Capítulo 14.

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Fanfiction de Luke Hemmings en mi perfil, se llama snapnotas y es una historia muy corta, sinopsis al final del cap.

—¿Cómo has sabido que era yo?

—Oh, no seas infantil. Ponerte una sudadera con capucha no te convierte en invisible. Así que responde: ¿por qué cojones me estabas siguiendo?

—Yo… —respiro agitadamente y lo miro asustada.

—¿Tú qué? —casi grita, furioso.

—Yo… Sólo… —agacho la mirada, avergonzada, sin tener respuesta a su sencilla pregunta.

—¿Él te ha dicho que me siguieras? Contesta, ¿está tramando algo? —pregunta con una expresión más enfadada que seria.

—Eric no tiene nada que ver con esto —digo sin dudarlo, apretando los puños después. —Yo… sólo… pasaba por…

—¿En serio? ¿Pasabas por aquí? ¿Sólo pasabas por aquí? —pregunta sarcástico, respirando agitadamente y mirándome con puro odio, rompiendo mi corazón por alguna desconocida razón. —Te lo voy a preguntar por última vez, ¿qué haces aquí y por qué me estabas siguiendo?

—Seth… —murmuro, sintiendo los ojos picándome y un nudo en la garganta, pero me niego a llorar.

Él espera con los brazos cruzados, mirándome reprobatoriamente con los ojos bien abiertos. Parece capaz de darme un puñetazo y dejarme con la boca sangrando sobre el suelo en este preciso instante, y tanto eso como el hecho de que me está haciendo sentir terriblemente culpable, me provocan ganas de llorar.

Mi labio inferior tiembla y lo tengo que morder para aguantar firme.

—Perdón —le digo en bajo. —Ya te dejo.

Agacho la mirada y me doy la vuelta, dispuesta a perderme, cualquier cosa menos seguir aguantando su dura mirada. Ese verde azulado, o azul verdoso, esa extraña combinación tan atractiva sobre ese rostro de duras facciones marcado por pequeños cortes y varios hematomas, ese cuerpo tan grande, tan fuerte, con esos brazos y piernas llenos de golpes, todo ese misterioso aura que gira a su alrededor… todo parece gritarme "¡te odio!", y me frustra.

Me veo capaz de llegar a mi habitación, arrodillarme y llorar hasta que se me pase esta sensación tan rara, pero no llego a dar ni cinco temblorosos pasos lejos de él cuando oigo de nuevo su firme e imponente voz.

—Vuelve aquí —gruñe, y una ligera corriente atraviesa todo mi cuerpo.

Poco a poco me volteo, sintiendo mis terminaciones temblorosas. Porque la más pura verdad es que en este preciso instante me siento asustada, por haber venido hasta aquí siguiendo a alguien que apenas conozco, por ver así de enfadado a Seth… muy asustada. Me cruzo con sus ojos solo unos segundos, no soy capaz de mantenerme firme ante sus furiosos y, quizá, apenados ojos.

—Joder, Sandra, ¿en qué pensabas al venir aquí? —frunce el ceño, pero esta vez habla más suavemente. He sido consciente de que me ha llamado por mi nombre, algo que casi nunca hace.

—No lo sé —, aprieto mis puños, y me doy cuenta de lo sudorosas que están mis manos por el calor.

—Si no te hubiese detenido, podrías haberlo pasado muy mal, ¿comprendes?

—Deja de hablarme como si fuera tonta —, arrugo la nariz.  —Me he disculpado contigo incontables veces hoy, pero no hay manera. No voy a seguir arrastrándome detrás de ti, para que me humilles de esta manera —hablo, recuperando algo de mi dignidad. —Adiós.

¡Quítate las gafas! (NCAMH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora