sola en el balcón de la parte de atrás , me acerqué a ella para ofrecerle un poco de café, pero ni tan siquiera me escuchaba, era como si su mente estuviera ausente de la realidad.

Desde ese momento la tristeza llegó a mi corazón y mis pensamientos se hicieron presente, me distraje por un rato, la casa ya no era la misma, aquella felicidad que sentí cuando llegué por primera vez a esta casa ya no era la misma, todos esos sueños que tenia cuando era niña se habían convertido en una realidad dura de enfrentar.

Cómo me hubiera gustado volver a esos momentos.

De un sueño a la Realidad(editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora