Os recuerdo que Adrián es ahora Seth.
—Peque… —llama suavemente, apartando los mechones de mi espalda y colocándolos a un lado de mi cabeza—, despierta, cariño.
—Déjame sólo un ratito más, porfas —pido volteándome y agarrando su camiseta.
—Llevas ahí dos horas. Me estoy aburriendo.
—Eric, estoy destrozada. Dame un respiro.
—¡Es que eso es más que un respiro, te has acabado dos bombonas de oxígeno! —ruedo los ojos y me estiro, sintiendo no poder quitarme de una vez estas ajustadas prendas.
—Hay que ver… —gruño levantándome y despertando del todo de mi dulce y tranquilo sueño.
—¿Llamas a mamá ahora, por favor? —pregunta con un hilo de voz.
—Claro —respiro hondo y camino por la puerta, notándolo detrás y cerca de mí.
El suelo está a una temperatura agradable. Tengo mucho calor y estoy incómoda. Necesito una ducha y un recambio de ropa urgentemente. Apuesto a que sigo apestando a alcohol.
Cojo mi teléfono móvil y empieza la tarea difícil: encontrar cobertura. Camino despacio y debo quedarme en el vestíbulo para poder activar el paquete de datos.
Le mando primero un par de mensajes a mamá, diciendo que necesito hablar con ella, y gracias al cielo que me contesta.
La llamo por Skype y me siento en el suelo con las piernas cruzadas, Eric detrás de mí con una expresión seria. Sujeto el móvil para que la cámara nos enfoque a los dos y sonrío cuando conectamos ella y yo.
—Hola, mami —saludo sonriente, pero ella me ignora totalmente, haciéndome sentir mal.
—Eric, voy a tomar un vuelo para llegar esta tarde. Espero que estés en casa porque vamos a hablar muy seriamente. Te has pasado esta vez.
—¿Vas a dejar tu trabajo a un lado por primera vez en tu vida? No sé qué decir, porque me han golpeado demasiadas veces y no recuerdo ninguna en la que te hayas molestado para venir a ver cómo estoy —, suspiro cuando empiezo a sentirme de más.
—Ni se te ocurra replicar, ¿entiendes? ¿Te imaginas, acaso, lo que has hecho? —pregunta ella con los ojos bien abiertos y una expresión de cansancio cubriendo su maquillado rostro.
—No. No me lo imagino —añade él con desdén, sujetando entre sus manos la tela trasera de mi top para calmar sus nervios.
—Qué decepción. ¿Así es cómo te educamos, Eric?
—Ah, ¿que tú me has educado? —gruñe con sarcasmo, respondiendo con otra pregunta, y enfureciendo totalmente a mamá, que en el fondo se ha sentido destrozada por ese comentario.
—Se acabó. Imperdonable. Ahora sí que sí, despídete ya de tus amigos, ¡porque ni siquiera vas a acabar este año escolar en California! ¡Voy a llamar a Devore, no dudes de ello! ¡A ver si aprendes de una vez a dejar de ser un malcriado y te conviertes en un hombre! ¡El ejército es lo único que te conviene! ¡Contigo no se puede! ¡¿A dónde vas?! ¡Eric, estoy hablando contigo! —suspiro y miro al suelo mientras ella se queda respirando agitadamente.
Después de subir ella gradualmente el tono de voz, ha terminado gritándole todo eso sin querer decirlo realmente, porque le he visto de forma clara que era solo un farol, ya que lo único que nos queda para terminar el curso son un par de exámenes. Sin embargo, eso ha sido muy hiriente. No ha sido la amenaza en sí, sino el hecho de decirle prácticamente que ya no lo aguanta como hijo, comprendo que él se haya levantado cortando tan bruscamente la conversación.
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¡Quítate las gafas! (NCAMH)
Teen Fiction¿Qué pasa cuando la chica más bella, codiciada y popular del instituto es la hermana del chico más celoso y sobreprotector del mundo? N/a: cuantos más capítulos con esta marquita © leas, mejor para tus sensibles ojos. Portada hecha por: @Xxloca-dir...