Capítulo 19 - Favores

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—No hables o el hechizo se desvanecerá.

Fairiel asintió hacia Leilah.

La anjana había usado un hechizo de invisibilidad en las dos para poder infiltrarse en Elphemia sin ser vistas. Además contaban con la ventaja de que la elfa conocía su ciudad natal como la palma de su mano. Ella sabía de rincones recónditos por los que acceder y moverse por allí, y también sabía bien dónde se encontraban los calabozos de su ciudad, ya que hace poco ella misma había estado allí encerrada.

No tardaron mucho en llegar al edificio donde estaba la prisión. Había solo un guardia en la puerta exterior.

La elfa esperó al momento adecuado para abalanzarse por detrás de él y noquearle. Lógicamente no podía matar a sus compatriotas, eran sus compañeros y no tenían la culpa de seguir las órdenes de un líder demente.

A continuación abrió la puerta con cuidado, la invisibilidad volvía a estar activa, pero si alguien veía como la puerta se abría sola se percatarían de que hay algo raro y podrían descubrirla. No podía hacer ruido ni hablar.

Se deslizó por la reducida ranura que había abierto de la puerta y vio a otro guardia a unos metros mirando hacia la puerta. No la podía ver pero se le notó extrañado al ver que la puerta se abrió un poco y se cerró sin entrar nadie del exterior.

—¿Dust? —preguntó el hombre caminando hacia la puerta para comprobar si fue su compañero el que abrió la puerta.

La elfa lo fue rodeando hasta ponerse en su espalda, y antes de que abriera la puerta lo noqueó por detrás como al otro guardia.

—¡Y luego dicen que los guerreros no tenéis magia! ¡Menuda forma de ponerlos a dormir!

Fairiel rio en voz muy baja y le dijo:

—Venga, sigamos, creo que solo hay otro guardia en la entrada a la escalera y otro abajo, vigilando los pasillos.

Después de encargarse de los dos últimos guardias buscaron por todas las celdas hasta dar con la que estaban sus amigos. En las dos últimas del pasillo estaban, Nacilë en una celda y sus otros dos amigos en la contigua.

Casi se mueren los tres del susto cuando Leilah y Fairiel aparecieron de la nada delante de ellos, tras haber quitado la invisibilidad.

—¡Fairiel! ¡Estás viva! —exclamó Drillion.

—¿Qué pasó? —preguntó Ainur casi al mismo tiempo.

—¿Esa es la anjana de la otra vez? —preguntó Nacilë.

—Chicos, paso a paso, vamos a escapar de aquí y ya os podré al día —dijo Fairiel mientras la anjana únicamente sonreía.

La anjana volvió invisibles a todos y abandonaron los calabozos, no sin antes encerrar a los guardias noqueados en las celdas para que se quedaran allí y que no dieran la voz de alarma hasta que alguien los encontrara

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La anjana volvió invisibles a todos y abandonaron los calabozos, no sin antes encerrar a los guardias noqueados en las celdas para que se quedaran allí y que no dieran la voz de alarma hasta que alguien los encontrara. Eso les daría tiempo.

Las crónicas de Fairiel [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora