Con apenas trece años, ya sabía lo que quería en mi vida, iba a ser diseñadora de moda, no tenía tiempo ni espacio en mi cabeza para enamorarme, simplemente quería dedicar el 100% de mí al mundo de la moda. Con veintidós años, tenía la ESO, el bachillerato y sobretodo, y lo más importante para mí, la carrera terminada. Al terminar, no paré de echar currículums por todos lados, buscando trabajo, sin importar de qué. Necesitaba el dinero para poder conseguir mi mayor aspiración.
Hace unos meses, cumplí mi mayor sueño; abrir mi propia marca de ropa, después de doce años teniendo claro todo lo que quería que pasara con mi vida y dándolo todo para conseguir todos mis propósitos. No puedo pedir más, o quizás sí, pero de lo que me falta, quizá hable más adelante.
Ahora me encuentro acostada en la cama, frente al portatil, hoy me toca estar buscando en las mejores páginas de moda, las futuras tendencias para mi próxima colección de Primavera/Verano. De repente suena mi móvil, es Sasha, mi mejor amiga desde que tengo conciencia.
-¿En dónde andas? Acabo de salir de la empresa, ¿nos vemos para almorzar?
Oh Dios mío, había pasado dos horas buscando información sin darme cuenta. Tengo mucha información anotada en mi cuaderno con estampado de galaxia en el que anoto todo, absolutamente todo lo que tiene que ver con la moda, aunque después necesitaré ver algunos blogs de moda.
-Sí, ¿nos vemos en donde siempre a las tres menos veinte? -le contesté dando un brinco de la cama y abriendo la puerta de mi armario para pensar en qué ponerme.
-Okey, nos vemos, ¡hasta luego!- sonaba bastante eufórica, como con más ganas de lo normal de verme.
Colgué y observé mi armario, pensando en el outfit del día. El tiempo no podía estar mejor, el sol estaba fuera, y el cielo bastante despejado. Opte por mi peto vaquero azul oscuro y un crop-top morado con mis airmax. Una vez lista, cogí mi bolso y salí por la puerta. El sitio en el que nos solemos ver para comer está bastante cerca, así que preferí no llevar el coche, y así caminábamos un rato después de salir del restaurante, aunque sé que a Sasha eso no le haría nada de gracia.
Abro la puerta y la veo sentada en 'nuestro' pequeño rincón.
-¡Por fin estás aquí! Tenía muchas ganas de verte, tía.
-Te siento más contenta de lo normal, ¿algo que me tengas que contar?- le pregunto mientras me siento en la silla y miro a mi amiga con mucha atención.
-¡Me han ascendido! ¡Estás hablando con la nueva secretaria del jefe! -contesta gritando y provocando que todos miren a nuestra mesa.
Sonrío y me levanto para darle un abrazo con mucha alegría y darle la enhorabuena ya que sé que ha estado 3 años trabajando en el mismo puesto sencillo y aburrido y sé la ilusión que le hace.
Abro la puerta de mi piso, deseando estar ya con el pijama puesto y metida en la cama...pero antes, un buen baño con bombas relajantes y música tranquila.
Suena el despertador y abro los ojos rápidamente, son las siete de la mañana y a las nueve y media tengo una reunión con una marca muy importante. Me citaron hacer un par de días para hacer un negocio y sinceramente no tengo idea de nada hasta hoy. Estoy ansiosa por llegar a la reunión y ver de qué trata.
El outfit del día es un jersey blanco con una falda de tubo de polipiel negra y unos tacones stilettos rojos para darle un toque de color, junto al bolso también rojo.
Entro en la sala de reuniones del edificio y me encuentro con tres mujeres muy guapas y perfectamente vestidas, como era de esperarse, son las embajadoras de una de las mejores marcas de ropa del país, y están reunidas conmigo.
Al finalizar la reunión y firmar todos los papeles necesarios, salgo y llamo a mi querida amiga que se ve que estaba ansiosa esperando a que la llamara porque me contesta al segundo.
-¿Qué pasó? ¡CUÉNTAMELO TODO!.
-¡Estoy muy feliz Sasha! ¡Las embajadoras de Chereis me han propuesto crear una línea de vestidos de novia para su marca porque van a abrir una nueva sección y quieren que yo sea la primera diseñadora de la marca! -le cuento verdaderamente contenta.
Después de un rato hablando y conduciendo llego al parking, aparco y salgo del coche.
Al llegar a casa, me pongo ropa más cómoda, enciendo el portátil, me siento en mi escritorio y comienzo a contestar e-mails, diseñar, en fin, a trabajar, sé que despues por la noche no haré nada porque saldré con mi amiga a ver un partido de fútbol, sí, nos encanta el fútbol, aunque a Sasha, practicarlo no se le de muy bien. Realmente a mi tampoco, pero me gusta. Es uno de nuestros hobbies, ir a ver partidos de fútbol en vivo.
Son las ocho de la tarde, me ducho, me preparo y Sasha entra por la puerta. Sí, tiene las llaves de mi casa, y yo tengo las de su casa, hay pocas cosas, por no decir nada que no sepa de mí.
-Holaaaa! ¿Te queda mucho? Tengo muchas ganas de ver el partido.
Llevo un crop-top ajustado, un short con rotos, de talle alto y air force negras.
-No, me hecho un perfume y salimos, ¿vale?
Salimos de su coche, enseñamos las entradas y entramos al campo. No me canso de verlo, aunque será la primera vez que vea al Rugger, jugar contra el Cresty. Las dos somos del Rugger, es el mejor equipo del país, sin duda, o al menos para nosotras.
De pronto escucho una voz masculina bastante conocida. Es Mike, el novio de Sasha. Un joven bastante guapo, al que también le encanta mirar partidos.
-Pía, ¿por qué no vas a comprarme palomitas? -Me propone algo travieso. Sabe que me encanta ir a la tienda del campo a ver todo lo que tienen y además, así se queda a solas con Sasha sin estar yo molestándolos.
Asiento, me levanto y me dirijo a la enorme tienda. Por el pasillo se me cruza un chico alto, de ojos verdosos y boca apetecible. Pasa por mi lado y ni siquiera levanta la vista a mirarme, tiene los ojos centrados en su móvil. Obviamente no iba a ser la típica escena romántica en la que los dos cruzan miradas y se enamoran, no chicos, la vida no es así de fácil.
Llego a nuestros asientos y efectivamente me encuentro a Sasha y Mike, besándose, me siento en medio separándolos de golpe y les suelto:
-Eh, basta ya que casi que empieza el partido!! -Miro a Mike y le doy sus palomitas, luego me giro hacia Sasha y le doy su paquete de pipas y una bolsa de gominolas. ¿Y para mí qué? Os preguntaréis, pues chocolate, sí, una tableta de chocolate que pienso comerme YO sola.
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No Te Esperaba
Teen FictionUna historia de amor entre un futbolista y una diseñadora de moda. No te dejará indiferente. Os adelanto que no me gustan las historias de amor 100% cursis y en la que todo es perfecto. Me aburren. Esta historia desde luego no os va a aburrir. O es...