Capítulo 9 - Hallazgo

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La criatura se sumergió hacia las profundidades del pantano, haciendo que Fairiel contuviera la respiración. Afortunadamente la bestia emergió pronto del agua y la elfa pudo volver a llenar de aire sus pulmones, aunque notó el ambiente cargado y húmedo.
Cuando el agua que caía por su rostro le permitió abrir sus ojos, observó su entorno, pudo ver una especie de gruta submarina hecha de grandes piedras y que tenía un techo alto por el que se filtraban algunos rayos de luz solar.

Seguía atrapada por los tentáculos de color almagre que parecían los de un pulpo, pero de un tamaño considerablemente mayor.
Fairiel logró ver el cuerpo de la criatura, era una mujer con pelo oscuro, con el torso desnudo, garras en sus manos y la elfa descubrió lo más extraño que nunca hubiera visto, la figura tenía por debajo de sus caderas seis cabezas de lobos que gruñían y movían sus fauces expulsando espuma por la boca y un gesto muy agresivo. Era espeluznante e intimidaba sobremanera.
Pero la elfa no iba a ser una cobarde ahora, aunque temiera por su vida, no moriría sin ofrecer pelea e intentar liberarse.

Antes de planear cómo escapar, a su mente vinieron unos libros de criaturas mitológicas que le enseñó su hermano hace algún tiempo, y entre muchos otros seres mitológicos, recordó el dibujo de una criatura que se parecía a la que ahora la tenía atrapada. Si estaba en lo cierto se trataba de Escila, quién según una leyenda fue una vez una hermosa ninfa.
Un dios marino, que anteriormente era pescador, se enamoró de ella, pero ella huyó de él hacia la tierra, donde no podía alcanzarla. Él, desesperado, fue a una hechicera, para que le preparase una poción de amor y así derretir el corazón de la joven. La hechicera, que estaba secretamente enamorada de él, le recomendó dedicar su amor a alguien más digno de él, intentando cortejarlo con dulces palabras y miradas, pero el dios no quiso saber nada de ella. La hechicera se enfureció, pero con Escila y no con el dios. Por ello, fingió ayudar al dios entregándole un frasco, recomendándole que lo vertiese en la charca donde Escila solía bañarse. Él siguió sus instrucciones y vertió la poción. Sin embargo, tan pronto como la ninfa entró en el agua se transformó en un horrible monstruo.

Fairiel estaba completamente segura de que esa criatura legendaria era Escila. Nadie la había visto jamás, a algunos les había parecido verla y por eso había dibujos aproximados de su aspecto, pero no había nadie que la hubiera visto bien, y si la vieron esas personas no debieron salir con vida.
La elfa estaba todavía más asustada pero no podía dejar que su miedo la paralizara, tenía que hacer algo para escapar y salir de esta.

Súbitamente la monstruosidad paró en seco y giró su rostro hacia el oscuro pasillo por el que acababan de pasar. Había escuchado algo.
Fairiel se fijó en que la criatura tenía un rostro muy bello, si no fuera por los lobos y los brazos de cefalópodo de la parte inferior de su cuerpo, parecería una ninfa hermosa y amable.
Sintió lástima por ella, porque si las leyendas eran ciertas a la pobre ninfa la convirtieron en un monstruo sin haber hecho nada malo, pero esto no impidió a Fairiel aprovechar el despiste de su captora para sacar como pudo una pequeña daga que tenía escondida en la pantorrilla de su pierna derecha y cortar el gran tentáculo que la tenía oprimida.
Sangre de la criatura cayó al suelo mientras emitía un grito desgarrador.

La elfa, liberada al fin, cayó al suelo. Se levantó rápidamente, sacó su arco alejándose un poco hacia atrás y se despojó de su capa para tener una mayor movilidad y también porque se había llenado de sangre del monstruo.
Mientras la criatura seguía a una distancia prudente, Fairiel disparó sus flechas contra los lobos.

La criatura dio un salto inverosímil y se agarró al techo con sus tentáculos, pasando por encima de la cabeza de Fairiel y cayendo detrás de ella, cortándole el paso hacia la salida.
La elfa maldijo y corrió hacia delante, hacia la oscuridad de la gruta.

Las crónicas de Fairiel [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora