Capítulo 3

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Domingo, tres del mediodía, estoy haciendo pizza vegetal, con mucho mucho queso.

Mientras mi queridísima obra de arte está en el horno, escucho mi móvil sonar, me acerco y veo 'Futbolista'.

-¿Sí?

-Hola Tentadora. ¿Cómo estás?

-El tentador eres tú... Hola... Bien ¿y tú?

-¿Qué pasó ayer? Ni te despediste. Estuve buscándote por toda la fiesta y nada, me preocupé, y encima no cogías el teléfono...

-Lo siento, problemas de amigas... Y mi móvil estaba sin batería. Oye, ¿cómo te llamas? Te tengo guardado como futbolista y me gustaría llamarte por tu nombre... -Después de la pregunta, escucho que se ríe.

-Jason. ¿Te ha sorprendido mi llamada?

-No me la esperaba, la verdad, tengo pizza en el horno, ¿te apetece? -No se por qué, pero me apetece verlo, es raro, pero tengo ganas de tenerlo cerca. -Me llamo Pía, no se si lo sabes...

-Encantado Pía, lo siento, tengo planes, estoy con una amiga, no puedo... -De repente escucho '¿Con qué ahora soy una amiga, eh?' Escucho como se ríe, me pongo seria al segundo y sin poder evitarlo simplemente cuelgo.
No estoy enamorada, pero me molesta mucho, noto los ojos lagrimosos, me levanto, y no dejo que caiga ni una lágrima. No he llorado nunca por un hombre, y no empezaré ahora. Y menos por uno que apenas estoy conociendo.

Después de haber comido, y trabajado un par de horas, son las cinco, voy a mi armario, me quito el pijama y me pongo: unos leggins, una camiseta de deporte y mis deportivas. Salgo de mi casa, cojo la bici y me voy a dar una vuelta. Llego al parque que hay a unos diez minutos, después de haber estado una hora con la bici y mis auriculares escuchando música, me bajo de la bici, me siento en un banco y miro al cielo. Me encanta ir sola al parque en bici, pararme en un banco y sentarme a ver el cielo y a pensar en todo.

Mientras estoy metida en mis pensamientos suena mi móvil, y aunque borré su numero, sé quién me está llamando, y decido no coger. Cuelgo, y sigo mirando al cielo. Después de haberle colgado tres veces, a la cuarta llamada le cojo.

-¿Qué quieres? ¿Si no te contesto será que estoy ocupada no crees?

-Guao, que carácter... quería verte. ¿Aceptas una invitación a cenar?

-Claro, ¿a qué hora y dónde? -le digo con ironía.

-Te mando un mensaje al whatsapp con la dirección y la hora, ¿Vale?

-Claro, perfecto. Hasta luego. -Le cuelgo. ¿De verdad cree que iré?

Me llega un mensaje en el que pone la dirección y la hora, a las diez. Espero que me espere sentado, porque se cansará.

Son las diez y media, me llama, le cojo el teléfono y me suelta:

-¿Dónde estás? ¿Te queda mucho?

-En mi casa, ¿por qué?

-¿No piensas venir?

-Oh, es verdad, habíamos quedado para cenar ¿no? Lo siento, estoy muy ocupada, no podré ir. -Le digo mientras estoy acostada en la cama con el portátil viendo vídeos. Le cuelgo y sigo a lo mío.

Me quedé dormida anoche, pero el despertador, gracias a Dios, está perfecto y a sonado como siempre a las siete de la mañana. Hoy me toca ir a comprar algunos tejidos para hacer pruebas para la colección de mi marca, después por la tarde me juntaré con Laura, embajadora de Chereis, para enseñarle mis 3 diseños.

Ha sido una mañana bastante movidita, no he parado, he estado yendo de una tienda a otra, lo importante es que ya tengo los tejidos necesarios y son las doce todavía. Me dirijo a mi cuarto de corte y confección, extiendo uno a uno los tejidos sobre la mesa de corte, cojo las tijeras y manos a la obra. Una vez cortados, voy posicionando con alfileres sobre el maniquí. Tomo fotos de diferentes formas para elegir alguna al final.

Una vez he terminado de comer, con el outfit del día, una camisa de estampado de galaxia, un pantalón vaquero ajustado, y unos zapatos de plataforma, me voy a la reunión.

Les enseño los diseños y por las caras, supongo que les ha gustado, me siento satisfecha.

Llego a mi casa, abro la puerta y veo que están en mi sofá sentados Sasha y Jason.

-¿Hola? ¿Qué hace éste en mi casa y sentado en mi sofá? -pregunto bastante sorprendida.

-Yo me voy -dice mientras se levanta y se dirige a la puerta, pasando por mi lado- escúchalo -me susurra y sale por la puerta.

-¿Qué quieres?

-A ti, pero eso está claro ¿no?

-Pues la verdad es que no, no me importa, solo quiero que te vayas...

-Los dos sabemos que no, que deseas que me quede, que me deseas y que estás muy celosa...

-¿Desearte? ¿Celosa? ¿Quien te crees? Hey, no alucines que apenas nos conocemos... -miento, se que le deseo, y que en parte estoy celosa.

-Haber, Pía, no se que relación tengamos, solo se que lo que tenemos no es algo muy normal, es fuerte, demasiado quizá.

-Claro, eres el amor de mi vida... Ahora vete.

-Pía, no tengo pareja, antes de ti, tenía amigas, pero desde que te conocí solo tengo amigas de verdad, en serio.

-¿De verdad no tienes novia? -me siento estúpida.

-No, -sonríe- era una amiga de verdad, después le expliqué que contigo no puede hacer esa clase de bromas.

-Ah, ¿y por qué conmigo no puede hacer esa clase de bromas? -Pienso que va a soltar alguna cosa por la boca que me acabará molestando.

-Porque tú me gustas de verdad.

No Te EsperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora