—¿Porque las personas me miran de esa manera? — Le pregunto a Anastasia mientras caminábamos por los pasillos que nos dirigían a las habitaciones de la universidad.
—Los rumores se corren muy rápido aquí —Me comenta Anastasia con simplicidad.
Después de tener ese percance no me quedó más remedio que volver al coche de mi hermano y sacar mis maletas, mientras que Anastasia me explicaba con más detalle la situación de los tres primeros. Al parecer ese rollo estúpido de la universidad era de todos los días, aquellos chicos hacían lo que querían aquí y nadie se los reprendía.
Al poner un pie en los pasillos de la universidad todas las miradas se dirigían hacia mí, seguidas de murmuraciones y risas burlonas tanto de chicas como chicos.
—No te preocupes, se olvidarán de esto en cuanto haya una noticia más interesante aquí —Se encoge de hombros y me ofrece una sonrisa sincera que me tranquiliza. Anastasia hacia que viera él lado bueno de cada cosa, algo que en cierta parte agradecía. —Por lo pronto serás él centro de atención.
—Que privilegio — Murmuro sarcásticamente para mis adentros.
Entonces, Anastasia se detiene y mira a su alrededor, un segundo después parece haber recordado él número de mi habitación y me dirige hacia una puerta que abre con rapidez dejándome ver el interior. Mis expectativas eran justamente lo que esperaba de la habitación. Las paredes estaban pintadas de un color lila que le daba un aire cálido, una ventana lo bastante espaciosa para poder ver el campus, había dos camas perfectamente arregladas y al costado de cada una de ellas se encontraba dos guardarropas de color café macizo.
—Por ahora estarás sola, tu compañera de habitación es una chica de intercambio que vendrá el próximo año. — Me explica. — Tienes suerte, mi compañera es un desastre — Anastasia se ríe ligeramente, y no puedo evitar seguirla.
Agarro él mango de mi maleta y la arrastro hasta adentro. Suelto un suspiro y me acerco a la ventana. La vista era bastante buena, no podía quejarme.
—Lindo, ¿no? — Dice justo detrás de mí. Dejo escapar un suspiro y asiento.
—Se siente tan lejos — Pronuncio en voz baja con la intención de que ella no haya podido escucharme.
—Bien, creo que eso es todo — Anuncia Anastasia haciendo caso omiso a mis palabras.
—Gracias.
—Te dejare para que te instales — Me responde con ironía —Si necesitas algo estaré en mi habitación, soy el número 112. — Me giro para verla y asiento.
Ella ésta a punto de cerrar la puerta de mi nueva habitación, pero parece recordar algo y vuelve a alzar la mirada para decir: — Casi lo olvido, los baños son públicos, así que si quieres bañarte tienes que levantarte temprano — Giro alrededor y me doy cuenta que efectivamente no había un baño en la habitación. Ella prosigue: — Y el toque de queda es a las doce así que evita llegar aquí tan tarde si sales por la noche.
Dicho esto, Anastasia me sonríe por última vez y sale de mi habitación ,no sin antes cerrar la puerta.
Me vuelvo y observo mi maleta, había mucho por desempacar y no podía desperdiciar mi tiempo.
Empiezo por ordenar toda mi ropa en mi guardarropa, había decidido que mi cama seria la que está cerca a la ventana, así podría tener una buena vista cuando este por dormir. Mientras saco mis camisetas para guardarlas, algo vibra en mi cama y hace que desvíe la mirada hacia allí, era mi teléfono. Me estiro con rapidez y lo cojo, en la pantalla se iluminaba él nombre de mi mejor amiga.
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Jackson Foster Es Un Mentiroso ©
Novela JuvenilNo intenta huir, ni mucho menos correr, solo busca. Me busca. Debajo de aquellos ojos grises yace el sufrimiento que procura esconder bajo una forzada sonrisa. Sus labios susurran mentiras dulces que ocultan verdades amargas. No intenta escapar de...