—Lo conseguí— Celebro de alegría cuando por fin había terminado de limpiar todo el piso del gimnasio.
Atraigo la mirada de Jackson que ahora se ríe levemente entre dientes.
— No has hecho nada del otro mundo — Comenta con aire burlón.
— Pues al menos he hecho más que tú —Resoplo acabando con mi repentina felicidad.
Jackson recoge las últimas pelotas de básquet y luego se detiene para mirar alrededor.
—Sí tú lo dices — Se encoge de hombros sin darme la contraria, cosa que me sorprende, normalmente este tipo de conversación se habría convertido en una discusión sin remedio.
No me detengo a discutir porque sabía que volveríamos a lo mismo de siempre, así que es mejor abstenerse.
—Recojamos todo y vayamos a casa.
No espero su respuesta y levanto todos los artículos de limpieza que había usado para fregar todo el piso, apresuro el paso y me dirijo a guardarlos en él trastero mientras que observo él lugar una vez más asegurándome de que todo esté limpio.
—Creo que hemos terminado ya — Me avisa Jackson apareciendo de repente por un costado. Cierro la puerta del minúsculo trastero y dejo de mirar alrededor para verlo a él.
— Al parecer si — Contesto con rapidez y él asiente.
El silencio inoportuno que nos invade me hace plantear por un momento en correr hasta la salida sin mirar atrás para poder librarme de la apuesta que debía cumplir, pero sabía que eso empeoraría aún más las cosas, no era algo que podía dejar pasar simplemente.
—Ya es tarde, debo volver a mi habitación — Le informo mirando al piso rogando que esta vez lo deje pasar.
Jackson no dice nada y eso parece ser una buena señal, por lo que no lo pienso demasiado y empiezo a caminar con dirección a la puerta principal que me lleva a la salida, pero lamentable un cuerpo se pone en medio evitando que pueda dar un paso más.
— Si, eso no pasará... — Comenta obligándome a apartar la mirada del piso para verlo directamente. — Hicimos una apuesta.
—De verdad tengo que irme — Insisto intentando parecer convincente ya que mentir no es lo mío.
—Te dejaré ir cuando cumplas la apuesta — Se encoge de hombros mientras me reta con la mirada.
Lo único que quiero hacer en ese momento es correr hasta que el no pudiera alcanzarme y estar en paz al menos unas cuantas horas, pero mientras más pienso en esa idea, cada vez más se vuelve distante.
— ¿Qué es lo que quieres que haga? — Pregunto sin rodeos.
Jackson se relame el labio inferior, juguetón y alza sus ojos en un gesto pensativo.
—Ya que hemos apostado que debes hacer lo que yo te diga sin protestar por un día entero —Me recuerda divertido y yo asiento de mala gana. — Quiero que vengas a comer conmigo ahora.
— ¿Qué? — Niego con la cabeza con las cejas alzadas — Yo no iré a ningún lado.
—No debes protestar — Me lanza una sonrisa que me enfada aún más — Ya hemos apostado.
— Pero yo no tengo hambre — Vuelvo a protestar.
— Yo si — Replica.
Esta vez se gira y empieza a caminar a la salida mientras que yo, por mi lado me quedo de pie sintiéndome estúpida por haber apostado, de haber sabido que no podía ni encestar una pelota en la maya, habría evitado que aquello sucediera.
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Jackson Foster Es Un Mentiroso ©
Teen FictionNo intenta huir, ni mucho menos correr, solo busca. Me busca. Debajo de aquellos ojos grises yace el sufrimiento que procura esconder bajo una forzada sonrisa. Sus labios susurran mentiras dulces que ocultan verdades amargas. No intenta escapar de...