Al ingresar por las corredizas puertas del comedor, pude notar que ya atraíamos las miradas de la mayoría de personas, sé que para ellos debe ser una locura vernos juntos cuando hace solo unos días atrás todo el mundo veía como nos declarábamos mutuamente una guerra que, en mi defensa, no estaba en disposición de participar. Nosotros éramos la pareja más extraña de la universidad; tenía en cuenta de que Jackson no era la mejor persona para ser cómplice de una mentira tan grande, pero no tenía ya otra opción.
Intento no mantener contacto visual con nadie, pero me es imposible ya que a donde fuera que viera, había alguien. Sin prisa, Jackson me conduce con sutileza por alrededor de las mesas donde al momento de pasar se quedaban callados o algunos solo murmuraban algo intangible. Las chicas me miraban con desprecio e incluso notaba como pronunciaban unas a otras, insultos hacia mí.
Jackson por su lado, mantenía una gran sonrisa que me atraía extrañamente, él irradiaba una resplandeciente atención a donde quiera que vaya y no solo por su físico, ni su popularidad, sino también por ser una persona auténtica, no deja que nadie lo intimide y va por el mundo como si no le temiera a nada. Una parte de mi siente envidia de su comportamiento, él era libre, sin ninguna cadena que lo atara a un pasado miserable.
Jackson, me da un ligero apretón a mi mano obligándome a prestarle atención, sus ojos brillan y parece estar realmente relajado con toda la situación. Debe estar acostumbrado a tanta atención.
—Alex está ahí — Me indica en el oído asegurándose de que nadie más que yo lo haya escuchado.
Yo asiento y alzo la mirada para verlo, se encontraba a unos cuantos metros de nosotros acompañado de mi hermano y Sharon; aquellos tres nos miraban perplejos y parecían estar extrañamente preocupados.
Quería salir corriendo de allí y no volver jamás, pero me esforcé por no hacerlo y dejé que Jackson me llevará hasta ellos.
— Hola, de nuevo — Me saluda Alex esbozando una pequeña sonrisa cuando llegamos hasta ellos.
Sharon y Aarón permanecen callados y solo se limitan a examinarme.
Jackson sonríe falsamente a modo de saludo a todos y vuelve a fijar su mirada en mí, suelta mi mano y la lleva a mi cabello acariciando con delicadeza mi cabeza para después poner un mechón rebelde detrás de mí oreja.
— ¿Qué haces? — Susurro soltando una sonrisa nerviosa.
—Dándoles una prueba de que estamos juntos — Me dice entre dientes advirtiendo con la mirada de que no intentará malograr su escena.
Sin darme más tiempo a reaccionar se acerca a mí tanto que su nariz roza la mía, sus ojos verdes me escrutan unos cuantos segundos como si se debatiera dentro de sí mismo algo. La calidez de su cercanía me hace olvidar por una milésima de segundo que todos en el comedor nos estaban viendo. Una de sus manos pasa por mis mejillas y con su pulgar me acaricia, luego me da un casto beso en la frente y se aparta rápidamente, dejándome aturdida.
Solo Jackson puede jugar de esa forma conmigo.
— ¿Nos vemos después? — Dice en voz alta sacándome de mi trance. Una sonrisa satisfactoria se posa sobre sus labios.
Me esfuerzo por no fulminarlo con la mirada. ¿De dónde viene todo eso? Definitivamente él era un gran mentiroso, la forma en como me estaba tratando me parecía tan real que podía hacer creer a cualquiera que de verdad estábamos saliendo y aunque ahora eso sea una ventaja para mí, sé que el solo está haciendo su parte del trato, estaba consciente de que yo no le gustaba en lo absoluto; él mismo me lo había confirmado varias veces.
Yo asiento varias veces con la cabeza recordando que habían pasado varios segundos. Esté no dice nada más y hace ademán de despedirse con la mano de mi grupo de amigos, se encamina nuevamente dirigiéndose a su propia mesa donde ya se encontraban sus dos mejores amigos y Stacey, quién al cruzar mirada conmigo solo atinó a enmarcar una ceja irritada.
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Jackson Foster Es Un Mentiroso ©
Novela JuvenilNo intenta huir, ni mucho menos correr, solo busca. Me busca. Debajo de aquellos ojos grises yace el sufrimiento que procura esconder bajo una forzada sonrisa. Sus labios susurran mentiras dulces que ocultan verdades amargas. No intenta escapar de...