Capítulo 27

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Jackson

—Hace calor — Repite Alicia por décima vez mientras conduzco.

Despego mi mirada un segundo de la carretera para fijar mi atención en ella. Noto que tiene los párpados cerrados, mientras que con una mano se secaba el sudor de la frente y el cuello.

—Es por la droga — Le indico. Mi voz suena grave debido a que mi garganta estaba seca. — Se te pasará en un par de horas.

Esperaba por lo menos que asintiera, pero no recibí ninguna respuesta por su parte y eso me ponía más ansioso. No estaba del todo informado sobre los efectos secundarios de esa droga, pero sabía que tenía que llevarla al hospital si empezaba a vomitar o a tener taquicardia. Hasta el momento no he visto esos síntomas, es una buena señal ¿no?

Conduzco un par de calles a gran velocidad hasta que por fin doy con el edificio en donde vivo, en cuanto aparco mi auto en el estacionamiento, no pierdo el tiempo y me dirijo a Alicia, abro la puerta de golpe y la llevo en mis brazos hasta llegar al piso donde mi apartamento se encontraba. Ya dentro, la lleve a su habitación donde reinaba el silencio y la oscuridad. Los brazos de ella se tensaron en mi cuello y me sujetó con más fuerza, una ola de alivio me inundó al saber que al menos tenía la suficiente habilidad para protestar.

Me acerqué de prisa a su cama donde pude dejarla con la esperanza de que estuviera cómoda y pudiera descansar hasta que el efecto desaparezca, pero en vez de eso, se revolvió en las sábanas con las cejas fruncidas. Extrañado, examiné su aspecto y me percaté de que lo que llevaba puesto estaba totalmente sucio.

Me apresuré a encender la luz y buscar en su habitación algo con lo que pudiera dormir, era la primera vez que entraba desde que ella lo ocupó y lo cierto era que la idea me puso más nervioso y no puedo interpretar con seguridad el porqué. Todo el lugar estaba lleno de ella, su aroma, sus cosas, su presencia era tan fuerte que me hacía sentir extasiado.

Aparté esos pensamientos de mi cabeza y me dispuse a buscar en el armario algo de ropa, como era de esperarse, todo estaba completamente ordenado y no me tomo mucho tiempo visualizar una de sus camisetas largas que suele usar para dormir. No puedo mentirme a mí mismo, no la había visto usarlo desde que llegó aquí y deducía que se trataba de mí.

Me acerqué a Alicia lo suficiente y trague saliva al darme cuenta de que ella no sería capaz de cambiarse por sí sola, sus ojos cerrados me dan la señal que debe estar en un sueño profundo, fuera de sus sentidos. ¿Qué se supone que debo hacer?

—Alicia... — Intento hacer que estuviera un poco más consciente pero, no hay respuesta, a pesar de que está incómoda con su ropa, ella solo opta por dormir.

Exhalo un suspiro con pesadez.

La sola idea de que pudiera quitarle la ropa y ver su piel desnuda, me eriza el vello del cuerpo y me avergüenzo de mí mismo por notar el calor que mi cuerpo desprende. Soy una persona prudente y no haría nada de esto si no fuera necesario, no quería que ella se sintiera amenazada con aquello. Hoy alguien casi le hace daño, comprendería de inmediato si eso le afecta.

—Debo cambiarte de ropa —Le explico en voz alta y ella asiente ligeramente sin importancia.

¿Eso significa que puedo?

Nervioso, asiento para mí mismo y me dispongo a quitarle la parte de arriba con agilidad, mis dedos rozan su piel pálida y me tenso de inmediato, es una sensación que Alicia me causa con tan solo tocarme sin intención alguna. Le quito el top dejando a la vista su sujetador blanco con encaje, mi respiración se vuelve pesada y obligo a mis manos temblorosas moverse más rápido, con torpeza logro ponerle la camiseta, luego desabrocho los botones de la falda roja y finalmente se lo aparto de ella dejando ver el conjunto blanco de sus bragas, mis ojos recorren detenidamente sus piernas desnudas captando algo extraño, unas marcas de quemaduras de un tono carmesí se posan sobre sus muslos dejándome perplejo por un par de segundos, alargue la mano para rozar esa parte, pero me contuve.

Jackson Foster Es Un Mentiroso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora