MAÑANA ES PARA SIEMPRE II, El regreso de Bárbara.

Capitulo 114

Al día siguiente como de costumbre Bárbara trabajaba en su oficina muy concentrada, asistió a un par de reuniones, Eduardo salió a hacer una visita a la planta para verificar la entrega de maquinaria nueva.

Flor: hasta que apareces prima, desde ayer la señora Fernanda te andaba buscando, donde andabas?

Gardenia: por ahí Florecita.

Flor: Estás bien?

Gardenia: no, me siento muy mal!

Flor: por qué? Que paso?

Gardenia: el Eduardo me rompió el corazón.

Flor: entonces ya lo sabes?

Gardenia:por qué no me lo dijiste desde el principio?

Flor: por que no era la más indicada.

Gardenia: debiste decírmelo antes, cuando Eduardo dejó a la señora Fernanda, asi hubiera corrido a sus brazos para consolarlo y conquistarlo y en este momento estaría conmigo  no con esa bruja.

Flor: estás loca? Eduardo jamás se fijaría en ti, y si dejó a la señora Fernanda fue porque por meses mantuvo un romance con La señora Bárbara a escondidas y todos nos dimos cuenta mucho tiempo después, asi que ni chance hubieras tenido.

Gardenia: sigo sin entender, que tiene esa mujer que no tenga yo?

Flor: eso debe saberlo él mejor que nadie.

Gardenia: a lo mejor es su forma de vestir.

Flor: toma atiende el teléfono, debo llevarle estos documentos a la señora Bárbara.

Gardenia se quedó la recepción.

Flor: perdón, señora Bárbara, aquí tiene las copias que me pidió.

Bárbara: Gracias Flor, me podrías traer un café por favor??

Flor: si señora, una de azúcar verdad?

Bárbara: si, gracias.

Gardenia: tan rápido regresaste?

Flor: es que la señora Bárbara me pidió un café.

Gardenia: Florecita déjame yo se lo llevo.

Flor: pero y si te agarras con ella otra vez? No quiero problemas.

Gardenia: no te preocupes, sirve y arreglo las cosas con ella.

Flor: bueno, déjame le pongo el azúcar.

Bárbara: qué? Como que te vas?

Del otro lado de la línea estaba Aurora.

Aurora: si mamá, Santiago fue contratado en Italia para una exposición y tanto él, como Santi y yo debemos viajar en menos de dos días.

Bárbara: entonces no estarás para mi boda religiosa?

Aurora: no mamá, lo siento mucho, pero como una vez me dijiste al estar con Santiago tengo que apoyarlo en todo y si tiene que irse un tiempo del país pues tengo que acompañarlo.

Bárbara: si tienes razón, de hecho yo haré lo mismo con Eduardo, tu tranquila hija, lo importante es que tú y mi nieto sean felices, sólo déjame hacer una cena para despedirlos.

Aurora: lo que quieras mamá.

Bárbara: gracias hija.

Llamaron a la puerta.

Bárbara: adelante

Gardenia: su café señora Bárbara.

Bárbara: tú qué haces aquí?