Capitulo 35: La Nota

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-Skylar-:

Acarició mis piernas con sus manos cálidas y enormes, mientras yo jugueteaba con su escurridiza cabellera al mando de mis dos manos. Besé su cuello intensamente, deteniéndome de vez en cuando para olisquear su sin igual aroma dulce y varonil, que me helaba y me cortaba la piel, y la mayoría de las veces, también la respiración.

-¿Sabes qué es lo que más odio de todo esto? –ronroneó en mi oreja.
-Vaya –arqueé las cejas con ironía -. ¿Qué?
-Que de repente me he vuelto muy cursi, mierda –se quejó.
-Tu reputación se irá al suelo –esbocé una sonrisa de triunfo. Él soltó una risita, y me apegó más a él, arrugándome la camiseta con sus manos, que estrujaban la tela dentro de éstas convertidas en dos fieros puños, y me dio un beso en los labios, el cual seguí con recato, cuidando que no llegásemos a otros extremos… por ahora. 
-No, pero enserio –me removí sobre él, apoyando los codos en el colchón, juguetona -. Cuéntame de tu vida, al menos un poco.

Me miró profundamente con esos fervientes y preciosos ojos suyos, arqueando una ceja, incitándome a dudar sobre mi pregunta. Pero yo era lo suficientemente malcriada como para mantener mi posición decidida, lo cual lo llevó a acceder, y, tras lanzar un suspiro profundo que me levantó junto a su abdomen, asintió.

-¿Qué quieres saber? –preguntó, reprimiéndose a sí mismo una sonrisa.
-Empecemos por lo fácil –sonreí. Él arqueó una ceja con picardía -. ¿Tú tienes novia?

Vaciló, ladeando la cabeza.

-Sí, yo… Supongo que la tengo –arqueó las cejas, sacudiendo levemente la cabeza -. Quiero decir… ¿Acaso tú y yo no…?


Sonreí, mordiéndome el labio inferior. Él suspiró de nuevo, y me atrapó en su mirada.

-Sí –respondí en un hilo de voz, sonriendo. Pero, aunque era el momento para mis preguntas y no tenía intención alguna de preguntarme algo sobre mí hoy, tenía el miedo de que él me hiciera la misma pregunta que yo le había formulado, por razones obvias. Tragué saliva, y me devané los sesos por otra pregunta que pudiese contestar. No quería terminar en otra pelea, de nuevo. Él era tan críptico.
-¿Quién es el chico con el que me tropecé el otro día? –inquirí. Él sonrió de oreja a oreja.
-Ah, es sólo John –respondió, sonriente -. Mi mejor amigo, y… compañero de “trabajo” –achicó sus ojos al pronunciar la última palabra. Algo me dijo que no le preguntara la historia detrás de todo eso. Me limité a asentir, y le di un corto beso en el cuello.
-Amas hacer eso, ¿verdad? –sonrió.
-Es mi tiempo de hacer preguntas –enarqué una ceja.
-Eso no cuenta como pregunta –rió -. Y deja de hacerme sonreír tanto.

Arrugué el entrecejo.

-¿Qué?
-Soy un tipo serio –respondió con picardía. Rodé los ojos y le palmeé una mejilla, levantándome así de la cama, y acomodándome la camisa desarreglada.
-¿Adónde se supone que vas? –me atajó del brazo, juguetón.
-Tengo padres, ¿recuerdas? –me reí. Él hizo una mueca.
-Un día ya no tendrás que volver con ellos –masculló -. Estoy pensando en secuestrarte de por vida.
-No sería una mala idea –arqueé las cejas. Él sacudió la cabeza y me observó alejarme con mi ropa, todavía húmeda, en brazos.


-Harry-:


Joder. Skylar se tarda demasiado para el tamaño que tiene. Al igual que me vuelve demasiado loco para el tamaño que tiene. Caminé alrededor de la habitación durante unos veinte minutos, y luego treinta, cuarenta… ¿Qué diablos hacen las mujeres en el baño? Me resistía por no enfocarme en el sentido morboso de la palabra. Yo y mi cochina e imprudente mente. 

Me topé con un papel arrugado, mojado y a punto de romperse. Sin dudarlo, lo levanté del suelo y lo abrí con cuidado. La tinta estaba corrida, y, en letras garabateadas, decía:

“Está frío afuera, cuando vuelves a casa. Y está caliente adentro, ¿no es suficiente?” –Un amigo.

¿No era ésa la canción que sonaba en Oasis para el momento de la balacera? ¿Por qué Skylar me había estado escondiendo la nota? Pero, lo más importante: ¿quién coño sabía de todo esto?

LOST  | HARRY STYLES |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora