En la puerta del dichoso trabajo de Seth, ambos nos tomamos un tiempo para despedirnos dulcemente el uno del otro.
La parte más extraña es… ¿Cómo hemos pasado de evadirnos en los pasillos de mi casa, a besarnos los labios con paciencia como un “hasta después”?
Sinceramente, no me interesa saberlo. He sentido la mítica conexión. No pienso cortarla hasta que me la arrebaten.
A nuestro juego le llega la hora de darle al botón de pausa cuando yo pronuncio un “nos hablamos luego” y ondeo la mano con timidez.
—Adiós —murmura, yéndose hacia el local al que me ha guiado a base de mil «gira a la derecha y luego a la izquierda».
Yo me vuelvo a mi coche, al aparcamiento. Dentro reviso mi teléfono, en el que encuentro una llamada perdida de mi padre. Se la devuelvo y pongo el manos libres mientras me dispongo a moverme.
—¡Papi! —Exclamo cuando me contesta.
—Sandra —responde en un tono extraño, reclamándome ligeramente.
—¿Me llamabas? —Pregunto, yendo al grano.
—Alguien me ha dicho que has estado andando con una cierta persona, y vestida muy indecentemente —recrimina, y yo frunzo profundamente el ceño.
—¿Perdona? —Digo, incrédula.
—Sandra, aléjate de los líos. No quiero que nada le llegue a la prensa. ¿Quién era el chico? —Exige, y yo ruedo los ojos.
—Punto uno: antes de que alguien más lo convierta en un escándalo, ya estoy yo para haberlo normalizado horas antes en instagram. ¡Punto dos!, —alzo la voz— mi verdadero padre no es un hombre sexista capaz de insultar a su propia hija por ir ligera en verano. Y punto tres: el chico era mi novio —lo suelto, sintiendo el estómago revuelto.
—Eso no es lo que piensan los vecinos —replica, incómodo ante el giro de la conversación.
—Qué pena que lo que piensen ellos no vaya a afectar ni un poquito a mis planes —suspiro.
—Sandra, hija mía… Sólo te pido discreción. Estamos demasiado bien últimamente, y la prensa rosa necesita temas para el verano —me avisa, y yo chasqueo la lengua.
—Vale, papá. Perdón —digo, resignada.
—No hay problema. Cuídate, cariño.
—¿Dónde estáis? —Pregunto con curiosidad, pero para mi suerte él cuelga antes.
Suspiro frustrada y continúo el camino a casa en total silencio. Maldita sea. Aunque si le hubiese revelado la identidad de Seth seguramente habría acabado encerrada de por vida, esperaba igualmente que él preguntara y se interesara. Que me pidiera que se lo presentase. Que lo invitara a una cena para conocerse.
Sonrío inconscientemente. Quiero mi cuento de hadas. Es frustrante conformarse con un juego tonto.
Pero, de todos modos, mejor es un juego tonto con un príncipe azul a un cuento de hagas con un sapo normal y corriente.
Me animo a mí misma en un santiamén y acelero un poco para llegar a casa. Papá es papá. Puede que sea un amor, pero también es un hombre con demasiados planes. De todos modos, pronto podremos tener nuestras vacaciones familiares, donde tanto él como mamá serán completamente míos. Y de Eric, claro.
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¡Quítate las gafas! (NCAMH)
Teen Fiction¿Qué pasa cuando la chica más bella, codiciada y popular del instituto es la hermana del chico más celoso y sobreprotector del mundo? N/a: cuantos más capítulos con esta marquita © leas, mejor para tus sensibles ojos. Portada hecha por: @Xxloca-dir...