Epílogo: Ecos de amor

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Lenna.

Después de la boda; la luna de miel; de disfrutar la vida con un regocijo que jamás había experimentado, al lado del hombre maravilloso que tuvo mi corazón desde la primera vez que me sonrió ya nada pudo ser imperfecto.

El cielo parecía tener un nuevo matiz, y el arcoíris nuevos colores.

Mis álbumes se llenaron de fotos. Cada una de ellas llena de amor, contando una historia tan perfecta que ninguna palabra podría describir. La perfección tenía cada vez más sentido con cada segundo que pasaba a su lado.

Él era mi vida.

Me había enseñado a disfrutar aún de los días tormentosos, esos en los que mi mente y corazón se sentían a punto de colapsar.

Nada podía marchar mal aun cuando sentíamos que el mundo derrumbarse a nuestro alrededor.

Nuestro amor tuvo mil y un pruebas, llegar al altar fue solo el inicio; hubo caídas, lágrimas, vecinos quejándose del ruido que provenía de nuestra habitación, cartas de amor, más citas, muchísimas peleas.

También hubo momentos en los que tirar la toalla parecía la única solución, aun así lo hicimos funcionar.

Nadamos contra corriente y vencimos. Demostrándole al mundo que lo nuestro era más que un capricho.

Descubrimos juntos que el amor puede hacer milagros.

El calendario no importaba. Pudieron pasar días, meses, años, e incluso milenios y la sonrisa de Ángel que iluminaba sus ojos podía seguir enamorándome cada vez más. Inclusive los hilos plateados que se fundían con las hebras doradas de su cabello no hacían nada más que embellecerlo.

Su acento tampoco perdió el encanto jamás.

Cada día me preguntaba qué tipo de magia utilizaba para hacerme sentir de aquella manera todo el tiempo. Como si mis pies jamás tocaran el suelo.

Me impulsó a crecer, a estudiar, a seguir mis sueños, a vivir, y sonrió desde las gradas ante cada uno de mis triunfos.

No le importó que la gente lo viera débil siempre y cuando se tratara de mí.

Lloramos, reímos e hicimos el amor todo el tiempo que duró nuestra historia.

Y luego comprendí, después de un maravilloso tiempo, que en ocasiones, la vida no dura suficiente; que cada historia tiene su final.

Que todo termina.

Mi pequeña eternidad de amor nunca podría ser lo suficientemente larga. Creí que después de perder a tantas personas, y de las cicatrices que sanaron con los años, nada dolería más.

Me equivoqué.

Nada puede hacerle frente al dolor de perder el corazón y el alma de un tirón.

Jamás tendría suficiente de Ángel Ivashkov.

Y llegó el momento en que nunca podría tener más de él.

Ahora tenía a nuestra familia que, a su manera, me recordaba a él cada día: Joshua, era el clon del amor de mi vida en el aspecto que fuera; Mattew tenía el coraje y la fuerza de voluntad que caracterizaban a mi ángel; Sophie era tan amorosa y entregada a lo que amaba como él lo había sido; inclusive mi pequeña Zoe había adoptado algunos gestos de él.

Dejé pasar mucho tiempo antes de atreverme y dejarme llevar por la tormenta de emociones que Ángel Ivashkov me hacía sentir.

Conforme envejecí comprendí que el tiempo que perdí para amarlo no volvería nunca.

El tiempo ya no volvía.

Cuando al fin caí en cuenta del hecho de que jamás tendría a Ángel a mi lado de nuevo todo me pareció distante, gris, solamente un eco de todo lo que habíamos vivido.

Recordé cada segundo, desde el momento que entramos en el mismo ascensor hasta el último «Te amo», el último beso que nos dimos esa noche, antes de que él jamás volviera a abrir los ojos.

Desee tener más de él, más que sonrisas grabadas para siempre en mi memoria; incluso, en mi ingenuidad, creí que yo moriría primero mientras dormía a su lado y sus ojos azules fueran el último recuerdo que me llevaría de este mundo.

Una cosa era segura: nadie, nunca, jamás, amaría a alguien como yo amé a Ángel Ivashkov.
















¡Al fin!

Un final corto, emotivo y perfecto para describir lo que ellos sentían. Gracias a todas las personas que me motivaron, que votaron y que creyeron en esta historia. Gracias por disfrutar de esta historia de amor que por momentos resultó frustrante y en otros demasiado emotiva (al menos para mí). Espero de todo corazón que algo la historia le haya provocado algo.

Les mando miles de millones de besos y espero ver sus comentarios y mensajes en las siguientes historias.

Gracias por estos, de verdad. 

Bendiciones para todos/as.

P.D.: Subido el primer capítulo de la historia de Adrián (por si quieren pasarse a leerlo)

Ecos de amor (#2 PeR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora